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Crisis habitacional. “No puedo ni comer, ¿cómo voy a pagar el alquiler?”: el drama de la vivienda se profundiza

A más de un mes de la derogación de la Ley de Alquileres, la situación, que ya era muy adversa para los hogares inquilinos, se volvió peor. En enero, en la Ciudad de Buenos Aires, con un salario mínimo apenas se puede cubrir el 50 % de un monoambiente. Precios en dólares, renovaciones con aumentos de hasta 400% y actualizaciones trimestrales son los requisitos más pedidos por el lobby inmobiliario.

Celeste Vazquez

Celeste Vazquez @celvazquez1

Martes 13 de febrero 11:58

Foto: Ricardo Palmadessa

Foto: Ricardo Palmadessa

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“No puedo ni comer, ¿cómo voy a hacer para el alquiler?”, se pregunta Natalia que vive en un departamento de dos ambientes junto a sus dos hijos, y cuyo contrato vence en un mes. “Me pidieron un 300% de aumento y encima actualización cada 4 meses. Algo imposible para mi y creo que para la mayoría de los que alquilan”. “Angustia e incertidumbre” es lo que siente en estos días y le transmite a La Izquierda Diario. Angustia porque a pesar de trabajar casi 12 horas por día, su salario no le alcanza para nada e incertidumbre porque no sabe donde va a vivir.

La desesperante situación de Natalia es la de millones. Según el último informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), realizado en base a datos del mes de enero, con un Salario Mínimo, Vital y Móvil ( $156.000 en enero) se cubre apenas el 55,7% del alquiler de un monoambiente, cuyo valor promedio es de $ 280.000 (precio promedio ofertado también en el mes de enero), en la Ciudad de Buenos Aires.

Otros datos relevantes de dicho informe:

- La mediana de las ofertas de departamentos de dos ambientes es de $ 350.000 y de los de tres ambientes $ 500.000.

- Los aumentos con respecto a diciembre de 2023 fueron de 12% en los monoambientes, 16,7% para los de dos ambientes y 6,4% los de tres ambientes.

- Si tomamos el dato de los incrementos anuales, tenemos que en los últimos doce meses, el precio de oferta de un monoambiente en Caba aumentó 305,8%. En los departamentos de dos ambientes la suba fue de 337,5% y de 316,7% en los de tres ambientes.

A poco tiempo de asumir, Javier Milei derogó la Ley de alquileres, a través del famoso mega DNU con el que pretendía y pretende (al igual que con la ya fracasada Ley Ómnibus y todo su plan de ajuste de conjunto) deteriorar de manera brutal las condiciones de vida de las grandes mayorías trabajadoras y populares.

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Los efectos de esa derogación se vieron de inmediato y profundizaron el estado de vulneración en el que se encuentran los inquilinos que viene desde hace tiempo ya. Los más notorios: la legalización de los contratos en dólares, algo que ya venía imponiendo el lobby inmobiliario y ahora se naturaliza y generaliza (incluso también en cualquier moneda extranjera) y los aumentos ya sin ningún tipo de control, ni límite.

Con el objetivo de medir precisamente este impacto, Inquilinos Agrupados y la organización Ni Una Menos realizaron una Encuesta Nacional Inquilina de enero de 2024.

Compartimos lo más relavante:

- El 87,3% de los inquilinos e inquilinas que iniciaron su contrato después de noviembre de 2023 tendrán actualizaciones en el precio de su alquiler en plazos iguales o menores a 6 meses.

- Creció fuertemente la cantidad de contratos de alquiler cortos, con un período de duración menor a 6 meses. Y se redujo la cantidad de contratos cuyo plazo es 3 años, como establecía la ley.

- El 53,1% de los hogares inquilinos encuestados tiene deudas de algún tipo
actualmente.

- En enero de 2024, el 31,6% de los ingresos de los hogares inquilinos encuestados está destinado a pagar el alquiler más las expensas. En el caso de aquellos alquileres que se iniciaron después del 1° de noviembre de 2023, ese porcentaje asciende al 41,6%.

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"Cada vez que veo un mensaje de la inmobiliaria tiemblo. Ahora me informaron que para renovar voy a tener que pagar un 400% de aumento y actualización cada tres meses. No lo voy a poder cumpir, así que no se dónde voy a terminar viviendo". Ahora la que habla con La Izquierda Diario es Juliana, que vive con sus tres hijos y esposo. "Ni juntando los ingresos de mi esposo y mío vamos a poder hacer frente a este nuevo alquiler".

Asistimos asi, a un avance cada vez más profundo de los intereses empresariales del sector imnobiliario por sobre el derecho a la vivienda de las mayorías trabajadoras y populares, para quienes hace años no es una opción viable tener un techo propio, pero ahora tampoco alquilar. Y este avance se da en el marco de un un terrible deterioro de los ingresos: salarios, jubilaciones y programas sociales. Según datos del Indec, el salario real del conjunto de las trabajadoras y trabajadores (formales e informales) cayó un 13,2% solo en diciembre. "Es la peor caída de la desde la hiperinflación de fines de los ’80”, alertó Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA-Autónoma.

Como ya analizamos desde este medio en varios artículos, la derrota política de la Ley Ómnibus fue producto de las negociaciones con malos resultados para el oficialismo dentro del Congreso (con los gobernadores de por medio) y la movilizaciones en las calles. Esta fue una primera batalla, pero la pelea sigue. Para hacer valer nuestro derecho a la vivienda es necesario profundizar el camino de la organización y lucha para derrotar todo el plan de ajuste de Milei, las grandes patronales y el FMI.

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Hay que exigir que las centrales sindicales, que luego del paro del 24 de enero se volvieron a guardar, convoquen a un verdadero plan de lucha y con continuidad para derrotar todo el plan de ajuste y defender nuestros derechos, como el de la vivienda, que hoy está siendo atacado por el deterioro en nuestras condiciones de vida.