A 46 años del golpe genocida, organizaciones ambientales también sumarán sus reclamos. Entre ellos, a la fábrica Copetro, por la grave contaminación y destrucción ambiental que viene llevando adelante desde 1982, en complicidad con todos los gobiernos hasta hoy.
Martes 22 de marzo de 2022 21:51
Este jueves 24 en Capital y el miércoles 23 en La Plata se moviliza en otro aniversario del Golpe, por verdad, memoria y justicia, además de denunciar el ajuste en curso y el acuerdo con el FMI. Se movilizarán organizaciones de derechos humanos, sociales, sindicales, estudiantiles, y también ambientales.
Es importante explicitar por qué el reclamo de NO AL ACUERDO CON EL FMI se relaciona con todas las temáticas de lucha. Por un lado, es sabido que fue durante la dictadura que se benefició a empresarios, estatizando su deuda, mientras atacaba conquistas y degradaba la vida de millones de trabajadores, además de perseguir, secuestrar y desaparecer a miles de ellos.
Por otro, el pago de esta deuda fraudulenta significa no sólo mayor ajuste para los sectores trabajadores de siempre, como tarifazos y limitación de acceso a los derechos básicos como el salario, sino que también los dólares para pagarle a los buitres buscan conseguirlos fomentando un mayor extractivismo de nuestros territorios y afectando aún más a nuestros cuerpos y todo lo que nos rodea.
En ese marco, vecinos y vecinas organizados contra COPETRO también se movilizan contra el golpe, el 23 de marzo en La Plata, y el 24 en Plaza de Mayo. La fábrica instalada por Videla es una herencia más que dejó la dictadura, con consecuencias y desastres ambientales que aún hoy se sienten.
Tradición de lucha en plena dictadura
La lucha contra la multinacional COPETRO se remonta al período de la última dictadura cívico militar.
Incentivado y llevado adelante por Jorge Rafael Videla la fábrica se instala en 1978 en el barrio Campamento de Ensenada.
Dicho barrio existía con anterioridad a la empresa y sus habitantes llevaban una vida tranquila hasta 1982, año en el que la empresa inicia sus operaciones, provocando daños ambientales y transformando aún más en zona de sacrificio a las localidades de Ensenada y Berisso donde se encuentra el Polo Petroquímico, entre otras empresas contaminantes.
La industria que quema carbón de coque, un subproducto derivado de la refinación del petróleo, ya lleva más de 40 años ininterrumpidos contaminando el agua, el suelo, el aire y la salud de los vecinos y trabajadores. Y sumando millones de dólares a costa de la destrucción ambiental.
COPETRO incluso ha tenido que indemnizar a familias que se vieron afectadas en la salud, quienes los demandaron y reclamaban resarcimiento por daños físicos y morales, la pérdida de valor de sus viviendas y el cese inmediato de la contaminación.
Vecinos de barrio Campamento vienen dando pelea contra la empresa contaminante desde sus inicios, mostrando que la lucha ambiental no es reciente, sino que tiene su historia y que con el correr de los años, ante semejante contaminación e impunidad, ha involucrado a vecinos de otros barrios de la región.
En ese momento la dictadura impuso un modelo económico neoliberal que produjo una profundización del extractivismo, y carga en su haber el desmantelamiento de la primera secretaría ambiental surgida en 1973.
La lucha es contra la impunidad de ayer y de hoy, ya que el Estado ni ningún gobierno democrático desde 1982 a la fecha quiso resolver este problema de raíz, porque representan a las grandes corporaciones, multinacionales y fondos buitres.
El pueblo trabajador, junto a los vecinos y a las vecinas que vivimos en los territorios, tenemos que enfrentar los planes extractivistas. Y pelear por tomar nuestras propias decisiones, sobre qué y cómo se produce, para forjar nuestro presente y nuestro futuro, porque sino seguiremos pagando las injusticias y los atropellos para que una casta siga aumentando sus bolsillos a costa de la contaminación, la destrucción ambiental y la vulneración de derechos.
El caso COPETRO es sólo un ejemplo más de la herencia eco-genocida que el pueblo argentino aún hoy sigue pagando y muchas veces incluso, con nuestras vidas y la de nuestros seres queridos.
Coordinación de todas las luchas
Este nuevo aniversario del golpe encuentra en las calles a quienes vienen enfrentando el desastre ambiental en los diferentes distritos, y quienes se oponen a los planes de los gobiernos que pretenden saquear bienes naturales para pagar la deuda, profundizando la precarización de la vida y la salud.
Ensenada y Berisso son de las ciudades peores rankeadas en cuanto a calidad ambiental. Pero las asambleas surgidas al calor de la lucha, como la asamblea de Vecinos Contaminados por Copetro, que recupera la tradición de lucha de los vecinos del Barrio Campamento, además de la asamblea Ni un Árbol Menos, vienen impulsando espacios democráticos de intervención para ponerle un freno a la destrucción.
El camino es colectivo y en las calles, pero dijimos NUNCA MÁS y por ello se intenta coordinar con distintos espacios y organizaciones con los cuales compartimos la lucha de vivir en un ambiente sano y por la defensa de nuestros derechos.