A la par del emergente movimiento de mujeres por el derecho al aborto, la derecha reaccionaria de la mano de la iglesia evangélica y católica, ha intentado imponer su posición oscurantista en torno a este tema.
Joss Espinosa @Joss_font
Miércoles 10 de octubre de 2018
Desde hace ya más de dos años, la formación del Frente Nacional por la Familia nos alertaba sobre la organización de un sector de la derecha contra nosotras y nuestros derechos. Ahora, ante un posible escenario de lucha más decidida por el derecho al aborto, vuelven a organizarse. Ya hay al menos 60 convocatorias en 31 estados de la llamada "Ola Celeste", movimiento antiabortista surgido en oposición a la "marea verde" en Argentina y que se ha extendido por América Latina, en países como Venezuela, Colombia, Paraguay, Chile, Brasil y ahora, México.
Cabe destacar que el fortalecimiento de este sector deviene del fortalecimiento que el Partido Encuentro Social de la iglesia evangélica obtuvo en las últimas elecciones producto de su alianza con el Morena, dejando como resultado que más allá de que pierda el registro, ahora tienen 70 bancas a su favor.
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Los sectores más conservadores en los estados también comienzan a expresarse. La muestra fue primero en Veracruz, en agosto pasado, donde el Congreso local impugnó la sentencia de un juez federal para legislar sobre la despenalización del aborto. Recordemos que en esa entidad, el ex gobernador priista Javier Duarte, responsable político del desfalco a las arcas públicas, del incremento de la violencia contra las mujeres, los periodistas y los jóvenes, así como de las desapariciones forzadas y la multiplicación de las fosas clandestinas, presentó un proyecto de ley para “proteger la vida desde la concepción” que fue aprobado en 2016.
Más recientemente, en Sinaloa, 32 de los 40 diputados votaron para aprobar una reforma al artículo 4 bis fracción I de la constitución local que estable la “protección de la vida desde la concepción”, es decir, prohíbe el aborto en dicho estado. Una completa falacia, ya que criminalizar el aborto es condenar a que miles de mujeres y personas gestantes estén en riesgo de muerte si deciden interrumpir el embarazo en la clandestinidad, una situación en la cual no hay garantía de que el procedimiento sea llevado a cabo en condiciones seguras, con asepsia, higiene y una atención adecuada.
Fueron el PRI, el PAN y el Partido Sinaloense los que lanzaron la ofensiva ahí para criminalizar el aborto bajo cualquier circunstancia. Nuevamente, un puñado de diputados se erige como tutor sobre la voluntad de miles de mujeres y cuerpos gestantes que exigen el derecho a decidir.
La penetración del discurso antiderechos de la derecha evangélica a nivel regional se expresa también en el fortalecimiento de la extrema derecha racista, homolesbotransfóbica y misógina que hoy se disputa la presidencia de Brasil.
Así, ante la ofensiva de las instituciones eclesiásticas y los partidos de la derecha tradicional, se evidencia la necesidad de que mujeres, trabajadores, la diversidad sexogenérica nos organicemos para poner en pie una gran Campaña Nacional por el derecho al aborto, legal, seguro y gratuito así como para denunciar y exigir un alto a los crímenes de odio y repudiar en las calles esta alianza reaccionaria entre la Iglesia y el Estado.