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Red Internacional
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CDMX. Organicemos el movimiento magisterial, ¡impulsemos comités de lucha en las escuelas!

En el magisterio de la CDMX nos preparamos para el paro y la movilización del 26 de enero, con la consigna central de lograr el aumento salarial que se nos prometió.

Jueves 25 de enero

Luego de los paros y movilizaciones magisteriales del 15 de noviembre y el 5 de diciembre del año pasado en la Ciudad de México, en las mesas de diálogo que hubo las autoridades terminaron dando argumentos burocráticos para decir que ya no se podía disponer de recursos para satisfacer nuestro reclamo de aumento salarial.

Ante esta respuesta, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en la CDMX (secciones 9, 10, 11 y 60 del SNTE) definió convocar nuevamente a paro de labores para el próximo viernes 26 de enero, día de Consejo Técnico Escolar, así como a movilizarnos ese día a las 8:30am, del Antimonumento #43 (Reforma y Plaza de la República) al Zócalo y luego a la SEP.

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Esta convocatoria se da mientras se desarrolla la negociación salarial entre el SNTE y el gobierno federal, para la cual la dirigencia sindical charra anunció una política de “despegue salarial” para quienes tengan posgrado, es decir, un aumento diferenciado que violaría –una vez más- el principio de “a trabajo igual, salario igual”, introduciendo una nueva división entre docentes “de primera” y “de segunda”.

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Muchos discursos, pocos recursos para la educación

Tanto la negociación salarial con el SNTE como las menciones de AMLO en las mañaneras sobre el aumento salarial al magisterio, junto con amenazas de descuento del día, están siendo utilizadas por charros sindicales, directivos, supervisores y demás autoridades educativas para tratar de evitar el paro o al menos debilitarlo lo más posible, sembrando la idea de que no es necesario protestar, porque “ya esta resuelta la cuestión salarial y solo resta esperar”.

Sin embargo, a lo largo de estos casi seis años del gobierno de la Cuarta Transformación, las luchas y los justos reclamos de distintos sectores de trabajadores han sido ignorados por el gobierno. Así lo mostró la huelga de casi cuatro años del SUTNotimex, frente a la cual el presidente prefirió cerrar la Agencia de Noticias del Estado Mexicano antes que solucionar las justas demandas de sus trabajadoras y trabajadores; o la reciente huelga del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SINTCB) de la CDMX, que tuvo que sostener 50 días de lucha para llegar a un acuerdo de solución parcial a sus demandas.

No olvidemos, además, que en el caso del magisterio la promesa de revalorización sigue sin cumplirse, lo que le da a los dichos de AMLO sobre el aumento salarial, ya al final del sexenio, un carácter e interés electoral, pues sabemos que las demandas y el descontento en el magisterio son profundos y van mucho más allá de la cuestión salarial.

¿Qué hacer para lograr nuestras demandas?

Luego de 18 mesas de diálogo impotentes entre el gobierno federal y la CNTE, no hay motivos para que las maestras y maestros sigamos confiando en que sólo por la buena voluntad del gobierno se van a resolver todas nuestras demandas, sin necesidad de luchar. En estas mesas poco y nada se resolvió, debido a las excusas de las autoridades y también en buena medida, a la insuficiente movilización de las bases magisteriales en dichas negociaciones, hasta lograr que nuestras demandas fueran cumplidas en su totalidad.

Las y los docentes la agrupación Nuestra Clase consideramos que se trata, pues, de generar una relación de fuerzas a nuestro favor. Es decir, de ser miles en las calles y mediante la lucha del magisterio junto a más compañeras y compañeros de lucha, como los del Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SINTCB) con quienes marchamos juntos en el paro del 5 de diciembre, con trabajadores universitarios y docentes de todos los niveles educativos que también están luchando por mejores salarios y condiciones para la educación; todas y todos juntos seríamos un gran movimiento que contaría con la suficiente fuerza como para lograr que las autoridades cumplan todas nuestras demandas, utilizando además la presión que le genera al gobierno el escenario electoral.

Por lo mismo, consideramos que además del paro y la movilización es fundamental avanzar en organizarnos desde las bases, con Asambleas Democráticas escuela por escuela y zona por zona, en las secciones 9, 10, 11 y 60 del SNTE en la CDMX y con la posibilidad de coordinarnos con las secciones del resto del país, que también han estado en conflicto durante todo el sexenio con los charros del SNTE y las autoridades.

En ese sentido, desde la agrupación Nuestra Clase retomamos la propuesta de la CNTE de impulsar Comités de Lucha en las escuelas, para organizar el movimiento magisterial desde abajo.

Mediante estos Comités de Lucha, las maestras y maestros democráticos podemos impulsar la organización en cada escuela; llamando a reuniones y exigiendo a las y los delegados sindicales que convoquen a asambleas donde también participen las madres y padres de familia, para la libre discusión y toma de decisiones; informar sobre el desarrollo del movimiento, la política del gobierno y de los charros del SNTE, etc.; organizar la participación en paros y movilizaciones; articularnos entre escuelas, conformar comités regionales (por ejemplo por delegación) y vincularnos con las asambleas seccionales.

Junto con ello, es importante realizar también asambleas entre las secciones capitalinas y avanzar en la extensión y coordinación del movimiento magisterial a nivel nacional, con Asambleas Regionales y Nacionales, pues se trata de una tarea urgente para el magisterio y que la dirigencia charra del SNTE, a cargo de Alfonso Cepeda, busca evitar a toda costa.

Lo anterior, tomando en cuenta que incluso aunque se resuelva por ahora el aumento salarial, en las movilizaciones de noviembre y diciembre se expresaron muchas más demandas, que hacen tanto a las condiciones laborales como a las condiciones de estudio y de vida, que cada vez son más precarias y que siguen pendientes de solución.

Urge la organización democrática y la movilización unitaria del magisterio, en alianza con madres y madres de familia y en unidad con los demás niveles educativos y con otros sectores de trabajadores, para que realmente nuestras demandas a favor de nuestros derechos y de la educación pública para el pueblo trabajador sean atendidas.

Maestra, maestro, si coincides con estas ideas te invitamos a escribirnos y a organizarte con nosotras y nosotros en la agrupación magisterial Nuestra Clase.