A continuación presentamos un primer debate sobre cómo responder al ataque que está llevando adelante el gobierno de Javier Milei a la educación pública, y un aporte al debate sobre como nos tenemos que organizar los estudiantes para poder defender nuestros derechos.
Miércoles 24 de enero
El gobierno de Javier Milei, apoyado por la AEA y el FMI, inició un plan de guerra [1] hacia el conjunto de la clase trabajadora, sectores medios y populares. Las medidas lanzadas, el “caputazo”, el DNU y la Ley Ómnibus, con las cuales pretenden cambiar más de 400 leyes en materia de derechos elementales, materializan este objetivo de transformar por completo la estructura y la relación de fuerzas entre las clases, e imponer formas de explotación y opresión aún más brutales para la clase trabajadora en Argentina. Para semejante plan, pretenden que el Congreso les otorgue poderes extraordinarios al ejecutivo con el fin de gobernar con un régimen político de “autocracia” [2] como denunció el diputado del Frente de Izquierda Unidad, Christian Castillo.
Sin embargo, la historia demuestra que cada vez que las clases dominantes han lanzado ataques de este tenor, la clase trabajadora y los sectores populares han resistido y luchado. Las movilizaciones del 20 y 27 de diciembre, los cacerolazos, las asambleas populares en distintos puntos del país, las ollas populares, y reuniones virtuales en las universidades son algunos ejemplos de lucha y organización. Nos preparamos para el paro nacional del 24 de enero que apostamos será una muestra contundente de la disposición de lucha de amplios sectores atacados por las medidas del gobierno.
Ahora bien, ¿Cuáles son las transformaciones planteadas hacia la educación y más específicamente a las universidades nacionales?
Desde el punto de vista mileista la educación no es un derecho social sino que es considerada un servicio más del mercado. Esto quiere decir que la educación pasa a la órbita de las actividades que se evalúa según su rendimiento y eficiencia, una lógica empresarial. El DNU ataca las universidades públicas con el horizonte de la precarización, privatización y mercantilización.
Uno de los puntos que expresa un ataque hacia la educación superior es la cuestión presupuestaria. El presupuesto para que funcionen las universidades este 2024 es exactamente el mismo que se utilizó para el año anterior, es decir que en los hechos hay un congelamiento del presupuesto universitario. Si tenemos en cuenta que la inflación del 2023 cerró arriba del 200% y para este año se proyecta un 300%, [3] hay un salto en el ajuste presupuestario.
Del presupuesto depende la mayor parte del funcionamiento de las universidades: el salario docente, infraestructura, proyectos científicos, laboratorios, becas estudiantiles, administración, etc. Desfinanciar a las universidades tiene un objetivo de fondo: su arancelamiento, profundizar la mercantilización (que el sector privado sea quien las financie, a cambio de tener mayor injerencia en los planes de estudio), se inicia un camino hacia la privatización.
Como parte de la ofensiva, el DNU establece la esencialidad de la educación, lo que implica que el derecho a la protesta pase a ser ilegal. A su vez, la Ley Ómnibus implementa aranceles para nuestros compañeros extranjeros por estudiar en la universidad. Para completar el combo de ataque, se propone un modelo de financiamiento por productividad y resultados que implicaría destinar más plata a aquellas instituciones con mayor “rendimiento”.
En qué condiciones se llega en la UNGS: Qué papel están jugando las autoridades y los sindicatos
El año pasado se cumplieron 30 años de la fundación de la Universidad Nacional de General Sarmiento, que fue parte de un proceso de creación de otras casas de estudio en el conurbano bonaerense y de descentralización de la UBA. Así surgieron la Universidad Nacional de Quilmes (UNQui) y la Universidad Nacional de La Matanza (UNLam) en 1989; la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) en 1992; la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTref) y la Universidad Nacional de Lanús (UNLa) en 1995. Desde el punto de vista social, las Universidades del conurbano transformaron el paisaje de los municipios, más allá de los propios límites que tienen que son históricos, como la baja tasa de graduación como marcaba correctamente Juan Carlos Portantiero:
“La contradicción de fondo operante en la universidad latinoamericana, que contribuye a modificar la figura social del estudiante y su comportamiento político potencial, al menos en los países de mayor desarrollo relativo del continente, es la que se deriva de los desajustes entre la creciente masificación de la enseñanza superior (…) y las dificultades que enfrenta el sistema para dar a los estudiantes, una vez egresados, una vía de ascenso social” [4]
Desde sus inicios las universidades del conurbano han incorporado a jóvenes que viven en los distritos donde están ubicadas, y otros aledaños a los mismos, que en su mayoría son los primeros de su grupo familiar en acceder a la educación superior.
El último censo realizado por la UNGS en 2023 [5] da cuenta de su composición social: 8 de cada 10 estudiantes son primera generación de estudiantes universitarios, mientras que 5 de cada 10 son los primeros en sus familias en completar estudios secundarios. Respecto a su lugar de residencia, 7 de cada 10 habitan en los municipios del ex Partido General Sarmiento (Malvinas Argentinas, San Miguel, y José C. Paz), y el 20% provienen de Pilar, Tigre y Moreno.
Sobre su situación laboral y condiciones de trabajo, un dato a destacar es que la mitad de los estudiantes censados poseen empleo, y un 46% de ese sector dedica más de 35 horas semanales al trabajo. En situación de desempleo se encuentra un 31% y un 16% permanece inactivo (no tiene trabajo y tampoco busca).
Gráfico 1:
Gráfico 2:
Todos estos datos demuestran que la población estudiantil de la UNGS son en su gran mayoría jóvenes trabajadores provenientes de familias obreras, que son quienes han padecido el ajuste del gobierno de Alberto Fernández y ahora están sufriendo las consecuencias del shock de Milei.
En el marco de un brutal ataque que se quiere llevar adelante sobre la Universidad pública, queremos abrir un primer debate sobre cómo nos tenemos que organizar para poder defenderla. Defender el acceso a la educación como un derecho, garantizar la permanencia de todos los jóvenes que somos hijos de trabajadores, y evitar el camino hacia la elitización.
Para defender la educación pública: ninguna confianza en las autoridades y en la dirección de los sindicatos
Si bien el desfinanciamiento del presupuesto universitario ha dado un salto con el gobierno de Milei, hay que aclarar que no es su inicio. Desde el gobierno de Macri, pasando por el de Fernández, el presupuesto ha sido atacado principalmente por la vía de la inflación y devaluación.
En estos años las autoridades han jugado un rol cómplice para que pasen estos recortes y los han aplicado perjudicando a distintas áreas de la universidad. El rectorado, con Flavia Terigi y Sergio Vera a la cabeza, es quien ha avalado para que en el Consejo Superior de la universidad se voten presupuestos por debajo de la inflación a través de consejeros que responden a la gestión universitaria. En el último tiempo ya hemos visto las consecuencias de estos recortes, y de la administración discrecional que la gestión que gobierna la UNGS aplica en áreas concretas. Por ejemplo, el Fondo de Viajes sólo ha contemplado el viaje de estudios para solamente diez estudiantes por carrera, mientras que el Programa de Políticas de Género no cubrió el transporte para los encuentros plurinacionales de género y diversidad.
La UNGS cuenta en su haber la recepción de financiamiento del sector privado y el armado de convenios con empresas de dicho sector. Por ejemplo, en el año 2009 se conoció que la minera que trabaja a cielo abierto, la Alumbrera, aportó financiamiento a nuestra universidad [6]. Sobre los convenios podemos mencionar los casos de Fabricaciones Militares y la farmacéutica Roemmers. A partir de esto, la incógnita que se nos abre es si las autoridades de la UNGS buscarán profundizar este esquema de financiamiento privado y de orientación hacia el mercado.
Sobre el rol de los sindicatos y cómo llegamos preparados para enfrentar el ataque declarado, queremos profundizar en esta nota sobre lo que atañe al claustro estudiantil de nuestra casa de estudios. Una primera distinción pertinente a hacer: el centro de estudiantes como órgano gremial o sindical del conjunto de los estudiantes de la UNGS por un lado, y las agrupaciones que son su dirección política por otro (que se expresan en la presidencia de dicho órgano).
En la UNGS asistimos hace 5 años a una municipalización del centro de estudiantes, dirigido por la corriente “El Puente”, agrupación peronista del municipio de Malvinas Argentinas, que conduce el sindicato desde 2019 junto con el FUNyP y La Cámpora. Tal proceso trae como consecuencia tener al órgano gremial atado de pies y manos a los intereses políticos del peronismo que gobierna el municipio y también la universidad (el FUNyP por ejemplo que es una agrupación que responde a los intereses del rectorado). Dicho esto, la composición actual del centro de estudiantes hace que carezca de autonomía o independencia política. Basta con mencionar algunos ejemplos: el rol de los Consejeros estudiantiles de tales corrientes en el Consejo Superior votando año tras año el ajuste presupuestario de la universidad. Sin embargo la autonomía, no es lo único que ha perdido el órgano gremial estos años, se han revocado todo tipo de instancias de deliberación democrática de las bases. Las reuniones de comisión directiva del CEUNGS nunca funcionaron como establece el estatuto del centro de estudiantes, el sindicato no ha convocado ni una sola vez en estos 5 largo años a una asamblea estudiantil.
El Puente como agrupación dirigida por funcionarios municipales de Leonardo Nardini viene apostando a una política de vender la “idea” de un centro de servicios que tiene muchos límites. En primer lugar, por los propios límites de los servicios brindados y por otro lado por las propias instancias de autoorganización que surgen en UNGS como alternativa a su inmovilismo, como fueron las asambleas de autoconvocados que surgieron el año pasado y la comisión de mujeres y diversidades, que se organiza de forma independiente del CEUNGS.
Por otro lado las agrupaciones que no están alineadas al peronismo municipal, no muestran ningún tipo de política alternativa. Tanto el FUNyP, como La Cámpora ya se encuentran en la presidencia del Centro, y por otro lado la agrupación La Mella, que se presenta como progresista, solo se ha dedicado a hacer propaganda de la propia gestión. Ninguna variante del peronismo a buscado organizar nada de cara al paro del 24E convocado por las centrales sindicales.
Hoy más que nunca con el plan de guerra declarado a nuestros derechos, se torna más acuciante el combate político y la exigencia a nuestro centro de estudiantes para que rompa este inmovilismo y convoque de mínimo a una asamblea, ya que la educación pública se encuentra atacada brutalmente.
El centro de estudiantes es nuestra herramienta para poder organizarnos, defender la educación pública por eso tenemos que recuperar nuestro sindicato, con el objetivo de ponerlo al servicio de los intereses de los estudiantes y en defensa de sus derechos.
¿A que apostamos desde En Clave Roja y Pan y Rosas?
La Universidad Nacional de Gral. Sarmiento tiene una gran tradición de lucha, a pesar de sus pocos años de vida, y desde la Juv. del PTS aportamos nuestro grano de arena para ello.
Nos da orgullo haber aportado en la construcción de importantes lazos de unidad y solidaridad con el movimiento obrero de la zona norte, que se gestó en el periodo de sindicalismo de base en conflictos testigos como: Kraft (ex Terrabusi) [7], Lear Corporation [8] y PepsiCo [9], así como también la solidaridad con sectores populares, desocupados, familias que luchan por tierra y vivienda como Guernica o las familias del Barrio Obligado, hoy esa unidad que hemos logrado construir servirá de preparación para fortalecer los lazos con el conjunto de la clase trabajadora y sectores populares que necesitamos para enfrentar el paquetazo que nos quieren imponer.
Contamos también con la experiencia de lucha de cientos de estudiantes, mujeres y diversidades que supo organizarse en asambleas, reuniones, pañuelazos y debates en la universidad y en las calles para conquistar nuestro derecho al aborto legal. [10]
Partimos de la experiencia de enfrentar el ajuste del Macrismo en 2018 con asambleas interclaustros, movilizaciones, cortes, asambleas interfacultades y toma de la universidad en respuesta a los dichos de Vidal: “Nadie que nace en la pobreza en la Argentina hoy llega a la universidad”. [11]
Más recientemente, se viene también construyendo espacios de autoorganización propios como el Comité Intercarreras que se formó frente a los recortes en los viajes de estudio, y la Comisión de Mujeres y Diversidades UNGS que enfrentó en estos últimos años el recorte del micro al encuentro Plurinacional y defendió el derecho histórico para que les estudiantes participaran de ese espacio de organización nacional.
Sabemos que la defensa de nuestra educación se va a hacer en común con los trabajadores y desocupados, por eso desde En Clave Roja hemos hecho una apuesta para contribuir al desarrollo de la asamblea popular de San Miguel, que hoy nuclea a cientos de vecinos que se están organizando para movilizar de conjunto al paro nacional del 24 de enero. [12]
Pese a que la mayoría de las Universidades del país se encuentran en receso de verano, son miles de estudiantes los que empiezan a organizarse para enfrentar el ajuste de Milei. Formando parte de los miles que se organizan en defensa de la cultura o que también forman parte de las primeras asambleas populares que están surgiendo, así como también de los primeros cortes y cacerolazos.
Desde En Clave Roja apostamos a que sean miles de jóvenes y estudiantes los que nos movilicemos este 24 de Enero de forma independiente. A su vez hacemos un llamado a conformar espacios de deliberación en todas las Universidades para discutir como enfrentamos este ataque a la educación pública, tenemos que anticiparnos y conformar espacios asamblearios y comités que desde ahora empiecen a discutir cómo organizarse en común con docentes y no docentes.
Hacemos un llamado a conformar estos espacios y exigir a que el CEUNGS llame a asamblea para que podamos discutir un plan de lucha para tirar abajo el DNU y defender nuestra Universidad Publica. No podemos esperar.
[1] https://www.laizquierdadiario.com/Queremos-frenar-el-ataque-y-pasar-a-la-contraofensiva-No-dejemos-el-paro-en-manos-de-la-burocracia
[3] https://www.laizquierdadiario.com/Suplemento-especial-una-por-una-todas-las-medidas-de-Milei-y-como-enfrentarlas
[4] Portantiero, J.C., Estudiantes y política en América Latina. El proceso de la reforma universitaria (1918-1938), Buenos Aires, Siglo XXI, 1978.
[5] https://www.ungs.edu.ar/institucional/informacion-y-estadisticas-universitarias/primer-censo-de-estudiantes-de-la-ungs
[6] https://maristellasvampa.net/nuestra-posicion-frente-a-los-fondos-mineros-provenientes-delymad-la-alumbrera-informe-presentado-en-la-universidad-nacional-de-general-sarmiento/
[7] https://www.laizquierdadiario.com/Kraft-Terrabusi-una-fabrica-que-marca-la-historia-de-una-universidad
[8] https://www.laizquierdadiario.com/UNGS-amplia-solidaridad-de-los-estudiantes-y-los-docentes-con-los-trabajadores-despedidos-de-Lear
[9] https://www.laizquierdadiario.com/Ungs-Los-estudiantes-estuvieron-presentes-en-la-asamblea-de-Pepsico?id_rubrique=5441
[10] https://www.laizquierdadiario.com/Debate-en-Universidad-General-Sarmiento-Pan-y-Rosas-y-un-feminismo-de-clase