El éxito del Orgullo Crítico y otras plataformas reivindicativas este año ha sido tal en su convocatoria del 28 de junio que ni los medios oficiales han podido ignorarlo del todo, dedicándoles unas pocas líneas con cierto tonillo despectivo.
Eduardo Nabal @eduardonabal
Jueves 29 de junio de 2017
Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid. Foto: ID
Han oído frases como “capitalismo rosa”, “el espíritu antisistema”, pero no profundizan como pocos suelen profundizar en que detrás del Orgullo Crítico y la Indignación que lo acompaña, y que este año ha sobrepasado todas las expectativas en número de personas asistentes tomando las calles de Madrid “manifestándose, no desfilando”, como coreaba uno de los lemas, hay todo un discurso que pretende llenar la vaciedad de discurso que hay tras el Orgullo Empresarial que este año además se pone sus mejores galas para el World Pride. Y lo más triste de todo es que da igual que sea el PSOE o Ahora Madrid, que el dinero municipal, en su mayor parte, va a los empresarios de siempre con sus cuentas blindadas, sus ilimitadas ambiciones financieras y sus limitadas perspectivas sociopolíticas.
Creo que ya es hora de que la izquierda empiece a plantearse si sus políticas de género son reales o se diluyen en una masa informe con la socialdemocracia neoliberal en la que, como vemos este año en Madrid, todo vale.
La manifestación del Orgullo Indignado, la más numerosa de todas las convocadas, es una señal a toda la sociedad de que hay una población que no se siente representada por esas políticas que dicen dirigirnos, que piden el fin de la violencia física y simbólica hacia nuestro colectivo, que no busca la mercantilización de nuestras luchas ni que nuestro combate por la libertad y el Heteropatriarcado se convierta en un negocio.
Por eso la manifestación discurrió con fervor por las calles de Madrid con lemas nada complacientes contra la Iglesia, el partido en el poder, el capitalismo rosa, la invisibilidad lésbica, el racismo, la transfobia, la putofobia, la bifobia, el avance del fascismo, la violencia policial y contra el eje formado por el heteropatriarcado y el capital.
Hubo algún momento tenso como cuando la mani trato de arrebatarle la medallita arcoíris oportunista al local de Burger King, pero sobre todo una gran euforia de géneros diversos dispuestos a mostrarse sin miedo ni tapujos y a dejar que sus lemas se oyeran sin voltios ni vatios de música que los taparan, a pesar del inesperado encontronazo con un grupo de música y su público que no logró engullir la manifestación.
Creen que con dinero, banderitas sin nada detrás y gestos festivos para bolsillos llenos van a clausurar nuestras protestas, pero la cantidad inesperada y esperanzadora de gente que concentró el 28 de junio el Orgullo Crítico llenando la Gran Vía de orgullo anticapitalista fue toda una lección para estas fechas de lavado rosa. Creo que las hermanas de Stonewall hubieran estado orgullosas de todas nosotras.
Eduardo Nabal
Nació en Burgos en 1970. Estudió Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de Salamanca. Cinéfilo, periodista y escritor freelance. Es autor de un capítulo sobre el new queer cinema incluido en la recopilación de ensayos “Teoría queer” (Editorial Egales, 2005). Es colaborador de Izquierda Diario.