El Comité Olímpico Argentino aseguró que quiere postularse para organizar los Juegos de Invierno en la Patagonia.
Miércoles 8 de octubre de 2014
Cuando uno ve algunos programas de la Televisión Pública siente que está en Suiza y no en un país subdesarrollado que tiene miles de problemas y que camina por la cornisa del default todos los días.
Eso mismo deben pensar las autoridades del Comité Olímpico Argentino que esta semana dieron a conocer su intención, o la del país, de organizar unos Juegos Olímpicos de Invierno. Una locura.
Y justificaremos el por qué de la afirmación, más allá de que Argentina nunca tuvo una representación importante en esos Juegos (dónde la nieve es la estrella), sino por el gasto que significa.
Según aseguraron, el lugar elegido sería la Patagonia y uno se imagina que la ciudad sede será Bariloche, aunque no es descabellado que se piense en Santa Cruz.
Ahora, más allá de la publicidad que le pueden dar los Juegos a una determinada ciudad, el impacto socioeconómico y su rentabilidad no siempre son los esperados.
Es el caso de Atenas, en dónde hoy hay un sinfín de obras que se están echando a perder es un caso testigo.
Para graficar podemos contar que los organizadores de Londres 2012 dijeron que se gastarían 2.400 millones de libras, y el presupuesto final se disparó hasta los 9.300. Atenas presupuestó en 1.600 millones de dólares unos Juegos que acabaron costando 16.000. "El dinero fue dilapidado de una manera irreflexiva”, contó años después una ex diputada griega, para quien aquel despilfarro fue “el germen de la gran crisis griega”.
Y para seguir mostrando podemos citar que los organizadores de Río 2016 admitieron que de los 2.300 millones de dólares que tenían presupuestado terminarán gastando casi 3.000 millones. Eso sería 24.000 millones de pesos al cambio oficial y eso sin contar la plata que hay que poner en infraestructura.
El presupuesto inicial para los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi (Rusia) que se celebraron este año fue de 12.000 millones de dólares, pero se terminaron gastando 33.000. Otro ejemplo es el de los Juegos de la Commonwealth de 2010 en Delhi, India, que se presentó con 6.200 millones de rupias y cuyo presupuesto final fue 11 veces superior.
¿Está Argentina en condiciones de hacer semejante gasto hoy por hoy en tiempos en el que se restringe la salida de dinero y se agotan las reservas del Banco Central? Todo hace indicar que no.
Otro tema que no es menor es que la sede se elige siete años antes. Es un período difícil para los organizadores, ya que deben administrar bien debido a la euforia de ganar la elección, enfrentándose con los diversos problemas que se han de superar en un corto período de tiempo. Algunos de los problemas son un aumento desfasado de las expectativas (no se pueden realizar todas las promesas), los intereses políticos, las promesas medioambientales incumplidas, las obras en las ciudades.
Por otra parte, históricamente el Hemisferio Sur no ha organizado Juegos Olímpicos. Río de Janeiro será el primero y difícilmente se le vuelva dar chances a esta parte del continente, al menos por un tiempo.
Buenos Aires se presentó en 1997 para los Juegos del 2004 y quedó en el quinto lugar. Esos Juegos los hizo Atenas.
Para quienes los Juegos son beneficiosos, ponen como ejemplo el caso de Barcelona, cuyo secreto del éxito estaría en la obra civil por su capacidad de estructurar la ciudad. Pero para ello deberíamos saber primero cuál es la elegida y saber si lo que se haga se usará en el futuro, algo que históricamente no está pasando.
Por ahora todo parece un nuevo mega anuncio sin sustento como lo de traer la Fórmula 1 y lo de hacer el tren bala de Córdoba a Buenos Aires.