Así lo confirma el informe sobre distribución del ingreso del Indec para el cuatro trimestre de 2022. Se trata de salarios por debajo de la canasta familiar que en diciembre pasado fue de $ 152.515. Mientras los empresarios continúan aumentando su tajada en el reparto de la riqueza producida en el país, los trabajadores precarios y pobres son la consecuencia de un fenómeno estructural que se cocina hace años y se profundiza bajo la bota del FMI.
Miércoles 5 de abril de 2023 22:07
El informe sobre distribución del ingreso para el último trimestre de 2022 publicado este miércoles por el Indec confirmó que los salarios y los ingresos de los ocupados están cada vez más lejos de cubrir los gastos que requiere una familia durante un mes. La creciente inflación aumenta a su paso la pérdida de poder de compra de los salarios. Los datos de pobreza en aumento, confirmaron esta misma situación.
El informe señala que la población ocupada (asalariados y no asalariados) registró un ingreso promedio de $95.792. El ingreso promedio de los primeros cuatro deciles de la población, ordenada según ingreso de la ocupación principal, es de $35.710. El ingreso promedio del estrato medio (deciles del 5 al 8) es de $94.502, mientras que el ingreso de los deciles 9 y 10 equivale a $218.560.
En el caso de los trabajadores asalariados, la mitad percibió ingresos por debajo de $ 80.000, considerando el ingreso de la ocupación principal. Asimismo, el promedio de ingresos de asalariados fue de $ 100.506. Imposible llegar a fin de mes, estos montos están muy por detrás del costo de la canasta familiar relevada por el Indec que en diciembre de 2022 fue de $152.515.
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Otro dato alarmante es la distancia de ingresos entre los trabajadores formales y los informales. El ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $123.878, mientras que, en el caso de aquellas sin descuento jubilatorio, el ingreso promedio equivale a $56.418.
Si comparamos ese nivel de ingresos con el valor de la Canasta de Ingresos Mínimos que calculan los trabajadores de la Junta Interna de ATE-Indec, esta fue de $238.680 a finales de diciembre de 2022. La pérdida es mayor aún. Es decir, para la mayoría de los asalariados tener una ocupación no es suficiente para alcanzar el nivel de consumos mínimos para llegar a fin de mes. Cabe recordar que la Canasta de Pobreza que mide el Indec no incorpora otros gastos necesarios como el costo de un alquiler.
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El informe también muestra que continúa la desigualdad de ingresos entre varones y mujeres. En el caso de los ocupados (asalariados y no asalariados), la brecha de género se redujo de 28,3 % a 22,9 % entre el cuarto trimestre de 2022 y el mismo período del año anterior.
Por su parte, indicador que "mide" la distribución del ingreso personal, llamado Coeficiente de Gini, apenas capta una realidad muy recortada, y no puede mirarse en sí mismo para sacar conclusiones respecto a la estructura de ingresos o su distribución. El índice se mantuvo sin cambios siendo de 0,413 en el cuarto trimestre de 2022, al igual que en mismo periodo de 2021. Una desigualdad sin cambios, para muchos. Mientras un sector cada vez más concentrados continúa ganando y recibiendo premios y concesiones por parte del Frente de Todos.
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