Entre los trabajadores de la industria maquiladora se empieza manifestar preocupación por despidos y por el impacto de la contingencia sanitaria en el reparto de utilidades
Miércoles 6 de mayo de 2020
Entre los trabajadores de la industria maquiladora se empieza manifestar su preocupación por los despidos y por el impacto que pueda tener la contingencia sanitaria en el reparto de utilidades. Durante los últimos años la entrega de esta prestación ha venido disminuyendo en cantidad y los trabajadores se cuestionan ¿Cómo es que sí producen más, en las líneas de cada planta, ellos reciben menos cada vez?
Hay que tener presente que si bien en la Revolución Mexicana, los sectores populares representados por Villa, los hermanos Flores Magón y Zapata fueron vencidos, esta derrota fue de la mano de ciertas concesiones a las clases populares reflejadas en los artículos 3º, 27º y 123º constitucional. Al paso de los años, fueron los derechos a la educación, a la tierra y al trabajo logrados a partir de la gesta popular mexicana, mismos que han venido siendo despojados durante el periodo neoliberal.
En México, a pesar de estas recientes y regresivas reformas laborales, la patronal y el Estado no han podido echar atrás el derecho conquistado de que todo trabajador tiene que beneficiarse, de una parte de las utilidades de la empresa donde labora, siempre y cuando tenga cuando menos 2 meses laborando. Lo que en teoría se debe repartir este año entre los obreros, lo determina la Comisión Nacional para la Participación de los Trabajadores en las Utilidades de las Empresas que, este año fue establecido en un 10% de las utilidades de la Empresa del año fiscal anterior, en este caso 2019.
Las utilidades que se reparten a los trabajadores son una conquista democrática del movimiento obrero, un derecho que constantemente es negado o esquilmado por la patronal en contubernio, no pocas veces, con los sindicatos charros. La Ley Federal del Trabajo (LFT) establece que las utilidades deberán entregarse durante el mes de mayo y las mismas corresponderán al ejercicio fiscal del año anterior (2019), por lo que el monto a ser entregado a los trabajadores durante este mes no deben presentar ninguna modificación o afectación en relación a lo ocurrido con la contingencia sanitaria de este año.
Es importante saber que el 10% de las utilidades de la empresa deberían ser repartidas de 2 maneras: la mitad del total (5% de las utilidades de la empresa) se repartirían en partes iguales entre todos los trabajadores y la otra mitad en proporción al monto de los salarios que cobra cada trabajador.
Cabe decir que están exentas del pago de utilidades las empresas de nueva creación. Hay otros casos legalmente exentos de este reparto pero que no tienen nada que ver con la industria maquiladora.
Así, los trabajadores de maquila vienen enfrentando trabas por parte de la patronal, de los sindicatos charros y de la propia LFT para poder determinar con exactitud el pago que por derecho les corresponde. De aquí la importancia de recuperar y democratizar los sindicatos existentes para ponerlos verdaderamente al servicio de los intereses de los trabajadores.
Debemos tener presente que las y los trabajadores no tienen acceso a los libros de contabilidad de las empresas para determinar exactamente las utilidades de su empresa y el 10% que la LFT le asigna al trabajador. La ley remite para el cálculo del porcentaje de las utilidades asignadas al trabajador a la declaración anual de impuestos de la empresa. No obstante, el procedimiento para conocer el estado de la empresa se convierte en una odisea porque la LFT plantea que el trabajador podrá solicitarlo a la empresa, pero no obliga a estas a entregarlo, un acto de confianza que presupone la idea del “buen patrón” que como hemos podido percatarnos en el marco de la actual pandemia, éste supuesto "buen patrón" solo ve por sus ganancias y no por los derechos, salud y vida de las y los trabajadores.
Ahora bien, la LFT plantea que en caso de no estar de acuerdo la patronal en proporcionar a los trabajadores su carátula fiscal, estos están en todo su derecho a objetar ante la autoridad hacendaria siendo mayoría, es decir, el 50% de los trabajadores más 1%, lo que implica un reto organizativo para los y las explotados, un margen amplio para el abuso y robo de lo que legalmente se les reconoce. Es decir, la patronal se roba la plusvalía producida por la fuerza de trabajo de las y los trabajadores y ni una décima parte de lo que se roba está dispuesta a entregar, de manera transparente, a los trabajadores. La patronal y la propia LFT se nos presentan poniendo trabas en el acceso a la información para la determinación del porcentaje de las utilidades a entregar a las y los trabajadores.
Para quienes nos reivindicamos socialistas, las y los trabajadores deberían tener el control de sus fábricas y ponerlas al servicio de la sociedad. La riqueza generada por todos debería ser disfrutada por todas las personas. Este es el objetivo que orienta nuestra lucha. Pero esto no obsta para considerar justo y necesario pelear por cualquier derecho de los trabajadores arrancado al Estado y la patronal. Por eso exigimos entrega clara y transparente de las utilidades a los y las trabajadores.
Ademas consideramos que en estos tiempos de fase 3 de la pandemia los trabajadores deben tener licencias laborales con pago del 100% del salario, por lo menos hasta el 1 de junio como lo señaló la Secretaria de Salud y se deben prohibir los despidos.