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Red Internacional
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Música // Rock. Pappo y sus siete pecados capitales del blues

Los discos de Pappo’s Blues acaban de ser relanzados: el Inamu recuperó masters del sello Music Hall y José “Corcho” Rodríguez, que cuenta con los derechos intelectuales, se abocó a editar la obra.

Sábado 22 de abril de 2017

“Cuando Pedro Pujó y yo preparábamos el lanzamiento de Manal en el Nuevo Teatro asistía a los ensayos Pappo, el ex-guitarrista de Los Abuelos De La Nada. En los descansos, cuando arrancaba con su guitarra las paredes se caían. Luego fue Mar del Plata, durante 15 días Manal fue un cuarteto. Alejandro, Claudio, Javier y él, ya un monstruo de la improvisación que nos hacía vibrar. Entonces empezó nuestra persecución para que Pappo fuera Pappo". Así lo describía el primer productor independiente de Rock de Argentina, Jorge Álvarez, en la contratapa del impresionante Vol. 1 de 1971.

Y es que Álvarez fue la persona que descubría talentosísimos jóvenes en esos años tan duros, con dictaduras apoyadas por una importante parte de la sociedad que se horrorizaba por el simple acto de ver a un chico con pelo largo.

Pappo venía ya de ser un Abuelo, y después Los Gatos lo buscaron para formar parte de la banda en una nueva formación muchísimo más rockera y que dejó dos discos gloriosos como Beat No 1 de 1969 y Rock De La Mujer Perdida de 1970.

El sello Music Hall, por entonces uno de los más importantes de nuestro país, fue el encargado de editar la discografía de Pappo’s Blues. Como es sabido el sello quebró en su momento y miles de discos importantes -no sólo de Rock- quedaron “a las buenas de Dios” durante muchísimos años. Los discos de Pappo’s Blues se podían conseguir en pobrísimas ediciones tanto de arte como de sonido y hasta llegó a haber una reedición hace algunos años un poquito más cuidada de estos siete volúmenes tan importantes para el Rock argentino.

Con distintas formaciones, por Pappo’s Blues pasaron David Lebón, Pomo Lorenzo, Alejandro Medina, Black Amaya, Isa Portugheis entre otros. Porque Pappo’s Blues era Pappo, con sus virtudes y deficiencias.

Cuenta la historia que en los momentos más locuaces de Luis Alberto Spinetta era habitual verlo junto a Pappo. Que iban a una pizzería en Flores y tiraban porciones al techo o que se escondían porciones bajo la manga para darle la mano a gente saludando con el chiste de hacer sentir la grasa y el queso en un apretujón de manos.

Pero también, en el libro 100 Veces Pappo podemos leer anécdotas que muestran al “Carpo” como una persona machista y maltratadora, con situaciones que lo acompañaron a lo largo de su vida, esa vida donde había más que motos, autos y guitarras.

Los discos que acaban de ser relanzados se pueden conseguir en CD y en vinilo (aún no están todos en este formato) y fueron remasterizados en los Estados Unidos.

Encontraremos a lo largo de estos discos los grandes clásicos como “Algo Ha Cambiado”, “El Viejo”, “El Hombre Suburbano”, “Adónde Está La Libertad” (vaya retrato de una época represiva), “El Tren De Las 16”, “Desconfío”, “Pobre Juan” y tantas otras canciones que eran grabadas de forma hasta precaria. A Pappo -queda claro- jamás le importó la producción artística de un disco. Él iba y grababa, y si se aburría ya terminaba la canción. Comenzaba y terminaba cuando él quería. Por eso vemos que hay discos que fueron grabados hasta con la precariedad de una consola de dos canales, pero en este momento podemos preguntarnos si hubieran trascendido tanto los discos si hubiesen sido “formalmente” bien grabados. Creo que podemos afirmar que sí, pero a la vez ese sonido pobre, por definirlo así, de estudio también era Pappo.

Sin ninguna duda los 5 primeros volúmenes son los verdaderamente trascendentales, hasta el prestigiosísimo Vol.5 o Triángulo, que es, a mi entender, el mejor disco de Pappo de toda su carrera y que cuenta con la participación de León Gieco. Luego Pappo emprendió un viaje y el sello editó el Vol.6 (¡ningún disco tiene nombre!) con sobrantes de sesiones interminables.

El Vol. 7 incluye reversiones en estudio de una idea original que era grabar un disco en vivo, pero por deficiencias técnicas no pudo llevarse a cabo dicha tarea así que reversionaron en pobres versiones algunos clásicos y también incluyeron material sobrante. Y ahí terminó Pappo’s Blues, aunque hubo un cuestionable Vol. 8 en la década del ’90 y que no forma parte de estas reediciones.

Pappo, cuestionado por machista y violento, fue un gran músico, gran guitarrista, pianista, fierrero.
Su obra en estos siete discos puede escucharse una vez más. Al alcance de la mano en las disquerías que quedan. No viene mal en épocas en que supuestas disquerías venden lavarropas.