Un debate que atraviesa a los grandes empresarios y economistas estas últimas semanas es la discusión respecto a un nuevo “superciclo” o no del cobre. Esto producto de las alzas constantes del precio del cobre durante el año, el cual a pesar de haber bajado a principio de esta semana, volvió a superar el umbral de los US$4 la libra. Mientras los capitalistas del cobre tienen diferencias ante un gran ciclo, preparan un escenario para aumentar la inversión y la reactivación de diversos proyectos, discuten como si Chile no hubiese cambiado a un país que cuestionó el saqueo de estos últimos 30 años. Nuestras demandas no han sido resueltas, hay que recuperar los recursos estratégicos para el pueblo trabajador.
Viernes 12 de marzo de 2021
Semanas llevan discutiendo economistas, los grandes empresarios y las financieras más importantes del mundo, en torno a si estamos ad portas de un “superciclo” del cobre. El día lunes Diario Financiero sacó un titular respecto a que el “cobre cae de las US$4”, porque según indicaba el mercado las apuestas especulativas en China a favor del cobre habían disminuido fuertemente, pero bastaron menos de tres días para que el valor del metal volviese en la Bolsa de Metales de Londres a superar el umbral llegando a los US$4,005 la libra.
Mientras los capitalistas debaten en torno a este tema, o el ministro de Minería y Energía, Juan Carlos Jobet, participa en el Encuentro que se dio en Canadá en la feria Prospectors and Developers Association of Canada (PDAC), abarcando 33 proyectos en torno a la “economía verde” y las energías limpias, resaltando que durante el año 2020 en medio de la pandemia el país se mantuvo en los altos niveles de exploración con un monto invertido de unos US$458 millones, entre otros. A los grandes empresarios del cobre y sus políticos, nada dicen de la crisis sanitaria que ha afectado a la población trabajadora y pobre, discuten como si en el país nada pasara o como si no hubiese sucedido un estallido social que cuestionó los privilegios y la privatización de la vida, el saqueo de estos 30 años que estos mismos siguen buscando defender en su esencia.
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La región del saqueo y la realidad de los saqueados
Los empresarios, los mismos que tienen más del 70% de la producción del cobre privatizada, debaten en estos momentos cómo seguir generando ganancias e invertir en proyectos en la minería; es más, algunos proyectos se han vuelto a reactivar, es decir, en momentos de crisis y de rasgos de recuperación, siempre su intención es sacar el mayor provecho para ellos y su enferma capacidad de acumular riquezas sin límites, a la vez poco y nada les interesa la vida de la mayoría de la población.
La región de Antofagasta es expresión de esta gran contradicción, la región por excelencia cuprífera, en la que se produce el 57% del cobre nacional, el que ocupa un lugar privilegiado a nivel mundial, la realidad de las familias trabajadoras no refleja en nada las riquezas que existen en este territorio.
La irracionalidad de este sistema, se refleja que mientras se generan miles de millones de dólares producto del cobre, son más de 7.500 familias las que viven en 79 campamentos en la región.
También se ve reflejado en la ciudad de Calama, en medio del desierto de Atacama donde las industrias mineras ocupan el 97% de las aguas subterráneas, las que a la vez tienen nombre; por ejemplo, Codelco con un 44%, seguido por el 12% perteneciente a la firma Exploraciones Mundo S.A, luego le siguen Minera Leonor y SQM Salar S.A. con el 7% cada una; tras éstas se ubica Minera Zaldívar con el 6% de la propiedad de los derechos de aprovechamientos de agua, esto sin sumar que al año 2019 la misma industria consumió un 42% de las aguas del mar.
Lo mismo sucede con la energía, mientras los grandes empresarios de la minería se lavan la boca respecto al uso de energías limpias después de hacer de Calama una ciudad saturada por partículas respirables que enferman a las personas, y la transnacional francesa Engie celebra que generará 460 Gigawatts al Sistema Eléctrico Nacional, sobre todo para la industria, sólo con el 2,1% de esa energía se podría alimentar más de 5 mil hogares. El saqueo de los recursos es brutal, mientras así actúan las grandes empresas privadas nacionales y transnacionales, donde el centro de estos recursos se explotan en Calama, es en la misma ciudad donde más de 26 mil personas viven con la carencia de los recursos básicos como el agua, la luz o el gas.
Es así que en este contexto de precarización para decenas de miles de familias trabajadores, los magnates del metal rojo celebran cada semana el alza del valor y la producción del commodity, a costa de arriesgar la salud de miles de trabajadores y trabajadoras, no bastando con la responsabilidad que tienen saturando ciudades y teniendo el monopolio del cáncer acompañada de una salud caída a pedazos con hospitales colapsados que no dan abasto en números de camas o personal, que es un problema que viene antes de la pandemia. Es más, dado los altos índices de cáncer en la región, mientras aquí el cobre es grito y plata para los capitalistas, en la región se cuenta con sólo un séptimo de los oncólogos necesarios y un quinto de los oncólogos radioterapeutas requeridos, según el “Plan Nacional del Cáncer” del Centro Oncológico del Norte.
Para qué hablar de la educación de mercado, que hoy tiene a las y los hijos de la clase trabajadora formándose en paupérrimas condiciones, producto de que el Estado no se ha hecho cargo de la educación, menos de las condiciones de los y las docentes, que agobiados por el teletrabajo, además deben financiar con sus propios recursos las falencias de conectividad de sus estudiantes, la pandemia del coronavirus ha profundizado aún más la precariedad de los derechos más básicos para nuestras familias.
Recuperemos los recursos naturales para el pueblo pobre y trabajador
Algunas de las cuestiones descritas que pasan en la cotidianidad del pueblo pobre y trabajador, es sólo una parte de lo irracional que es el capitalismo para nuestras vidas. Los grandes imperios del cobre se llevan por millonadas las ganancias producida por nuestras manos, y esto a través de una explotación y saqueo a destajo de los recursos naturales.
Ante todas las problemáticas que millones demandamos durante la rebelión de Octubre del año 2019, ligadas a las pensiones, la educación, la salud, la vivienda y el trabajo, es necesario organizarnos y movilizarnos para recuperar los recursos naturales como el cobre, el litio y el agua. Pero no se trata de recuperarlos para que el propio Estado de los empresarios haga lo que ha hecho con CODELCO durante años entregando millones de dólares a las Fuerzas Armadas para reprimir a la población, sino que necesitamos recuperar cada uno de estos recursos bajo el control de las y los trabajadores y las comunidades sin pago de indemnización a los saqueadores.
Sabemos que los capitalistas y sus políticos se resistirán a cualquier alternativa que toque sus bolsillos e intereses, por eso el camino es la movilización, unidad y organización, para poder conquistar con ello poner las riquezas de nuestros recursos al servicio de las necesidades del pueblo pobre y trabajador.