El acceso al agua potable es internacionalmente reconocido como uno de los derechos humanos esenciales. Sin embargo, más de 2.000 millones de personas en diversos puntos del planeta no tienen ni siquiera los servicios de agua y saneamiento más básicos.
Axomalli Villanueva @1quiahuitl
Viernes 22 de marzo de 2019 22:12
El Informe de Desarrollo Mundial del Agua de las Naciones Unidas titulado Leaving No One Behind, publicado coincidiendo con la celebración este 22 de marzo del Día Mundial del Agua, analiza con detalle los motivos y el alcance de la exclusión a los recursos del agua e investiga la manera de superar estas desigualdades.
Las cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU) alertan: 2.100 millones de personas viven sin agua en sus hogares. Algo tan común en países desarrollados como abrir el grifo se convierte en inalcanzable en muchas partes del planeta.
Según este informe, la escasez puede provocar que hasta 700 millones de personas se podrían ver desplazadas por no tener su abasto garantizado, los más recientes informes publicados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, citan al agua como uno de los recursos más críticos, debido a que la escasez y calidad son problemas que deben ser solucionados.
Grandes diferencias entre ricos y pobres
Las cifras globales ocultan disparidades significativas, destaca la ONU. A escala mundial, la mitad de las personas que beben agua de fuentes inseguras viven en África. En el África subsahariana, sólo el 24% de la población tiene acceso al agua potable, y el 28% tienen instalaciones sanitarias básicas que no se comparten con otros hogares.
Existen discrepancias significativas en el acceso, dejando en mayor vulnerabilidad a los pobres. En las zonas urbanas, los desfavorecidos alojados en alojamientos improvisados sin agua corriente suelen pagar entre 10 y 20 veces más que sus vecinos en los barrios más ricos de agua de calidad similar o menor comprados a vendedores de agua o camiones cisterna.
Sin agua segura, accesible y saneamiento, estas personas tendrán que hacer frente a múltiples desafíos, incluyendo las malas condiciones de vida y de salud, la malnutrición y la falta de oportunidades de educación y empleo.
Como consecuencia de esta disparidad se da el fenómeno de los refugiados y desplazados internos, que a menudo menudo se enfrentan a serios obstáculos para el acceso de los servicios de abastecimiento y saneamiento y sus números son más altos que nunca.
En 2017, los conflictos y la persecución obligados 68,5 millones de personas a abandonar sus hogares. Por otra parte, un promedio anual de 25,3 millones de personas se ven obligadas a migrar debido a los desastres naturales, el doble que en la década de 1970. Un número que se espera aumentar aún más debido al cambio climático.
México en cifras
En México, la distribución geográfica del agua no coincide con la distribución geográfica de la población. El volumen de agua renovable promedio en el país per cápita es de 4,028 metros cúbicos por habitante por año.
Sin embargo, existen diferencias sustanciales entre el Sureste y el Norte del territorio; se observan áreas con gran escasez de agua y regiones con frecuentes eventos hidrometeorológicos que significan costosas inundaciones y afectación de asentamientos humanos e infraestructura.
Según el Consejo Consultivo del Agua A.C., de los 653 acuíferos, 106 se encuentran sobreexplotados, especialmente en zonas de interfase agrícola y urbana, lo que plantea un horizonte previsible de agotamiento y la contaminación por minerales )(por ejemplo arsénico) que significan graves problemas de salud pública.
Si bien oficialmente 92.0% de la población tiene acceso al servicio público de agua potable, dicho porcentaje disminuye dramáticamente cuando se considera su calidad.
Por otro lado hay una gran vulnerabilidad a eventos hidro-meteorológicos extraordinarios, por regulación inadecuada del territorio a escala municipal, y por corrupción en la aplicación de los Programas de Desarrollo Urbanos.