Partido de Trabajadores Revolucionarios presentó firmas de afiliación ante el SERVEL para constituirse como partido legal en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. Anunciaron que comenzarán proceso de recolección de firmas en Santiago con el objetivo de fortalecer una alternativa que enfrente a la derecha de manera consecuente, de manera independiente al gobierno de Boric.
Jueves 21 de marzo
Tras reunir firmas en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, con miles de trabajadores, mujeres y jóvenes que apoyaron esta iniciativa, el Partido de Trabajadores Revolucionarios realizó la solicitud ante el SERVEL para ser reconocido como partido legal ante el SERVEL hicieron la solicitud de inscripción como partido.
Con esto esperan disputar en las próximas elecciones municipales para entregar una voz de la izquierda socialista y de la clase trabajadora, como lo hacen hoy con la concejal municipal por Antofagasta Natalia Sánchez, además de iniciar la recolección de firmas en Santiago para disputar las elecciones parlamentarias con lista propia.
En una conferencia de prensa realizada en las afueras del Servicio Electoral en Santiago declararon:
"Hoy entregamos las firmas reunidas en las ciudades de Arica, Iquique y Antofagasta, donde hemos recibido el apoyo de miles de personas para avanzar en la legalización de nuestra organización política.
Este es sólo un paso: Hoy anunciamos que comenzaremos a reunir firmas en otras regiones y particularmente aquí, en Santiago, para constituir legalmente al PTR y participar en las elecciones parlamentarias y también especialmente en el norte en las municipales con nuestra compañera Natalia Sánchez, concejala de esa ciudad. Somos una organización que está en la lucha de los trabajadores, hoy en la pelea de los profesores en Antofagasta, hemos luchado contra la represión.
Lo hacemos porque vemos la necesidad de que exista una voz política de las y los trabajadores, revolucionaria, internacionalista y anticapitalista. Las elecciones y la legalidad para nosotros es sólo una tribuna más para impulsar estas ideas, para potenciar la movilización y la organización obrera popular.
Vemos indispensable que emerja una voz que sea claramente socialista y revolucionaria: una izquierda de la clase trabajadora, completamente independiente al gobierno de Boric. Para enfrentar consecuentemente a la derecha y sus discursos reaccionarios, es indispensable no tener ningún compromiso con este gobierno.
En ese camino queremos proponerle a las organizaciones que se declaran socialistas y revolucionarias abrir una discusión programática por un frente de independencia de clase. E impulsar juntos la tarea de conquistar la legalidad en las principales ciudades del país.
Esa necesidad hoy es más latente que nunca, cuando nos encontramos con el escándalo de corrupción de Luis Hermosilla. Se sabe que Hermosilla era una persona transversal, y es claro: es un ejemplo nítido de cómo opera el poder político en el Estado capitalista chileno.
Políticos tradicionales que se acostumbran a vivir con privilegios, con sobresueldos, evadiendo el pago de impuestos como los grandes empresarios, usando información privilegiada para sus negocios. Son una casta política empresarial.
Y este gobierno no se ha quedado atrás. Vimos con el caso fundaciones cómo se decidieron a administrar como un partido tradicional más el Estado capitalista.
Desde el PC al Frente Amplio decidieron integrar a la ex Concentración a puestos clave, gobernaron como neoliberales descargando la crisis económica sobre las familias trabajadoras y en materia de seguridad hicieron el trabajo sucio que no pudo hacer la derecha, militarizando el territorio mapuche y pasando leyes como la Naín Retamal o la Infraestructura crítica. Lo que queda claro es que el proyecto de una izquierda reformista detrás del gobierno de Gabriel Boric , incapaz de cumplir su propio programa, mostró su fracaso. Muchos compañeroas y compañeras confiaron en este gobierno, y ante la profunda decepción que significa, los invitamos a no irse para la casa, sino a pelear por una alternativa política independiente al gobierno.
Ahora todos, desde la derecha al gobierno, parecen encontrar un consenso: la seguridad se resuelve con mano dura y con militarización. Dan vergüenza las declaraciones del alcalde Vodanovic llamando a usar militares. O el desalojo de la toma Dignidad por parte de Rodolfo Carter, cuando sus habitantes sólo pedían una solución habitacional.
Mientras todos siguen con la línea de administrar el Chile neoliberal: las mayorías trabajadoras sufren las consecuencias, con la precarización laboral y hostigamiento, como ocurrió con Katherine Yoma en Antofagasta, por quien exigimos justicia
Pero con toda la crisis, hay sectores de extrema derecha que se favorecen de este discurso contra la corrupción para instalar ideas reaccionarias. Miran a Milei o a Bukele como ejemplos, es decir buscar concentrar el poder en un presidente fuerte apoyado en las fuerzas armadas. Detrás de su retórica está la pretensión de imponer el orden a favor de los capitalistas y acercarse a Donald Trump y al asesino y genocida Netanyahu.
Respecto al gobierno somos categóricos: se han transformado en la nueva Concertación. Esa izquierda institucional, que quería conciliar con la derecha y limitarse a reformar este régimen pinochetista y el capitalismo, esa izquierda fracasó. Pero no es momento de irse a la casa. Hay que construir otra alternativa, por eso nos proponemos hablarle a los decepcionados de este gobierno y que no están dispuestos a irse para la casa.
Necesitamos una izquierda consecuente que les haga frente. Por eso apostamos por la confianza en el camino de la organización y movilización, para conquistar las demandas irresueltas que se pusieron sobre la mesa desde la revuelta y mucho antes. Hoy queremos instalar una agenda favorable a los trabajadores y el pueblo. A cinco años de la revuelta, siguen las pensiones de hambre, se mueren miles en las listas de espera en los hospitales, más de un millón de jóvenes y sus familias siguen endeudados por querer estudiar mientras no pueden conseguir trabajo, y se acabó el sueño de la vivienda propia para cientos de miles. Vamos por el fin de las AFP, terminar con esta salud para ricos y para pobres, una educación pública, gratuita y de calidad, donde las comunidades educativas decidan para acabar con el autoritarismo escolar; un plan de emergencia habitacional para terminar con campamentos dando soluciones habitacionales de calidad, expropiando los suelos controlados por inmobiliarias especuladoras y entregando la gestión de esos proyectos a trabajadores y pobladores; que todo parlamentario y alto funcionario público ganen igual que un trabajador calificado.
Queremos que los recursos naturales sean nacionalizados, que estén lejos de las garras de los grandes empresarios que contaminan y saquean, y que, protegiendo el medioambiente, puedan utilizarse para financiar las necesidades urgentes del pueblo trabajador.
En el fondo, queremos que decidan las y los trabajadores. Esa es nuestra perspectiva, un gobierno de las y los trabajadores, de ruptura con el capitalismo".