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Red Internacional
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Lesa humanidad. Patricia Bullrich humanitaria con los genocidas: pide la libertad para los mayores de 70 años

La ministra de Seguridad, en su visita a Mendoza, junto a Mariano Cúneo Libarona -donde concurrieron para la puesta en marcha del sistema acusatorio en la región- sostuvo que “hay detenidos que tienen 90 años con enfermedades terribles en prisión”. Horas más tarde, el ministro de Justicia, se pronunció en el mismo sentido.

Martes 6 de agosto 20:57

“Lo que tiene que primar es la igualdad ante la ley. A los 70 años las personas que están condenadas por cualquier delito, ya sean robos, homicidios o lo que fuere, pueden salir. Hay casos de detenidos por delitos de lesa humanidad que tienen 90 años con enfermedades terribles en prisión. Una cosa es cumplir con la condena y la otra es obligar a cumplir una condena con cáncer terminal en una cárcel”, sostuvo Patricia Bullrich en tierras cuyanas.

Una afirmación que llega luego del extenso repudió que generó que diputados nacionales visitaran en el penal de Ezeiza a condenados por crímenes de lesa humanidad. Sobre esto la ministra expresó que no se trató de una reivindicación. “No es reivindicar. Los que fueron tienen otra versión. Estuvieron en un pabellón y en ese pabellón estaban estos detenidos. Más allá de esto, no hay ninguna prohibición para ir. También dijo que está de acuerdo si los diputados “tienen una lectura distinta del pasado y quieren dar vuelta la página”. Por eso, planteó que “no hay pensamiento único, ya que la libertad no es decir que hay 30.0000 desaparecidos y si no opino igual, está mal”.

Hablar de lecturas u opiniones es banalizar lo que ocurrió durante la última dictadura cívico-militar. 30.000 desaparecidos, más de 600 bebés nacidos en cautiverio que fueron robados, los más de 800 centro clandestinos donde torturaron y asesinaron luchadores obreros y juveniles, no es tema opinable. No hay doble lectura, es una sola: fue un genocidio de clase y son crímenes de lesa humanidad.

Sobre estas repudiables visitas a genocidas, Bullrich planteó que se analiza en el gobierno la posibilidad de otorgarles la prisión domiciliaria. En una entrevista, Cúneo Libarona sostuvo: “salvaje” que haya 300 represores de 80 años presos y enfermos que "bien podrían estar en otras condiciones de detención". El ministro de Justicia agregó que "Me parece que estamos afectando el criterio de humanidad de las penas, estamos afectando el criterio de dignidad. Y esto ya no se ha convertido en justicia, sino que se torna en venganza", afirmó.

Por su parte, Patricia Bullrich aseguró que “la ley debe ser igual para todos” y no rechazó la idea de dictar prisión domiciliaria a detenidos por delitos de lesa humanidad. Lo que no dice la ministra es que los derechos que reclama para los genocidas, estos ya los tienen. Desde 2021 las personas en libertad son más del doble que las detenidas. Entre quienes se encuentran privados y privadas de la libertad, 508 obtuvieron el arresto domiciliario, mientras que 91 permanecen en establecimientos penitenciarios y 62 se encuentran en otro tipo de dependencias.

Mientras que los presos comunes, con patologías graves, no gozan con el derecho de pasar sus últimos años con arresto domiciliarios, los genocidas logran “dibujar” sus dolencias para “cumplir” sus condenas en sus casas millonarias. A muchos de ellos se los vio paseando por las calles.

Los ministros de Seguridad y Justicia acuden a un argumento “piadoso”, como la edad. Nuevamente, lo que no dicen ninguno de ellos es que los genocidas gozaron de la impunidad que gobiernos radicales y peronistas les otorgaron por más de dos décadas. Cuando en el año 2006 se anularon las leyes de impunidad, los juicios se comenzaron a realizar muy lentamente. Es por esto que muchos de estos criminales murieron estando en libertad. Gozaron, lo que familiares y luchadores por los derechos humanos denominan como: impunidad biológica.

Además, la mayoría de ellos contaron con otro privilegio: siguieron en la comodidad de sus hogares mientras se sustanciaron los procesos, largos demasiados largos.

Permanecieron en libertad y no fueron detenidos hasta que la condena no quedara firme. Además, incluso los condenados detenidos, continúan cometiendo delito porque mantienen en silencio dónde están los desaparecidos y a quiénes entregaron los niños apropiados que continúan con una identidad falseada. En tanto las cárceles están repletas de presos comunes sin sentencia.

La lucha por la memoria, verdad y justicia, continúa vigente. Así lo demostró la masiva movilización popular contra el intento de otorgarle el 2x1 a los genocidas durante los años en que gobernó el macrismo. También con el extenso repudió que generó las visitas de los diputados a los genocidas.