En declaraciones a la La Izquierda Diario, economistas de distintos ámbitos opinaron sobre los anuncios realizados y las perspectivas de la situación económica.
Victoria Sánchez @VickytaTw
Martes 4 de septiembre de 2018
La crisis económica que atraviesa el país ha pegado un salto la semana pasada como se vió reflejado en la fuerte devaluación del peso, que hizo que en el segmento minorista el billete verde cierre a $37,99 para la venta, según el promedio que realiza el Banco Central (BCRA).
Ayer por la mañana previo a la apertura de la rueda bursátil, y en un día en el que había feriado en Estados Unidos, Mauricio Macri primero seguido por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunciaron una serie de medidas entre las que se incluyen un nuevo recorte en el gasto público, la fusión y reducción de algunos ministerios y la implementación de un esquema de retenciones. La Izquierda Diario conversó con economistas de distintos ámbitos al respecto para saber su opinión acerca de los anuncios hechos, así como de cual puede ser el impacto sobre la economía. ¿Quienes ganan y pierden con las nuevas medidas?
Martin Kalos, Economista UBA, Director de la Consultora EPyCA, Docente en Tea y UNGS
Las medidas anunciadas son medidas de crisis pensadas pura y exclusivamente para paliar el problema del déficit público y sin ningún tipo de mirada sobre lo social o lo productivo. Entonces puede aportar a reducir el déficit efectivamente, aunque no creo que sea tan fácil llegar al déficit cero tan rápidamente porque el contexto recesivo y la elasticidad tributaria va a implicar que les cueste más recaudar lo que están pensando. Son medidas que tienen incentivos a mediano plazo que son riesgosos, aunque probablemente estén pensadas para que funcionen en el corto plazo y en el mediano plazo re discutirlas. Por ejemplo, rediscutir la transición para eliminar las retenciones temporales después del 2020. Porque si en el 2020 se pagan retenciones y en 2021 no, por lo menos los últimos meses del 2020 veríamos una sequía de exportaciones, ya que estarían a la espera de exportar en 2021 ya sin impuestos. De todas formas sigue faltando una pata productiva y social para poder decir que la crisis se empiece a paliar. Por ahora es pura y exclusivamente capear la falta de confianza en la capacidad de repago del Estado Nacional en sus compromisos, es un programa financiero, fiscalista y que sostiene la perspectiva de una recesión profunda por lo menos hasta abril del 2019.
Martín Trombetta, Dr. en Economía UBA, Becario CONICET y Profesor UADE
De los anuncios económicos de hoy, lo más rutilante es el nuevo esquema de retenciones que forma parte de plan para poder llevar alcanzar el famoso “déficit cero”. Es decir que le están metiendo con el acelerador a fondo con las metas fiscales, el esquema de retenciones tiene un problema de diseño inocultable, porque mantiene una alícuota para soja y después un monto fijo en pesos. Es decir que genera incentivos a que los productores de soja se “sienten sobre la cosecha” como hacían en tiempos de Cristina, esperando un aumento en el tipo de cambio que licue en términos relativos lo que tienen que pagar como impuestos. Los que defienden al Gobierno, señalan que esto está planteado en estos términos para para que no ofenda demasiado a los intereses políticos del sector exportador de granos y de esta manera el Gobierno no pierda otro más de los pilares de su apoyo social. Sin embargo, lo más probable es que esta medida fracase y las metas fiscales una vez más vuelvan a incumplirse, con lo cual el clima de incertidumbre financiera en el que estamos sumidos a priori no tiene ninguna razón para ceder. La calma de ayer, solo se puede entender debido a que en Estados Unidos fue feriado, no sabemos qué va a pasar mañana. El Gobierno está acorralado en términos políticos y eso es lo que compone la segunda parte de los anuncios. La reducción de ministerios es un gesto político, ya que el nivel de ahorro que eso puede generar es completamente despreciable, pero sirve para intentar dar una imagen de que convicción en la disputa contra los números rojos a nivel fiscal. Ahora bien, ni siquiera en esos términos el Gobierno termina de satisfacer las demandas que le son planteadas desde “el mercado” porque mantuvo a su núcleo duro de funcionarios, solamente desplazo a personajes de segunda línea. En relación a quienes ganan y pierden, está claro que todos los trabajadores vamos a perder con esto. La economía argentina está encaminada irremediablemente a una profunda crisis económica que será, sin lugar a dudas la más profunda desde el año 2002 y no hay manera de saber cuál será su alcance ni su duración. Tampoco me parece que la burguesía argentina, tanto exportadora de granos como industrial que también tiene una retención de menor cuantía, tenga demasiadas perspectivas a seguir ganando. Ya que la recesión venidera destruirá todo sin lugar a dudas y generará nuevamente condiciones para la acomulación de capital de argentina sobre la base de un profundísimo ajuste como sucedió en el año 2002.
Leandro Mora Alfonsín, Economista UBA, docente UBA, UCES y UNGS
Los anuncios profundizan una mirada que sobredimensiona o sobreestima lo que son los aspectos fiscales. Pero aún estas medidas son una promesa de un programa financiero que es lo que espera “el mercado” para calmar la voracidad que se ve por el dólar. De hecho ayer el dólar volvió a subir a pesar de los anuncios. Eso es porque los anuncios que se hicieron nada tienen que ver con la cuestión cambiaria, sino que tienen que ver con una cuestión fiscal. A su vez, la sobreponderación de la mirada fiscalista no tiene en cuenta que los problemas estructurales de la argentina no empiezan y terminan en el déficit fiscal, sino que tienen diversos elementos. Por una parte, tenemos un problema de Cuenta Corriente que se está arreglando pura y exclusivamente por el tipo de cambio, y eso tiene un límite que está en la inflación. La inflación este año va a ser muy alta, la previsión del Gobierno que trascendió es del 42 %, una barbaridad con paritarias del 15 %. ¿Cuál es la implicancia en la economía real de esto? Vamos a tener al salario real cayendo, y por ende una caída del consumo. Por otra parte, si vemos la inversión, las PyMes tienen caída de ventas y aumentos de costos, por ende rentabilidad nula que hace que no inviertan. A su vez, el gasto público está atado y con muchos menos grados de libertad por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Debido a todo esto, no se observa un impacto positivo de la economía de estas medidas, cambiar ministerios y demás no ahorra gastos ni tiene ningún efecto puntual que pueda ponderarse y observarse. La estabilización del gasto en sí no garantiza crecimiento. Después está la interpretación de política pública, que la cartera de salud pase de ministerio a secretaria, en un país donde hay 30 % de pobreza es una pésima definición de política pública.
Con respecto a las retenciones que se anunciaron, las mismas tienen un efecto futil porque al ponerle un componente fijo en pesos se licua por tipo de cambio. Si dentro de dos meses por ejemplo, el dólar es más caro los $ 4 por dólar que están cobrando como retención se licuan, entonces lo que se está observando es una baja neta de las retenciones. Por ende la mirada fiscalista en sí, de ingreso menos gasto sigue concentrada en el gasto. Las medidas tomadas no cambian esa lógica. En relación a lo que se puede esperar, el inicio de esta crisis y corrida cambiaria que ya lleva cuatro meses y medio da paso a una recesión que ya se siente, y que por lo menos hasta el primer trimestre del 2019 va a ser bastante dura. Se cree que por el efecto de las elecciones se pueda llegar a compensar algunos saldos de la economía, pero el problema es después qué. ¿Qué pasa en el 2010? ¿El ciclo económico para donde va? En la agenda de decisión política económica no hay una ponderación de lo productivo. Se sigue bajo un esquema esencialmente financiero, el Gobierno corre atrás del humor de los mercados y cuando se hace eso se está perdiendo iniciativa propia de política económica. Y eso es lo que se siente, de hecho cada anuncio que hace el Gobierno genera más desconfianza en vez de confianza, pasó la semana pasada, pasó hace dos semana y paso ayer. En ese camino es donde tal vez están los principales riesgos de corto plazo, y los riesgos de mediano plazo están en que los fundamentos de la economía real que señale anteriormente no funcionan.
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Victoria Sánchez
Nacida en Bs. As. en 1986. Es economista y docente. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2010. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.