Según dijo el mandatario, buscan “proteger la vida de nuestros compatriotas", cuando en realidad es el responsable de miles de violaciones a los derechos humanos, cientos de víctimas de traumas oculares, miles de presos políticos y millones de despidos.
Martes 2 de febrero de 2021
El odiado presidente Sebastián Piñera, quien terminó el 2020 con un 15% de aprobación (pero que llegó incluso a tener un miserable 7%), busca aprovechar la oportunidad que le da la vacunación del COVID-19 para quedar como “una buena persona” en su último año de gobierno. Pero en realidad solo se dedicó todos estos años a pisotear a la clase trabajadora, explotarla y reprimirla.
Hace unos días Piñera dio a conocer el plan de vacunación masiva contra el Covid-19, el que debiera comenzar mañana 3 de febrero, según él, busca “proteger la vida de nuestros compatriotas", como indicó tras el consejo anual de gabinete.
Cabe destacar que en esas mismas declaraciones, Piñera dice que este año busca “fortalecer la seguridad ciudadana y el orden público, para traer más paz, más tranquilidad y más seguridad a todos los hogares”, es decir, busca invertir más en represión, como lo ha venido haciendo durante todo su mandato.
Piñera quiere instalarse como el salvador del país, el héroe que nos salvó de la pandemia del Coronavirus, sin embargo hace tan solo cinco días, un estudio realizado por el Instituto Lowy de Australia indicó que Chile está entre los diez países que peor han llevado la pandemia.
¿Ahora a Piñera le importan las vidas de “sus compatriotas” ? Cuando tan solo después de la rebelión del 2019, hasta un año después, se reportan 8.575 víctimas de violaciones a los derechos humanos según datos entregados por el Ministerio Público. Además, según el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 460 personas resultaron con traumas oculares en el contexto del “estallido social”, de las cuales 35 perdieron la visión total de uno de sus ojos. Tampoco debemos olvidar que la cuenta de asesinados por Piñera fue de 36 personas. Finalmente también fueron miles los presos políticos que han estado meses encerrados en las cárceles del país.
Eso en cuanto a represión, también hay que destacar que durante el 2020 fueron más de 1,8 millones de trabajadores quienes fueron despedidos, y 750 mil suspendidos por la Ley de Protección del Empleo, ley votada desde la UDI hasta el PC, y donde la CUT no movió a nadie para movilizar en contra de esta medida.
Entonces, repito la pregunta, ¿Ahora a Piñera le importan las vidas del pueblo? ¿O solo le importan sus intereses políticos personales y terminar el año de la manera “más decente” posible?
Benjamín Vidal
Periodista - Universidad de Chile