El gobierno de Piñera ha desplegado un gran contingente policial durante los últimos días, producto de la política de mayores atribuciones a Carabineros y mayor represión, buscando así legitimar a la institución que se encuentra en una gran crisis.
Viernes 22 de junio de 2018 11:04
El gobierno de Sebastián Piñera ha sido parte estos últimos meses de una fuerte campaña “anti-delincuencia” en donde lo que busca es volver a legitimar la figura de Carabineros (Policía) frente a la opinión pública.
La Policía chilena enfrenta una crisis de legitimidad tras demostrarse su participación en el llamado "Pacogate" que incluyó el robo de más de 27 mil millones de pesos chilenos, por los montajes policiales contra dirigentes mapuches, la venta ilegal de armas, un constante abuso de poder -sobre todo en los sectores más precarizados de la sociedad-, y nuevos casos de fraude que empiezan a sumarse estas semanas. Todos estos escándalos dan una radiografía completa de una institución que desde sus altos cargos hacia abajo se pudre por todas partes.
La política de Piñera viene de la mano del garrote
Por otro lado Piñera empieza a mover las piezas para lograr mayor estabilidad en su gobierno. En este sentido, la derecha tiene claro que su triunfo en las elecciones pasadas está muy lejos de los resultados que esperaban. Van por un segundo gobierno. Aun así buscan ganar hegemonía para poder implementar un plan de ataques más de conjunto como se está aplicando en otros países de Latinoamérica, como Argentina y la política macrista del gatillo fácil. La búsqueda de esa hegemonía los lleva a dialogar con amplios sectores de la sociedad, mostrándose con iniciativas propias, peleando la agenda de los "valores" para ganar a los polos más conservadores, planteándose con un perfil de dialogo abierto, hacia las capas medias.
La derecha tiene claro que cualquier ataque al conjunto de los sectores de trabajadores, mujeres y estudiantes puede empezar a levantar el polvo de los próximos tiempos, los cuales no podrán enfrentar si tienen a las fuerzas policiales con el desprestigio que hoy abunda
El comienzo de las detenciones y patrullajes masivos
Carabineros comenzó el miércoles 13 de junio con las rondas policiales masivas, las cuales se vienen a instalar para muchos como una gran cortina de humo, que le sirve para legitimar a Carabineros con los sedantes de la justicia inmediata, y por otro lado fortalece un escenario de mayor represión en Chile. Para el Presidente “Aunque saturemos los tribunales de justicia, yo quiero decirle a mis compatriotas que vamos a seguir haciendo estas rondas de vigilancia preventiva”
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En esa sintonía, en la región metropolitana se detuvieron a 1.360 personas, de las cuales 361 fueron derivadas a tribunales penales. Para Andrés Chadwick, actual Ministro del Interior, el procedimiento es válido, pese a la escueta cifra que dio de 217 personas bajo apercibimiento, quienes tendrían que declarar frente a la justicia, mientras que 979 correspondientes al 72% pasaron el control.
Además afirmó que hubieron multas para 91 personas que corresponderían al 7.1%, mientras que por quebrantamientos de condenas solo pasaron a la cárcel el 1.1%.
Los datos no solo muestran que las detenciones masivas no reflejan cambio alguno en el supuesto combate a la delincuencia que propagandiza el gobierno, sino que confirma que la política de mayor poder a la Policía está dirigida a criminalizar y perseguir a los sectores más precarizados de la sociedad, mientras que los verdaderos generadores de la desigualdad y de la violencia social, los empresarios y los políticos que defienden sus intereses, son dejados libres por la justicia Chilena.
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