Macri anunció ayer la construcción de 100.000 viviendas, con financiamiento Premium para las constructoras. Prometen generar empleo, pero exigen más productividad y disminuir el ausentismo.
Mónica Arancibia @monidi12
Martes 4 de abril de 2017
Foto: DyN
El Gobierno nacional anunció ayer el Acuerdo Federal para la Construcción, que buscareducir el déficit habitacional con la construcción de 100.000 viviendas en un año, con una inversión del sector privado de $ 150.000 millones y la promesa de generar 100.000 puestos de trabajo.
El plan construcción fue presentado con la participación del secretario del gremio de la Uocra, Gerardo Martínez, y el titular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), Gustavo Weiss.
El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, señaló, que “el acuerdo involucra a la Uocra, los bancos, los empresarios y las provincias”.
El presidente aprovechó la ocasión del anuncio para criticar el paro general del próximo jueves y volvió a emocionarse por la marcha de apoyo que se realizó el sábado pasado.
Las claves del acuerdo
La Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV) y la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) construirán 100.000 viviendas en un año destinado a hogares cuyos ingresos no sean mayores a los ocho salarios mínimos ($ 64.000), y disminuirán el 10 % del precio de venta de los inmuebles. El acuerdo no aclara cuál deberá ser el ingreso mínimo para poder acceder a una vivienda, dato importante teniendo en cuenta que la mitad de la población con ingresos gana menos de $ 8.000 por mes, (el salario mínimo vital y móvil).
El "Acuerdo Para la Reactivación de la Construcción" tendrá una vigencia de tres años, pero no hay detalles de cuantas viviendas se realizarán en los próximos años.
Por su parte, los bancos se comprometieron a recortar las tasas de interés en los préstamos UVA, para esto “se acordó una reducción en lo que se cobra de ingresos brutos en las cuotas hipotecarias en provincia y Ciudad de Buenos Aires, que pasa del 7,5 al 1,5 %, lo que reduce en un 15 % lo que se tiene que pagar de cuota”.
El Banco Nación tendrá una línea de crédito exclusiva para las empresas constructoras para financiar hasta el 100 % de la inversión sobre el terreno a una tasa de interés fija del 17 % incluido veinticuatro meses para el período de obra y hasta doce meses posteriores.
Para el caso de las medianas empresas constructoras, el Gobierno “analizará la posibilidad de contemplar que las mismas ingresen el saldo del impuesto al valor agregado a los 60 días de su vencimiento general y facilidad la solicitud de certificados de no retención de IVA”.
Obra en construcción: ajustar más a los trabajadores
Los medios compararon el anuncio con los planes de Vaca Muerta y la industria automotriz y es cierto algo esencial comparten. El denominador común de los acuerdos es el pacto realizado entre el Gobierno y la burocracia sindical, que dirigen los respectivos sindicatos, para aumentar la productividad de los trabajadores, léase mayor explotación, y reducir el ausentismo.
La Uocra pactó "poner a disposición su estructura de capacitación, equipo docente y experiencia a los fines de la extensión de los planes de capacitación", buscarán “reducir el ausentismo y mejorar la productividad del sector”.
El plan construcción señala que “ante situaciones de conflictividad laboral los trabajadores extremarán los recursos para su solución, a través del diálogo y la búsqueda de alternativas consensuadas con esfuerzo compartido”. Sin embargo, el esfuerzo siempre viene por el lado de los trabajadores.
El sector de la construcción se desplomó en 2016, producto de la recesión. El Índice Construya, que mide la evolución de la actividad del sector cerró el año pasado con una merma acumulada del 15,1 %; un 50 % más pronunciada que la baja de 2009. La respuesta de los empresarios fueron los despidos.
El plan promete crear 100.000 puestos de trabajo, pero la pérdida de empleo del sector fue de 60.068 trabajadores entre junio de 2015 y junio 2016, según datos del Ministerio de Trabajo. La construcción tiene alto índice de empleo no registrado, los especialistas estiman considerando a los trabajadores informales del sector se perdieron más de 160.000 empleos. El acuerdo anunciado con bombos y platillos no llega a recuperar lo perdido en empleo el año pasado.
Los trabajadores deben reducir su ausentismo, pero en ningún punto del plan se considera mejorar las condiciones de trabajo para evitar los “accidentes laborales” que suele ocurrir en las obras. Los trabajadores están expuestos al manejo de maquinaria pesada, la manipulación de materiales de gran porte, habitual trabajo a la intemperie, pero esto poco importa al presidente que en su cruzada contra los trabajadores, como se ve con el conflicto docente, está dispuesto a seguir avanzando sobre las condiciones laborales flexibilizando convenios y aumentando la explotación.
Déficit habitacional
El acuerdo es insuficiente para satisfacer los problemas de vivienda que perjudica a 3.800.000 hogares. Los créditos hipotecarios son inalcanzables para los sectores populares y trabajadores porque exigen requisitos como altos ahorros e ingresos, estabilidad y antigüedad laboral, no tener atrasos con otro crédito, entre otros, que impiden el acceso a tener la vivienda propia y condenan a muchas familias a seguir pagando un alquiler.
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Los sectores más bajos ni siquiera acceden a un vivienda digna, “segura en condiciones y espacio adecuados para el refugio, el descanso y la convivencia”, o tienen problemas de acceso a servicios básicos,“aquellos vinculados al saneamiento de la vivienda como déficit en el servicio sanitario o ausencia de conexión a la red de agua corriente”, según mediciones de la UCA. En 2016, el informe muestra que de los sectores más bajos el 30,8 % no accede a servicios básicos y el 37,4 % no accede a una vivienda digna. Porcentaje que rondó el 30 % en ambas variables durante 2010-2016, es decir pasa en este Gobierno y también hay herencia. El sueño de la casa propia sigue pendiente para una gran mayoría.
Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.