La Policía irrumpió violentamente este jueves pero la resistencia de los migrantes y la solidaridad de las organizaciones sociales impidió el desalojo. En el lugar que hoy ocupa el campo de refugiados en Atenas, el Ayuntamiento local pretende construir un centro comercial y un estadio de Fútbol.
Jueves 18 de agosto de 2022 12:39
El negocio inmobiliario y el desprecio por los migrantes están detrás del intento por desalojar un campo de refugiados ya establecido en el centro de Atenas. La resistencia interna y la solidaridad lo impidieron.
La policía griega entró este jueves en el campo de refugiados de Eleonas, el único que se encuentra dentro de Atenas y que llegó a albergar a unas 1.500 personas, para desalojar a los refugiados con la excusa de reubicarlos en otros campos del país.
Los refugiado junto a miembros de organizaciones solidarias levantaron barricadas ante la llegada de las fuerzas policiales, que los atacaron con gas lacrimógeno y granadas aturdidoras.
Επίθεση των ΜΑΤ στο καμπ #ελαιωνας με χημικα, κρότου λάμψης και ξύλο.#antireport #refugees @MigrantsSoli pic.twitter.com/5rqGcq0XIE
— AlexisDaloumis (@AlexisDaloumis) August 18, 2022
El Gobierno dijo que solo consiguieron trasladar de forma consentida a 30 de los varios centenares de migrantes que seguían allí. Sin embargo la ONG Solidarity With Migrants denunció que dicho consentimiento se obtuvo "tras muchas amenazas y mentiras de la dirección del campamento", y que la represión policial utilizada se usa como "palanca para presionar, dividir y reprimir al bloque de inmigrantes que luchan".
Los refugiados, que han vivido penurias y arriesgado su vida para llegar a Europa, se niegan a que los obliguen a un "segundo desarraigo" al ser trasladados a campamentos del interior del país. Llevan tiempo viviendo en Atenas y como comunidad han conquistado ciertos derechos que les serán negados al ser trasladados a otros lugares. Por otra parte piden la renovación de los trabajadores que les brindaban apoyo psicológico y legal y que con el cierre del campo perderían sus puestos de trabajo.
En el tiempo que llevan viviendo en el campo de refugiados, los migrantes han estrechado lazos entre ellos y con los miembros solidarios de la comunidad logrando conseguir acceso a la educación y a la salud, algo que le quitarían si los trasladan.
El cierre del campo estaba previsto para el 30 de mayo, pero las numerosas protestas por parte de los inmigrantes, apoyados por varias organizaciones, han forzado a las autoridades a ir posponiendo la clausura definitiva, si bien ha habido algunos traslados en los últimos meses.
El verdadero objetivo para desorganizar a los migrantes, separarlos y finalmente trasladarlos es que el Ayuntamiento de Atenas votó por estrecha mayoría un plan de especulación inmobiliaria que pretende utilizar el terreno que hoy ocupa el campo para construir una zona comercial e incluso un estadio de fútbol.
Al igual que en otros países de Europa o en Estados Unidos, esos Gobiernos son responsables de llevar guerras y pobreza a distintos puntos del mundo y luego emplean políticas de persecución y policiales contra los migrantes que huyen de esas condiciones en sus países de origen. También están detrás de la estigmatización xenófoba y racista que termina fortaleciendo el discurso de distintas variantes de extrema derecha que buscan en los migrantes un chivo expiatorio para la crisis actual.
En todos estos países solo la solidaridad interna entre las y los refugiados y de las organizaciones sociales que los apoyan son los únicos garantes de pelear por sus derechos.