×
×
Red Internacional
lid bot

El Círculo Rojo. ¿Por qué el descanso tiene mala fama?

Tiempo libre, ocio y todo eso que está mal visto en las sociedades capitalistas. ¿Por qué todo gira en torno al trabajo? Columna de cultura de El Círculo Rojo (jueves a las 22 a 24 en Radio Con Vos FM 89.9).

Celeste Murillo

Celeste Murillo @rompe_teclas

Viernes 19 de mayo de 2023 01:39

Imagen: Femme étendue sur un divan (Victor Prouvé)

· Las personas que viven, trabajan o pasan por la Ciudad de Buenos Aires se enteraron de que en el subte hay un paro escalonado. Sus demandas principales son terminar con el asbesto y la reducción de la jornada (dos francos).

· Eduardo Feinmann habló con Claudio Dellecarbonara, que es trabajador e integrante del sindicato integrante de la Asociación gremial de trabajadores del Subterráneo y Premetro. Quiso deslegitimar la lucha porque dice que quieren un día libre para dormir. ¿Cuál sería el problema?

Un problema de tiempo

· El tiempo fue y es una tensión constante entre empresarios y la clase trabajadora y sigue siéndolo hoy: aumento de edad jubilatoria, como vimos las últimas semanas en Francia.

Te puede interesar: El 1 de Mayo y la lucha por el tiempo libre

· Nadie duda de las intenciones de Eduardo Feinmann pero tiene algo a su favor: el descanso tiene mala fama en las sociedades capitalistas, se lo considera sin sentido, una pérdida de tiempo. Además de la explotación laboral y la precarización del trabajo y la vida, está mal visto decir “quiero tener un día libre para no hacer nada”.

· En 2022, el historiador francés Alain Corbin publicó la Historia del descanso (Histoire du repos). A través de un recorrido histórico, indaga sobre la idea de descansar, qué significa para diferentes sectores sociales y el gran cambio que significa la revolución industrial.

· Cuenta que antes, artesanos y agricultores intercalaban trabajo y descanso. No existía una división drástica entre el tiempo de trabajo y el tiempo libre (esto no borraba las malas condiciones de vida, solo que la relación con el tiempo era diferente). La industrialización introduce el trabajo cronometrado y la idea de que durante la jornada no podemos descansar porque debemos ser productivos.

Te puede interesar: ¿Por qué odiamos los lunes?

Relojes en todas partes

· Otro historiador, David Rooney, en su historia de los relojes, subraya la aparición de las torres con relojes en las ciudades. Estos relojes recordaban la hora en el espacio público y exhortaban a no perder tiempo.

· Con el trabajo asalariado, la vida urbana y la regimentación del tiempo aparece la idea de que se descansa solo en determinados momentos: vacaciones, épocas festivas o fin de semana (según el lugar y el momento).

· Un dato curioso: la aparición del turismo está muy relacionada con esta diferencia marcada entre trabajo y descanso en el siglo XIX (aunque la idea de “veranear” es mucho más antigua, ya en el Imperio romano algunos emperadores como Adriano se iban a la montaña para huir del calor de la ciudad).

· Lo más importante de esta historia es que el descanso dejó de ser parte de la vida cotidiana. Hay momentos, días, épocas para descansar y esos momentos se organizan en torno al trabajo.

Demasiado humanos, demasiado productivos

· Aunque la tecnología aumentó la productividad, no pasó lo que decía el socialista Paul Lafargue en su Derecho a la pereza. La máquina, para Lafargue, sería la redentora de la humanidad, que la liberaría de las artes sórdidas y del trabajo asalariado. Sería, según sus palabras, el Dios que le daría el ocio y la libertad.

· Hoy somos personas muy productivas pero trabajamos demasiado tiempo (mientras muchas personas están desempleadas) porque vivimos en una sociedad organizada en torno a que alguien gane mucho dinero y no a que todas las personas vivamos mejor.

· El exceso de trabajo hoy es responsable de un tercio de las enfermedades laborales. En 2021, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo informaron que mueren 750.000 personas al año de enfermedades coronarias provocadas por jornadas extensas (muere más gente que de malaria, 619.000 en 2021 también).

No descanses, viví

· Y hay otra consecuencia que no se limita al lugar de trabajo. Vivimos en una época de estrés permanente. Nadie descansa porque vivimos en una sociedad gobernada por el rendimiento.

· Todo nos insta a no perder el tiempo. El tiempo libre “tiene que rendir”. Casi no existe la idea de tiempo libre para no hacer nada. A la carga de la jornada laboral remunerada se suma el trabajo de cuidados que se realiza de forma gratuita y existe una dimensión de género: las mujeres ocupan una porción mucho más grande de tiempo.

· Si podés irte de vacaciones, no duermas. Si no trabajás el fin de semana, no descanses. Tené más experiencias, consumí más, exprimí ese tiempo en el que no estás trabajando (porque naturalizamos que el resto no nos pertenece).

· Por estas cosas el descanso tiene mala fama, porque va en contra de esos imperativos. John Lubbock, creador de los bank holidays (feriado bancarios, que sumaron algunos días no laborales a los pocos que tenía el Reino Unido) escribió contra la acusación de que el descanso era un sinsentido en su libro The Use of Life de 1895. “El descanso no es una ociosidad, y tumbarse a veces en la hierba bajo los árboles en un día de verano, escuchando el murmullo del agua, o viendo las nubes flotar en el cielo azul, no es en absoluto una pérdida de tiempo”.


Celeste Murillo

Columnista de cultura y géneros en el programa de radio El Círculo Rojo.

X