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Red Internacional
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Pandemia. ¿Por qué el gobierno “progresista” es parte de los responsables imperialistas de la ola de covid-19 en India?

Los gobiernos de EEUU y la UE, incluido el de PSOE y Unidas Podemos, bloquearon en febrero la liberación de las patentes de la vacuna que reclamaba la India y más de 100 países en vías de desarrollo. El país es el mayor productor de la vacuna pero solo la ha recibido el 1,7% de su población.

Jueves 29 de abril de 2021

Este miércoles el número de contagiados en India superó los 360 mil diarios. El de fallecidos los 3000. Una situación descontrolada que está dejando imágenes dantescas, con centenares de cadáveres esperando turno en el crematorio y decenas de enfermos en las entradas de unos hospitales colapsados que acaban muriendo en la calle.

El discurso oficial repetido en casi todos los grandes medios de comunicación descargan toda la responsabilidad en la relajación de las medidas de contención y el impacto de una nueva variante más contagiosa. Un tufillo de superioridad imperialista impregna todas las crónicas. La “pobre y atrasada” India sería incapaz de controlar la pandemia en uno de los países más densamente poblados del planeta.

Sin duda el régimen y el gobierno indio tiene su parte de responsabilidad en este crimen social, como la tienen en sus respectivos países el conjunto de los regímenes y gobiernos del mundo, incluidos los “ricos y avanzados” de la UE. Pero que se esté viviendo una de las peores olas de la pandemia con la existencia de vacunas y en el país que más nivel de producción de la misma tiene pero solo ha inmunizado a 2 de cada 60 habitantes ¿A qué se debe? ¿Quiénes son los mayores responsables de esta nueva tragedia que, como toda la pandemia, no es un mal sobrevenido?

Hagamos un poco de memoria. El pasado 4 de febrero tuvo lugar una reunión de la Organización Mundial del Comercio a petición de India y Sudáfrica. En el orden del día había un solo punto, la petición de estos Estados de que se liberaran las patentes de las vacunas de la covid-19, así como las pruebas de diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Una demanda que había recibido ya el apoyo en noviembre de más de 100 países en vías de desarrollo.

¿Cuál fue entonces la posición de EEUU, Japón y el resto de países de la UE? Un no rotundo. ¿Y la del gobierno “más progresista de la historia” del Estado español presente en dicho encuentro? Exactamente la misma que sus socios imperialistas. Las ganancias de las grandes empresas farmacéuticas por delante de la vida de millones. Incluso aún con el riesgo, que reconocen todos los epidemiólogos, de que el hecho de que el virus siga circulando y haya nuevas mutaciones podría hacer fracasar el proceso de inmunización global y el fin por tanto de la pandemia.

Esta anteposición de los intereses de un puñado de accionistas no es un eslogan fácil. Los dividendos repartidos entre los accionistas de los laboratorios dueños de esas patentes ascienden ya a más de 20mil millones de euros, el equivalente a suministrar dosis nada menos que a toda África, en continente que apenas a recibido viales para su población. Un negocio redondo, pues la mayor parte de la financiación de la investigación corrió a cargo del dinero público. En el caso de AstraZeneca nada menos que el 97% de los fondos totales.

La barbarie capitalista alcanza en esta crisis sanitaria cuotas de escándalo. Si en la primera ola vimos como el mundo se convertía en una macabra subasta de EPIs y respiradores, ahora se mercadea libremente con las vacunas a pesar de que esto implique cientos de miles de muertes y el riesgo de prolongar la pandemia mucho más allá de 2021.

PSOE y Unidas Podemos muestran el verdadero rostro de ser el gobierno de la cuarta potencia imperialista de la UE. La defensa de los intereses de las multinacionales farmacéuticas por delante de nuestras vidas.

Es hora de que en todos los países, y especialmente en los centrales, las organizaciones obreras y la izquierda peleemos por el fin de las patentes, la intervención sin compensación de toda la industria farmacéutica y laboratorios y la puesta en marcha de un plan de producción masiva de viales controlado por los trabajadores del sector, expertos científicos y usuarios, que garantice un plan de inmunización eficaz en el conjunto del planeta. Pelear hoy por una demanda anticapitalista e internacionalista como esta es cuestión de vida o muerte para cientos de miles de personas.