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Red Internacional
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Pandemia. ¿Por qué la inmunidad de rebaño se torna cada vez más difícil?

En el caso de que con la vacunación sea posible alcanzar dicha inmunidad, sería necesario vacunar a casi toda la población. ¿Cuáles son los factores que hacen que suba el porcentaje necesario?

Lunes 26 de julio de 2021

En estos días ya se están comenzando a vacunar personas desde los 18 años sin comorbilidades, lo que sumado a la baja de casos que viene atravesando el país, y a la vuelta a las clases presenciales, refuerzan el mensaje de que la pandemia se estaría terminando, de que se está alcanzando la inmunidad de rebaño. El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, por ejemplo, afirmaba en junio que "la posibilidad de alcanzar la inmunidad de rebaño es algo que está bastante cerca", dando a entender que con un 70 % de población adulta vacunada se conseguiría.

Sin embargo, como explicamos en esta nota, existen varios inconvenientes que pueden impedir alcanzarla. Y aun, suponiendo escenarios optimistas, en donde con la vacunación como única herramienta sea teóricamente posible alcanzar dicha inmunidad siguen habiendo problemas.

El matemático/epidemiólogo Adam Kucharski, profesor asociado en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, advierte sobre que es un error considerar el 70% como un nivel satisfactorio para alcanzar dicha inmunidad. Ese número –señala– es una estimación realizada a partir de la variante original del SARS-CoV-2. Pero en un escenario con la variante delta como única dominante, en una población sin restricciones y susceptible de contagio, y considerando una reducción de la transmisión y la infección del 85% debido a la vacunación (lo cual es un buen número para las vacunas actuales, solo alcanzable con dos dosis), estima que sería necesario vacunar al 98% de la población.

Proporción de personas que recibieron al menos una dosis de vacuna COVID-19 al 25 de julio del 2021

En Argentina, al momento de escribir esta nota, según el Monitor Público de Vacunación, hay casi 24 millones de personas vacunadas con una sola dosis (alrededor del 53 % de la población del país), mientras que con dos dosis solamente unas 6 millones de personas están vacunadas (alrededor de un 13 % de la población del país).

Si las vacunas son menos efectivas, o si aparecen variantes aún más transmisibles, sería necesario un mayor porcentaje de la población vacunada. Pero ya a este número alto se suman ciertas dificultades: por un lado recién se están aprobando vacunas para menores de 18 años. Por otro lado, en el mundo de hoy en el cual ningún país se encuentra aislado, es necesario tener esos altos niveles de vacunación en todo el mundo, pero justamente hay mucha desigualdad en los ritmos.

Existe también otra dificultad y es que en algunos países centrales, como en EE.UU. o Inglaterra, hay casi un 30% de la población que no quiere vacunarse. A esto hay que agregarle también que al estar vacunado, y el impulso por parte de los gobiernos de "volver a la normalidad", hacen que se aflojen los cuidados y los protocolos, favoreciendo la posibilidad de transmisión del virus, lo que aumentaría la proporción de personas vacunadas necesarias para alcanzar la inmunidad de rebaño.

Para tener una mejor idea de que significan esos números, en Estados Unidos el 30 % de la población son unos 98 millones de personas. Es un número muy grande que abre la posibilidad al virus de seguir generando nuevas variantes.

Es por estos motivos que es más racional abandonar la idea de que la vacunación va a permitir alcanzar la inmunidad de rebaño, y en su lugar aprovechar el descenso de casos para enfocarse en fortalecer el sistema de rastreo y testeo para cortar la cadena de contagios, como parte de un plan integral de gestión de la pandemia que ponga en primer lugar la vida de las personas en lugar de los intereses de las empresas.

Pero es en este sentido, que es fundamental la vacunación, ya que permite salvar vidas y evitar hospitalizaciones, y para ello es necesario aumentar el ritmo en el que la gente se vacuna, por eso es necesario liberar las patentes, declarar los laboratorios de utilidad pública, que sea libre el acceso al conocimiento de todos los procesos necesarios para producir vacunas, para que en todo lugar donde sea posible se puedan producir las mismas.

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