A continuación presentamos la siguiente carta abierta desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios y La Izquierda Diario; por un Frente de Izquierda y de la Clase Trabajadora en Chile.
Martes 24 de diciembre de 2024 08:47
Durante la rebelión popular la mayoría del pueblo trabajador rechazaba la institucionalidad de la transición y apostaba por transformaciones estructurales para conquistar salud y educación públicas, acabar con las pensiones de miseria y las AFP, enfrentar los abusos de las grandes empresas y combatir la opresión hacia las mujeres, diversidades y pueblos originarios. Sin embargo, los últimos años hemos atravesado por un período de reflujo de las movilizaciones y la organización social. Esto no vino de la nada.
El infame Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución buscó salvarle el pellejo al gobierno de Piñera y neutralizar las movilizaciones para llevar la energía de las calles a los pasillos de la institucionalidad. Esto catapultó a Gabriel Boric como una figura de recambio orientado a rejuvenecer un régimen político en crisis. En este escenario de desvío de la revuelta de octubre, la Convención Constitucional no se propuso enfrentar a Piñera, al Acuerdo por la Paz y el régimen de la transición pactada de la Derecha y ex Concertación, y en vez de impulsar la organización y movilización de masas por todos los reclamos de la revuelta, se abocó a escribir una Constitución progresista, que se usó como vía de desmovilización, todo dentro de este sistema. El proyecto fue rechazado ampliamente y la derecha ha logrado avanzar en su batalla política e ideológica.
Ha pasado harta agua bajo el puente y todo el pacto constitucional con sus dos procesos constituyentes fracasó. Muchos sectores que apoyaron la revuelta y confiaron en el gobierno de Gabriel Boric se han visto desilusionados. Y es que el gobierno pasó de las “transformaciones estructurales” a transformarse él mismo en una nueva Concertación. Apruebo Dignidad y su apuesta de un gobierno de reformas profundas fracasó como proyecto político. Hoy el gobierno es más bien una agencia de “normalización” frente a la ingobernabilidad. Los acuerdos que hoy negocia con la derecha buscan “sanar” la crisis con recetas neoliberales. Esta continuidad se traduce en desfinanciamiento de la salud y educación públicas, reforzamiento de leyes represivas, anti inmigrantes y reformas al régimen político proscriptivas. Las pocas promesas de campaña que ha cumplido –como las 40 horas, aumento de sueldo mínimo y royalty minero–, han sido muy acotadas y han dejado un sabor amargo, porque fueron pactadas con los gremios empresariales para no afectar sus intereses.
Los dueños del país y sus políticos quieren que la disputa se reduzca a “gobierno versus derecha” y que se dé bajo los parámetros del “mal menor”. Sin embargo somos muchas y muchos quienes buscamos enfrentar a la derecha de manera independiente del gobierno. Esto también se vio en el terreno electoral: las últimas elecciones municipales y de gobernación regional mostraron que existe un espacio a la izquierda del gobierno que bordea nacionalmente el 5%, pero que en comunas puede superar el 10% de los votos. Se trata de un espacio amplio que incluye a diversos grupos, como Izquierda Ecologista y Popular y el Partido de Trabajadores Revolucionarios.
Aunque hay un intento por concentrar el régimen en pocos partidos, el mapa político sigue fluido para nuevos fenómenos por izquierda y por derecha. En momentos de crisis y decepción, existe abierta una disputa por la consciencia de la clase trabajadora y los sectores populares. Creemos que en este escenario se vuelve fundamental impulsar un frente y alianza por una izquierda de la clase trabajadora con un programa de independencia política de las y los trabajadores y el pueblo, en ruptura con el capitalismo.
Para esto debemos profundizar el debate en la izquierda en torno a qué significa construir una alternativa independiente al gobierno. Desde nuestra óptica, la independencia de clase no se reduce solo a evitar las alianzas electorales con partidos de gobierno, sino que también se juega en el programa y el proyecto político. Creemos que no será levantando un nuevo frente amplio “de los orígenes” –limitando el horizonte político a “democratizar” Chile y lograr reformas redistributivas dentro del capitalismo–, que se lograrán resolver realmente las demandas de octubre que siguen pendientes, ni mucho menos apuntar una emancipación frente a la explotación, la opresión y la dependencia de nuestros países a los grandes monopolios y potencias imperialistas. Tampoco será con un programa de reformas en los marcos del sistema y su Estado y que se propone una alianza con un supuesto sector “progresista” de la burguesía liberal, como hace el Partido Comunista, incluido Jadue. Todos esos intentos de programas de reformas en los marcos del capitalismo y su institucionalidad, así como de colaboración con supuestos “progresismos”, han llevado a decepciones y le han abierto el camino a la derecha y extrema derecha.
Creemos, por el contrario, que se requiere un frente que luche por la independencia política de los trabajadores que combata a la derecha y extrema derecha de forma independiente al gobierno y a todas las variantes burguesas. Que impulse un programa para desarrollar la movilización política de los trabajadores, la juventud, las mujeres y oprimidas/os, por la independencia frente a los capitalistas y a su Estado.
En un escenario marcado por el auge de las extremas derechas, la vuelta de la guerra y las catástrofes sociales y naturales, es indispensable volver a situar el socialismo como un horizonte de liberación, e iniciar discusiones para constituir un frente que luche por la independencia política de las y los trabajadores, que combata a la derecha y extrema derecha de forma independiente al gobierno y a todas las variantes de gestión del capitalismo y su Estado. Y ligado a esto, impulsar un programa para impulsar la movilización política de las y los trabajadores, la juventud, las mujeres y todos los sectores oprimidos, que parta por las demandas de octubre –como salud y educación pública y gratuitas, fin a las Isapres y la AFP, aborto libre, legal, seguro y gratuito, fin a la represión al pueblo mapuche y derecho de autodeterminación–, y avance a cuestionar el poder de los verdaderos dueños de Chile, con la nacionalización de los bienes comunes estratégicos bajo gestión de trabajadores y comunidades, las empresas de servicios esenciales como la luz y el agua, entre otras medidas, en la perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores y el pueblo en ruptura con el capitalismo.
Luego de años turbulentos de flujos, reflujos y crisis de los proyectos políticos tradicionales, creemos que este trabajo de clarificación programática es fundamental. Desde nuestra óptica, este debate debe ser amplio. Pese a nuestras importantes diferencias programáticas y a que tenemos proyectos políticos distintos, llamamos a las y los compañeros de Izquierda Ecologista y Popular a abrir este debate a través de actividades públicas, charlas, debates, entrevistas y programas de conversación de cara a todas nuestras militancias y sectores que nos apoyan.
Pero junto con el debate programático amplio, nos parece que debemos dar pasos concretos para que todas aquellas organizaciones, activistas, intelectuales y referentes sociales que nos declaramos socialistas y que nos inspiramos en la tradición de lucha de la clase trabajadora, el pueblo y la izquierda revolucionaria, constituyamos efectivamente un frente o alianza para intervenir en común en el ciclo político y electoral que se abre. Un Frente de izquierda de la clase trabajadora que defienda la independencia de clase y la lucha por el socialismo, la autoorganización obrera y popular frente a todas las variantes políticas de los capitalistas.
La intervención electoral es una pelea clave en este escenario de disputa política, pero no es un fin en sí mismo. Lamentablemente, durante mucho tiempo diversas organizaciones que se reclaman anticapitalistas y/o revolucionarias se han limitado a asegurar cupos propios en listas de coaliciones reformistas o en fenómenos electorales pasajeros que levantan un programa reformista,, antes que proponerse la tarea de construir una referencia común de las y los revolucionarios que luche de forma consecuente por un programa de independencia de clases, que logre capitalizar la táctica electoral en mayor adhesión a un programa socialista y a potenciar referentes sociales y políticos que lo representen ante franjas más amplias del pueblo trabajador. Creemos que si un Frente de izquierda de las y los trabajadores logra hacer más conocido el programa socialista revolucionario a través de una fuerte agitación política y electoral, estaremos en mejores condiciones de potenciar no sólo las ideas revolucionarias, sino la coordinación y organización sindical, estudiantil, territorial y popular. Un ejemplo en este sentido es la experiencia del Frente de Izquierda y de las y los Trabajadores en Argentina que, desde un programa de independencia de clase, ha logrado instalarse como un actor permanente en el debate político, transformándose en una clara referencia para millones de trabajadores, jóvenes y mujeres. Así también, tiene la capacidad de convocar acciones de movilización frente a los principales hechos nacionales.
Invitamos a dar pasos concretos y decididos en esta dirección. A las y los compañeros del Movimientos Socialista de los Trabajadores (MST), del Movimiento Internacional de Trabajadores (MIT), de Socialismo Revolucionario. También a aquellas organizaciones que no son trotskistas y que se referencian en la tradición de la izquierda revolucionaria como es Tejer, Movimiento Pueblo Organizado o Solidaridad, entre otras. Los invitamos fraternalmente a comenzar un camino de unidad en pos de un frente común. Así también invitamos a abrir esta conversación a referentes sociales del movimiento sindical, del movimiento contra el genocidio en Palestina, del movimiento de mujeres, de la lucha ambiental y territorial, por el derecho a la vivienda, organizaciones mapuche, de DD.HH, a intelectuales marxistas, que vean la necesidad de dar una pelea política bajo un programa de independencia de los trabajadores frente a todas las variantes capitalistas. A todas y todos los invitamos a constituir una mesa de coordinación para avanzar en la construcción de un frente de estas características.
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios haremos todo lo necesario para concretar esta propuesta y, por supuesto, pondremos a disposición la herramienta legal de nuestro partido que ya está constituida en Arica, Iquique y Antofagasta y que está en camino a constituirse en Santiago y Valparaíso, para que la propuesta de frente común sea viable.
PTR- Partido de Trabajadores Revolucionarios