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Red Internacional
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Declaración. Por un Frente de la izquierda anticapitalista de las y los trabajadores

Frente a la situación que vive el país llamamos a todos los sectores que se reclaman anticapitalistas a discutir y aunar fuerzas para presentar un frente común que pelee por retomar el camino de la lucha de octubre para acabar con el Chile de los 30 años y por un gobierno de los trabajadores.

Miércoles 14 de julio de 2021

El cuestionamiento profundo al Chile “de los 30 años” no se ha cerrado. La lucha por la libertad de los presos políticos de la revuelta, el juicio y castigo a los represores, acabar con las AFP y pensiones de hambre, por salarios y pensiones sobre la canasta básica que permitan vivir bien, poner fin a esta salud que mata y enferma al pueblo trabajador y conquistar un sistema de salud y educación pública de calidad y gratuita, la lucha de las mujeres y las disidencias sexuales contra los crímenes de odio y el machismo; todas esas demandas y peleas están lejos de resolverse y las condiciones de millones se han agravado con la pandemia y la recesión económica. Mientras tanto continúa el saqueo de los grandes empresarios y multinacionales que se enriquecen a costa de la creciente pobreza y miseria, y el gobierno criminal de Piñera que sigue impune en el poder.

En este marco inició la Convención Constitucional, mostrando ya todos sus límites. Si bien publicó una declaración por la libertad a los presos políticos de la revuelta y mapuche, se limita a exigirle al mismo al gobierno criminal de Piñera y a un Congreso totalmente desacreditado una Ley de Indulto. Pero es ese mismo Parlamento el que ha hecho de todo por retrasar dicha tramitación y el gobierno ya anunció que vetará la ley.

En esa misma declaración la Convención renunció a declararse soberana y sometiéndose a la campaña del terror de los grandes poderes declaró que no pretende “interferir ni arrogarse las competencias o atribuciones de otros poderes del Estado”. Con votos incluso de la Lista del Pueblo, se someten así al Acuerdo por la Paz y a las instituciones del régimen heredado de la dictadura que son las que realmente siguen gobernando al servicio de los grandes empresarios.

Mientras la Convención se dedica ahora a discutir sobre reglamento, los grandes problemas que aquejan a las mayorías trabajadoras seguirán en manos de los mismos de siempre. Mientras intentan evitar que sean las movilizaciones las que marquen la pauta, la discusión de los problemas de fondo queda reducida a la disputa presidencial y no a la deliberación popular.

Cuando la derecha define cuál de sus candidaturas defenderá mejor el “orden” mezclado con demagogia social, en Apruebo Dignidad la disputa Jadue-Boric ha respetado a todo el viejo régimen y ambos sectores han hecho suyas las reglas impuestas por el Acuerdo por la Paz que rescató a Piñera, que luego fueron validadas y perfeccionadas en el Congreso manteniendo su esencia.

No hay aún una alternativa de la izquierda revolucionaria, anticapitalista y de la clase trabajadora. El escenario de la lucha de clases -con la agudización de la militarización en La Araucanía, la persistencia de lucha por la libertad de las y los presos políticos y la existencia de luchas obreras que buscan no quedar aisladas- y el escenario que abre la Convención y las elecciones parlamentarias, plantea la necesidad de discutir la formación de un Frente de la Izquierda, para que quienes nos reclamamos anticapitalistas y revolucionarias/os podamos intervenir unitariamente.

Un frente que ante el proceso constituyente denuncie la subordinación de la Convención a los poderes instituidos y diga claramente que no es la Asamblea Constituyente por la cual se peleó en las calles, exigiendo que se declare soberana y rompa con el Acuerdo por la paz y las instituciones del viejo régimen para que pueda discutir y deliberar sobre todo: salud, educación, pensiones, salarios, vivienda; poner fin al despojo histórico al pueblo mapuche y acabar con el Chile de los 30 años.

El PC-FA con Jadue y Boric no se propone una alternativa independiente de la clase trabajadora. Lejos de ello, a la vez que plantean demandas como aumento del salario mínimo y otras que compartimos, no buscan enfrentar a los grandes poderes y dueños del país que son quienes hacen imposible cualquier cambio estructural en beneficio del pueblo trabajador. Su programa se basa en mayores impuestos y endeudamiento del país, sin apuntar a acabar de raíz con el saqueo de los recursos naturales y las privatizaciones de la dictadura, mediante la nacionalización bajo gestión de trabajadores y comunidades del cobre, el agua y el litio y las principales empresas estratégicas. Buscan reducir su programa a medidas que puedan ser asimiladas por los viejos partidos de la Concertación. Seguirán buscando alianzas con el PS neoliberal de Lagos y Bachelet.

La Lista del Pueblo ha planteado su independencia organizativa frente al reformismo de centro-izquierda del PC-FA y se ha propuesto llevar sus propios candidatos. Muchas y muchos compañeros que participaron en la rebelión tienen expectativas en que marquen un camino diferente. Sin embargo, acá se abre una disyuntiva. El programa de la Lista del Pueblo no se diferencia fundamentalmente con el programa de Jadue o Boric. Se trata de un programa de carácter socialdemócrata para reformar el Estado capitalista, y no para acabar con este sistema económico y social de explotación y opresión.

Al no tener una perspectiva programática propia, socialista, revolucionaria y de independencia de clase, y pese a ubicarse como independientes frente a los partidos tradicionales, rápidamente pueden verse integrados al Estado y siendo parte de sus maniobras. Apostamos que el impulso de un Frente de la izquierda anticapitalista de las y los trabajadores, sea un punto de apoyo para profundizar la discusión programática y estratégica con todas y todos quienes fuimos parte de la rebelión y nos opusimos a la cocina del “Acuerdo por la Paz”, incluyendo a las y los compañeros que se sienten parte de la Lista del Pueblo.

Ante esto llamamos a levantar un frente que no se limite a un acuerdo electoral, sino que busque discutir un programa para intervenir en común en las calles, sindicatos y poblaciones, así como en las elecciones, para que esta crisis no la pague el pueblo, sino los grandes empresarios. Que luche por medidas básicas como prohibir despidos, fin a la precarización laboral, por un sistema de salud público, gratuito y de calidad bajo control de sus trabajadores, por las demandas del movimiento de mujeres como el aborto legal, libre, seguro y gratuito o una educación no sexista, contra los crímenes de odio hacia la diversidad sexual y por medidas que integren la nacionalización sin pago y gestionada por trabajadores y comunidades del cobre, litio y los recursos naturales como el agua y la energía o el derecho a la autodeterminación del pueblo mapuche y devolución de sus tierras, incluyendo la expropiación de las más de 3 millones de hectáreas a los Matte-Angellini y sus forestales.

Que a diferencia del PC o del programa de La Lista del Pueblo que plantean reformar Carabineros, se proponga su disolución y que apueste por la conformación de comités y coordinadoras de auto organización en perspectiva de levantar organismos de autodefensa de las masas trabajadoras contra la reacción empresarial y su represión.

Un programa anticapitalista que de fondo luche por la revolución en la perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores de ruptura con el capitalismo.

Ese camino sólo vendrá de la mano con la movilización y lucha, en la perspectiva de la huelga general. Apostamos por un frente que busque levantar espacios de autoorganización como venimos realizando desde el inicio de la rebelión junto a decenas de organizaciones sociales y políticas en diversas ciudades del país.

A quienes han planteado compartir esta perspectiva, como la constituyente María Rivera y el MIT (Movimiento Internacional de Trabajadores), Trabajadores/as al Poder, que hoy son parte de la Lista del Pueblo, invitamos a llevar esta pelea de forma consecuente en este escenario formando un frente común. Invitamos también a organizaciones como el Movimiento Anticapitalista y a todos/as quienes quieran luchar por esta perspectiva.

Las condiciones de las elecciones son antidemocráticas y benefician a los partidos tradicionales, impidiendo que existan listas de independientes. Apoyamos la exigencia de la Lista del Pueblo de que se permita que independientes puedan presentar listas propias. Es un derecho democrático mínimo. A su vez exigimos que se eliminen las trabas y restricciones como las enormes cantidades de firmas que deben reunir y que se permita que listas de independientes puedan realizar pactos con partidos.

Los políticos tradicionales difícilmente aprobarán estas medidas, alertados por el resultado electoral de la Convención. Ante ese posible escenario ponemos a disposición nuestra legalidad, del Partido de Trabajadores Revolucionarios, por un frente común, usando todos los mecanismos que permitan que compañeras y compañeros independientes o de otras organizaciones puedan presentar candidatos, como ya hicimos con dirigentes sociales, sindicales y territoriales y otras organizaciones como el MST en la elección de constitucionales, compañeros con los cuales mantendremos esta alianza.

Presentar una lista con un claro programa socialista y revolucionario no sólo nos permitió instalar una voz de independencia de clase en las principales ciudades del país, sino que también obtener más de 85 mil votos en distintas categorías a nivel nacional, entrar al Concejo Municipal de Antofagasta con Natalia Sánchez y posicionar al obrero industrial Lester Calderón como principal referente político de la clase trabajadora en Antofagasta, superando al candidato regionalista apoyado por el Partido Comunista.

Hoy más que nunca es necesario una pelea unitaria por una alternativa de independencia política de las y los trabajadores, que luche por retomar el camino abierto en la rebelión.