A través de carteles difundidos en redes firmados por integrantes de la dirección sindical del STUNAM, se hace un repentino llamado a huelga este 8M. En este artículo debatimos con la negativa de la dirección y de la Secretaría de Acción para la Mujer a organizar desde las bases una verdadera jornada de lucha y que este 8 de marzo movilice a miles en las calles.
Lunes 8 de marzo de 2021
A un año de la histórica movilización de mujeres el 8M, donde las calles del país fueran ocupadas por miles de trabajadoras, jóvenes, estudiantes, amas de casas y comunidad LGBT, este 8 de marzo se da en medio de la crisis económica y sanitaria más grave que se haya vivido en la última centuria, lo cual ha implicado para la mayoría de las mujeres, la anulación de las condiciones conquistadas en las últimas décadas a causa del desempleo, la rebajas salariales, el aumento del trabajo reproductivo y doméstico no remunerado y la violencia feminicida que nos arranca a 11 mujeres por día en el país.
En este contexto, el Sindicato de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), que agrupa a la mayor parte de las y los trabajadores del gremio universitario en México, ha difundido a través de carteles firmados por el secretaría general del STUNAM, Agustín Rodríguez, y la Secretaría de Acción para la Mujer, Mari Carmen Larralde, un llamado que convoca “a los sindicatos a huelga este 8 de marzo” acompañado de las consignas ¡Basta de excusas! ¡Ni un paso atrás! #HuelgaFeminista.
Esta convocatoria a huelga en los sindicatos para el 8 de marzo, de hacerse efectiva, significaría un gran empuje para quienes desde hace años luchamos por igual salario, contra el feminicidio, contra la discriminación, el acoso sexual y hostigamiento laboral, contra la precarización y por el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito.
Pero en este contexto de pandemia, frente el aumento de la pobreza femenina y la violencia contra las mujeres, cuando resulta urgente detener el avance sobre nuestros derechos, un 8M con las trabajadoras al frente podría fortalecer al movimiento de mujeres peleando porque éste retomara, con fuerza en las calles, la exigencia de trabajo digno y por plenos derechos laborales.
Desde nuestra perspectiva, un feminismo combativo y al servicio de las luchas de las trabajadoras dentro de los sindicatos, implicaría pelear por derogar la reforma laboral que reglamenta el outsourcing y legaliza la precariedad en la que vivimos miles de mujeres, exigiendo al gobierno la prohibición de los despidos y las rebajas salariales, pues sabemos que somos las mujeres quienes ocupamos los puestos más precarios y las primeras en ser despedidas.
Esto implicaría romper la tregua que, en los hechos, mantiene la dirección sindical y la Unión Nacional de Trabajadores con el gobierno de la 4T, demostrando en las calles y en nuestras dependencias la fuerza organizada de las y los trabajadores del sindicato. Es precisamente esa política contemporizadora de la dirección de STUNAM con Rectoría y los gobiernos en turno (y sus partidos), lo que le ha quitado filo a la combatividad de las mujeres que integramos esta organización. Y también es lo que explica que hoy el sector femenil del sindicato no esté a la vanguardia de la movilización por las demandas de la mujer.
Es por ello que la convocatoria a huelga no puede quedarse sólo en un llamado desde las alturas, ni tampoco en una decisión tomada desde arriba por los miembros del comité ejecutivo del STUNAM. Era necesario convocar a asambleas virtuales por cada dependencia o centro de trabajo, para que seamos los y las trabajadoras, quienes decidamos qué huelga necesitamos y cuáles son las reivindicaciones propias de las mujeres que el conjunto del sindicato debe retomar.
El llamada a huelga del sector femenil del sindicato debió haber sido preparado de antemano, permitiendo así que nuestra fuerza organizada impactará en otros sectores de mujeres trabajadoras
¿Nosotras en los sindicatos?
Los sindicatos son espacios de organización de la clase trabajadora conquistados por la lucha y huelgas, pero el corporativismo que caracteriza al sindicalismo mexicano y la preocupación por este gobierno y los anteriores de mantener y profundizar el control político sobre los sindicatos, ha fortalecido el control de las burocracias, y la eliminación de la vida democrática dentro de los sindicatos para que trabajadoras y trabajadores decidan sobre el rumbo de sus organizaciones.
Esto ha significado que la burocracia sindical negocie el ataque a los derechos de los trabajadores a cambio de privilegios, incluso integrándose directamente al régimen por la vía de participar como candidatos de los mismos partidos que han votado los ataques en contra de las y los trabajadores. Esto es precisamente lo que se quiere hacer con la nueva reforma a pensiones impulsada por el Morena, que reduce drásticamente las jubilaciones en casi 50%, lo cual es un duro golpe para la clase trabajadora en México y frente a lo cual el sindicato ha guardado un criminal silencio.
Por ello desde Pan y Rosas STUNAM, junto a las agrupación clasista Desde las Bases STUNAM que agrupa a administrativos y académicos, venimos dando batallas por la recuperación democrática del sindicato desde sus bases, para recuperar su combatividad y ponerlo al servicio de la defensa de nuestras condiciones de trabajo y vida, así como del conjunto de la clase trabajadora.
En esta pelea, el papel de las trabajadoras es fundamental no sólo porque representan la mitad de la fuerza laboral del los sindicatos, sino porque somos también quienes podemos extender al interior de los sindicatos la lucha por mejores condiciones laborales y por nuestros derechos junto a nuestros compañeros, contra el divisionismo que opera en nuestras filas producto de la política de la burocracia y la patronal, combatiendo también las contradicciones de nuestros compañeros, para luchar como uno sólo, trabajadoras y trabajadores contra la violencia feminicida, la precariedad y el derecho al aborto libre, seguro, gratuito y legal.
Desde Pan y Rosas impulsamos esta política bajo una perspectiva antiburocrática y combativa, impulsando la autoorganización de las y los trabajadores para hacer frente a las maniobras de las burocracias la patronal. Por eso, consideramos que es de vital importancia avanzar en la unidad de las y los trabajadores entre las y los sindicalizados y las y los no sindicalizados por prohibir el outsourcing, garantizar la basificación, sindicalización y derechos laborales y prohibir los despidos y las rebajas salariales, y por un plan obrero de emergencia contra la crisis económica y sanitaria.
El llamado a huelga del STUNAM debe hacerse efectivo también con las centrales sindicales que se reivindican democráticas como la UNT (que hasta la fecha han hecho nada para frenar la barbarie de los ministerios y la precarización del trabajo femenil) de la cual es parte y movilizar a sus miles de agremiadas y agremiados este 8 de marzo por la defensa de los puestos de trabajo de sindicalizados y no sindicalizados, por salarios dignos y por la unidad de la clase trabajadora, así como desplegar la solidaridad activa con las huelgas y luchas en curso, como Sutnotimex, Interjet, con los trabajadores de la salud, y con los docentes de la UNAM que se han quedado sin sueldo después de un semestre de clases y el despido de 150 trabajadores de la CUAED.
Pese a la forma en que se convocó esta huelga, las trabajadoras -apoyadas por sus compañeros-, deben exigir darle continuidad a la lucha por las demandas de la mujer, y avanzar en su organización como trabajadoras. Lo que implica la creación de espacios democráticos para que las mujeres discutamos dentro del sindicato, cómo hacernos parte del movimiento que cada vez más incorpora mujeres trabajadoras, estudiantes, académicas y amas de casa.
¡Este 8 de marzo, marcha con nosotras y súmate a Pan y Rosas STUNAM para pelear por todos nuestros derechos como mujeres y trabajadoras!