El sábado 11 de junio se presentó el libro “No Fue No. Una Crónica del Chubutazo de Martín Ulacia en el salón del Hotel Touring de Trelew. Dialogamos con el autor que en esta entrevista sintetiza algunos temas de su reciente libro.
Martes 14 de junio de 2022 17:49
La Izquierda Diario: Martín, ¿Cómo surgió la idea de escribir ésta crónica?
Martín Ulacia: La idea de escribir una crónica surgió de la inquietud que compartíamos muchos y muchas comunicadores y periodistas de la provincia que vivimos con mucha intensidad aquellas jornadas y fuimos compartiendo y socializando información, minuto a minuto.
Pasadas unas semanas, distintos colegas intentaron sistematizar el trabajo realizado y los hechos sucedidos en distintos formatos, por ejemplo Alejandra Sepúlveda de Trelew hizo un podcast en Spotify, La Namunkura de Puerto Madryn empezó a hacer una serie de entrevistas semanales a protagonistas del Chubutazo y yo consideré que podía intentar escribir y acotar el libro a una crónica de lo que sucedió en aquellos siete días, que condensaron más de 20 años de lucha socioambiental en la provincia.
La izquierda Diario: En esos días en la provincia, miles ganaron las calles contra la zonificación minera, ¿Qué destacarías de esa confluencia tan heterogénea de ambientalistas, jóvenes y trabajadores?
Martín Ulacia:En este punto, se podría decir precisamente que el movimiento de lucha contra la megaminería en defensa del agua en Chubut no significa una confluencia de distintos sectores, sino que es un movimiento que está justamente compuesto por vecinos, vecinas que comparten reivindicaciones ambientales como la defensa del agua, pero que a la vez son jóvenes, son trabajadores y trabajadoras, integrantes de comunidades de pueblos originarios, docentes, sectores científicos, artistas. Es un movimiento que es difícil verlo de un modo diferenciado en sus múltiples componentes.
Fotografía: Aníbal Aguaisol
Es un movimiento transversal a múltiples sectores de la comunidad de la provincia y con muchos puntos de conexión entre colectivos y organizaciones. Es muy destacable, por ejemplo, que en Chubut se han declarado paros ambientales, por ejemplo, algo que no es común, que un sindicato u organización obrera esté vinculada a una lucha ambiental.
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La Izquierda Diario: Vos señalas en el libro correctamente la unidad que hay entre la lucha de Mendoza en 2019 y la de Chubut en 2021 y la potencialidad de la lucha ambiental. De hecho, en los dos lugares se derrotó la ley a favor de la megaminería y fueron dos derrotas del gobierno nacional y sus proyectos extractivistas y de los gobiernos provinciales. ¿Qué similitudes y diferencias encontrás en ambas luchas?
Martín Ulacia: El Mendozaso de 2019 y el Chubutazo de 2021 se han caracterizado como luchas hermanas, de hecho, las legislaciones vigentes, como la ley 7722 en Mendoza o la 5001 en Chubut son leyes que nacen con pocos años de diferencia.
Las similitudes de ambas luchas y movimientos está dada por la multiplicidad de organizaciones colectivos y sectores políticos que la componen. Una de las tesis que están explicitadas en la introducción del libro es que se trata de movimientos policlasistas, porque si bien el carácter popular es algo que hay que destacar de las movilizaciones, y la gran componente de trabajadores y trabajadoras, los proyectos extractivistas como la megaminería, que hacen un uso intensivo del agua, hacen entrar en conflicto también a diferentes fracciones de la clase capitalista, que ven que con este avance sus negocios pueden verse afectados.
Estamos hablando del turismo, productores agropecuarios, sectores que tuvieron un componente muy importante de movilización en Mendoza.
Hay muchos puntos en común pero me parece que la diferencia que hubo es que la provincia de Chubut, a diferencia de Mendoza, viene de crisis sociales y económicas muy profundas, de situaciones convulsivas previas a lo que fue la rebelión y las movilizaciones masivas de las jornadas de diciembre. Esto me parece que le dio un componente muy particular, y un cuestionamiento muy profundo al gobierno y a la clase dirigente.
En ambos procesos se vieron fuertemente cuestionadas las instituciones. El gobierno provincial en primer lugar, pero también la legislatura.
La Izquierda Diario: ¿Qué rol jugaron los partidos tradicionales y los sindicatos en la rebelión de diciembre?
Martín Ulacia: En primer lugar, en relación a los partidos tradicionales, de un modo u otro, tanto el peronismo, el PJ, el kirchnerismo, el radicalismo y el Pro fueron parte del armado político que permitió que un gobernador tan débil como Arcioni, luego de perder las elecciones de medio término, saliendo cuartos sus candidatos, lograse avanzar en la legislatura.
Por acción u omisión todas las fuerzas políticas representadas en la legislatura, incluso aquellos sectores que han posado de críticos de manera circunstancial, han tenido una responsabilidad en los hechos sucedidos, y eso creo que ha quedado muy claro, y se tradujo de algún modo en una de las consignas que se cantaba durante las movilizaciones de diciembre que fue “que se vayan todos”, a 20 años del Argentinazo de 2001.
Incluso hubo pronunciamientos de sectores de base de esos mismos partidos. En la UCR y en el PJ criticaron la posición de sus direcciones. Hubo una crisis que recorrió a la mayoría de los partidos.
En relación a los sindicatos sucedió algo similar, se generaron muchos procesos de movilización y deliberación por abajo, de tipo asambleario. Por ejemplo, entre las y los trabajadores de la pesca, situación que forzó a las direcciones sindicales del SOMU, el STIA, el SUPA a llevar adelante paros y cortes de ruta, producto de un proceso que surgió muy fuertemente desde abajo.
Otros sindicatos, como los estatales, tuvieron presencia en las movilizaciones y acciones que se llevaron adelante.
El movimiento en defensa del agua y en rechazo de la megaminería terminó cuestionando a las instituciones supuestamente “representativas” y a los gobiernos provincial y nacional, también a la oposición de Juntos por el Cambio, esto fue tan fuerte que impactó en diferentes organizaciones de masas y dio lugar a este fenómeno que denominamos “chubutazo”.
La Izquierda Diario: ¿Qué rol entendés tuvo la izquierda clasista en este proceso?
Martín Ulacia: La izquierda clasista, referenciada en el FITu y sus partidos, me parece que jugaron un rol consecuente.
En términos electorales, fueron uno de los pocos frentes que marcaron una posición clara con respecto al rechazo a la megaminería, como parte de sus consignas y programa político, y eso se tradujo luego en su participación en las movilizaciones. Algo que no se puede decir de, por citar un ejemplo, del PICh de César Treffinger que declarativamente decía “no a la megaminería” pero no jugó ningún rol activo en las calles durante aquellos días.
Sin embargo, la participación de partidos, incluso de izquierda, genera dudas al interior del movimiento, hay un debate abierto sobre la representación política del mismo, que tiene un enorme potencial, por sus métodos de lucha y la profundidad de sus postulados. Decir que el “agua vale más que el oro” postula una forma de vivir donde lo que vale son las necesidades básicas satisfechas y no la acumulación de riqueza por parte de unos pocos.