Este domingo en el monumento a la Revolución se presentó el "Acuerdo Político de Unidad", firmado por legisladores de partidos como el PRI, PRD y PT, incluso una exministra de la Suprema Corte.
Martes 5 de septiembre de 2017
Como en abril pasado, este domingo 3 de septiembre se realizó un concurrido mitin en el Monumento a la Revolución, convocado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para la Firma del Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México.
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Igual que en abril, en esta ocasión el líder del Morena estuvo acompañado, entre otros, por empresarios y políticos provenientes de otros partidos, tanto del PRI como de la oposición.
Por el PRD, destacó la presencia de Ifigenia Martínez, fundadora del sol azteca, y de Carlos Sotelo, integrante del Comité Ejecutivo Nacional de ese partido, además de Pablo Gómez.
También estuvo presente la senadora Dolores Padierna, quien junto a su esposo, René Bejarano, anunció el sábado su renuncia al PRD. Padierna deja con ello su cargo como Coordinadora de la bancada perredista en el Senado, al que había llegado luego de que Miguel Barbosa fuera removido por anunciar públicamente su apoyo a López Obrador.
Bejarano, quien no estuvo presente en el acto del Monumento a la Revolución, encabeza la Asociación Civil Movimiento Nacional por la Esperanza, que mediante una consulta a sus bases decidió por mayoría sumar su apoyo a Andrés Manuel.
Otra ausencia notoria fue la del delegado de la Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, quien viene exigiendo transparencia en la encuesta interna del Morena, que le dio recientemente el triunfo a Claudia Sheinbaum como candidata del partido a la Jefatura de Gobierno de la CDMX.
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Al acto del domingo también acudieron el dirigente del PT, Alberto Anaya, la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Olga Sánchez Cordero, empresarios como Antonio Barceló Garza y Alberto Masón, los actores María Rojo, Sergio Mayer y Omar Fierro, el ex rector de la Universidad de las Américas de Puebla, Enrique Cárdenas, y legisladores e integrantes del PRI, el PRD, el PT, Movimiento Ciudadano, el Partido Verde y Encuentro Social.
El mismo domingo, el PRD decidió por amplia mayoría impulsar el Frente Amplio Democrático, lo que abre las puertas a la alianza con el PAN para las elecciones presidenciales de 2018, en una plataforma que serviría como base para un Gobierno de coalición.
La suscripción del Acuerdo Político de Unidad por parte de políticos provenientes de lo que el mismo AMLO ha calificado como "la mafia del poder", muestra la profundización de la crisis de representatividad de los partidos tradicionales, particularmente del PRD.
Del lado del Morena, el acto del domingo muestra la continuidad del giro del Peje para ubicarse al centro del espectro político, tanto para llegar a nuevos sectores y ampliar su base electoral, como por la necesidad de construir un aparato partidario para disputar la presidencia de la República, sin importar que las medidas pragmáticas adoptadas para conseguirlo no sean bien vistas por sus propias bases.
Al mismo tiempo, el apoyo de empresarios al proyecto de López Obrador, muestra que el mismo no representa ningún peligro para sus intereses, pues en un eventual gobierno del Morena, la iniciativa privada jugaría un papel fundamental y no se echarían atrás reformas como la energética y la educativa.
Junto a ello, la perspectiva respecto a Estados Unidos es la de una relación -utópica- de cooperación y amistad con el gobierno de Trump, reflejando que no se pretende trastocar la subordinación de nuestro país al vecino del norte.
Así, mientras el hartazgo de millones con los partidos tradicionales se expresa en un fortalecimiento del Morena, López Obrador se prepara para contener todo ese descontento y conducirlo hacia las urnas, con una estrategia que se propone preservar lo esencial del capitalismo en México, es decir, la explotación de las grandes mayorías por una minoría de grandes empresarios y la subordinación al imperialismo.
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Para llevar hasta el final la solución a nuestras demandas, los trabajadores, las mujeres que luchan por su emancipación y la juventud combativa necesitamos construir una herramienta política propia, no para reformar este régimen de explotación y miseria, sino para luchar con independencia política por un gobierno de los trabajadores y el pueblo.