Para justificar la reducción salarial, el nuevo director de vinculación de cultura comunitaria, Xavier Aguirre, declaró que tener un salario mayor a 11 mil pesos te coloca en la clase media, mientras cobra 82 mil pesos mensuales. ¿Contradictorio?
Miércoles 2 de febrero de 2022
El 31 de enero se publicaron las Reglas de Operación (ROP) del programa Promotores Culturales Comunitarios. Las ROP es en donde se presentan los lineamientos bajo los que funcionan los programas sociales, cantidad de trabajadores, metas de alcance, montos de pago, etc. Las ROP de la edición de 2022 eran especialmente esperadas debido a las protestas e inconformidades que se manifestaron ante la amenaza de desaparición del programa a finales del año pasado.
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Durante varios meses corrieron diferentes rumores que anunciaban la reestructuración de los programas. Los cambios fueron en todos los niveles. Desde la “renuncia” de Benjamín González, el director de Vinculación Comunitaria, y con él de todo su equipo - incluyendo a Liliana Salinas, la jefa de Unidad Departamental -, hasta la desaparición de figuras dentro de los programas, como en el caso de Talleres de Artes y Oficios (TAOC). La llegada de Xavier Aguirre, el nuevo encargado del departamento, confirmó estos rumores.
Concretamente en PCC, los cambios son drásticos.
2021 1100 trabajadores Salario 2022 1237 trabajadores Salario Coordinador A 35 $18 000 Coordinador A 25 $18 000
Coordinador B 146 $15 000 Coordinador B 30 $12 000
Promotor A 745 $12 000 Promotor A 282 $10 000
Promotor B 174 $10 000 Promotor B 900 $8 000
No solo es alarmante la reducción de salario, sino el cambio en la cantidad de promotores A y B, en un claro intento de pagar lo menos posible en esta nueva edición. Si bien hay un aumento de 137 lugares, los montos de pago se redujeron hasta en $4 000. La cantidad de promotores B aumentó de manera exagerada. Las diferencias de labores entre ambas figuras son importantes, pues son los promotores A los encargados de diseñar e impartir las sesiones culturales, objetivo principal del programa, razón por la cual se solicitaban más promotores A que B.
Del año anterior a éste, las funciones de cada uno no se modificaron, pero sí se anexó la tarea de “realizar recorridos territoriales en las zonas asignadas”, por lo que nos preguntamos: ¿Ahora se nos obligará a dedicar más tiempo a realizar encuestas con fines de proselitismo político rumbo a las próximas elecciones? ¿Cuál es el sentido de aumentar el número de trabajadoressi la cantidad de promotores contratados para realizar actividades culturales disminuye? Cabe mencionar que este año el programa pretende alcanzar a 441 100 usuarios, 106 100 más que el año pasado.
Está modificación a nuestra percepción económica no contempla que realizamos nuestras sesiones con dinero de nuestro propio bolsillo, ya que los materiales que nos proporcionan son totalmente insuficientes en comparación con la cantidad que necesitamos. ¿Cómo atenderemos a más usuarios con menos recursos? ¿La SECULT garantizará los materiales necesarios para impartir las sesiones?
Los que hemos pertenecido a las anteriores emisiones del programa sabemos que, aunque la mayoría tenga puesto y salario de promotor B, terminaremos cubriendo tareas que no nos corresponde y sobre nuestras espaldas recaerá sacar adelante no solo el trabajo con las comunidades, sino cualquier labor que consideren necesaria para la administración.
Intento de dividir
Las ROP de esta edición salieron de manera tardía en comparación con las ediciones pasadas. La convocatoria de registro aún no ha salido y no hay una fecha exacta para que se publique. El periodo de registro siempre es complejo, porque es bien sabido que varios lugares ya están dados para los amigos y personal cercano del equipo central de coordinación. El retraso de la convocatoria no es casual, se cuidó muy bien que tanto las ROP, como las convocatorias de los demás programas, no salieran juntas. Asimismo, este tiempo de espera responde a la estrategia de mantenernos paralizados, en total incertidumbre, con la esperanza de poder mantener el empleo, cuestión que no es menor, pues implica que no luchemos unitariamente como un gran ejército de trabajadoras y trabajadores precarizados por plenos derechos laborales.
En todas las ROP se realizaron modificaciones contra los trabajadores, lo que sumado al descontento por la amenaza de la “desaparición de los programas” puede dar continuidad a los procesos de organización que se han dado, para exigir derechos laborales.
Estos procesos de organización deben ser independientes, ya quedó claro que los papeles de los coordinadores son meramente para desmovilizar. A diferencia de nosotros, ellos ya tienen su lugar asegurado, como lo dejó claro Martín Ramos en una reunión emergente, en la que se deslindó por completo de la organización para exigir condiciones laborales dignas y anunció que ya había sido contratado por honorarios en la SECULT.
La única manera de mejorar nuestras condiciones es organizándonos con los integrantes de los demás programas sociales: TAOC, Cultura Comunitaria, Ponte Pila, Participación Ciudadana, etc. Todos los programas en los que se replique la nefasta figura de “becario” con la que nos niegan la relación laboral. Es aberrante que nos rebajen el salario cuando Xavier Aguirre ganará $82 000 al mes por implementar a rajatabla las políticas de Claudia Sheinbaum.
Para hacerle frente a esto, es necesario organizarnos y unirnos con los trabajadores de diferentes sectores, porque estas políticas de “austeridad” no se presentan únicamente en la SECULT. Es una clara política de parte de la 4T, que planteó que “barrería de arriba hacia abajo” pero el recorte de salarios y personal ocurre siempre para los mismos, los de abajo. Estos ataques a los trabajadores se presentan en todos los sectores estatales, en todas las dependencias de gobierno, entonces debemos ser todos los trabajadores los que nos unamos para hacerles frente. La necesidad de organizarnos de manera independiente es urgente. No podemos dejar en manos de los coordinadores esta tarea, pues ha quedado muy claro quiénes son y a qué responden sus intereses. Y el papel que juegan para apaciguar las muestras de descontento.
No podemos esperar a que salgan las convocatorias y los resultados, cuando los despidos y recortes se encuentren ya consumados; es ahora cuando tenemos que organizarnos para así poder arrancarles nuestros derechos laborales. Llamemos a una asamblea de todos los trabajadores de programas sociales para poder definir acciones que contrarresten las políticas de precarización hacia la juventud.
Si perteneces a alguno de los programas culturales y educativos, ponte en contacto con nosotrxs. Impulsemos juntos la siguiente asamblea general. WhatsApp: 5574795559
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