Humanidades. Que en las elecciones se exprese una voz desde abajo y en rechazo al ajuste de Milei

Las elecciones se dan en un contexto de ataque a la educación pública. Milei anunció un bajo presupuesto para 2025 y el veto de la ley de financiamiento universitario, como parte de su plan para atacar a los jubilados, estudiantes y docentes, priorizando el pago al FMI.

La ley de financiamiento universitario no habría sido aprobada si no fuera por la enorme movilización de abril, lo que demuestra el potencial del movimiento estudiantil cuando se organiza junto a los docentes. Frente a esta unidad, ningún ataque ni veto presidencial puede avanzar. Por eso, hay que tener cuidado con aquellos que sugieren no salir a las calles o no organizarnos, pues son los que negocian con el gobierno el ajuste presupuestario. Un claro ejemplo es la Franja Morada, cuyo partido negoció el ajuste al presupuesto a cambio de unos votos en la ley bases. Lo más reciente: votaron a favor de vetar un mísero aumento a los jubilados.

Elecciones vacías de política.

El centro de estudiantes de Humanidades está dirigido actualmente por la agrupación Voces, que son parte del PJ provincial. Se presentan en campaña como los mejores administradores mientras sus diputados, los mismos que le hicieron campaña a Massa, ahora le votan todas las leyes a Milei. Por esto pretenden escindir las elecciones de la discusión política que implica denunciar el ajuste en curso, del cual son cómplices.

Por esto es que tampoco convocaron a ninguna asamblea para discutir cómo organizarnos contra el ajuste del gobierno después de la gran marcha universitaria de abril ¿Cómo van a defender la educación pública?

Ahora su campaña se centra en no criticar al gobierno, como si a los estudiantes no nos importara el ataque que están sufriendo nuestros abuelos. Al ser parte del PJ provincial, sus diputados se abstuvieron de votar en contra del veto del Ejecutivo que eliminó un miserable aumento a los jubilados.Son parte de un gobierno provincial, liderado por Saenz, que se ha aliado con las políticas de Milei.

En cuanto a la Franja Morada, poco difieren de Voces. Son parte de la UCR, cuyos diputados celebraron con Milei el veto contra los jubilados.

En la Facultad, algunos dicen que defienden la educación pública, pero es cínico luchar por el presupuesto universitario mientras son cómplices del gobierno. Fueron los primeros en negociar con Milei después de la marcha federal de abril, excluyendo a los docentes. No se puede confiar en agrupaciones que traicionan.

Quienes ocupan la secretaría general, la agrupación Praxis, que responde a La Mella a nivel nacional, militaron a los diputados que hoy representan a Voces, militando la campaña a Massa.

Aunque pueden decir que están en contra del ajuste son parte de la estrategia del peronismo de esperar hasta las elecciones de 2027 y dejar pasar cada uno de los ataques de Milei. Su referente, Grabois, le da “consejos” al presidente mientras se suma al ataque a los docentes. Poco y nada hicieron para movilizarse frente a los ataques que sufrimos, desde el DNU hasta la ley de bases o el veto a los jubilados.

Los estudiantes no somos individualistas

En cada clase surge la preocupación por cómo llegar a fin de mes y mantener los estudios, mientras la precarización laboral juvenil aumenta. Los docentes, con sueldos bajos, también sufren. Crece la indignación por los ataques a los jubilados, ya que muchos estudiantes tienen abuelos que viven en la indigencia y ven las imágenes de las represiones a las movilizaciones.

Los estudiantes también comienzan a organizarse para asistir al Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades. La preocupación crece, ya que uno de los blancos del gobierno es el movimiento de mujeres y diversidades. Se siente la necesidad de volver a las calles, como en 2018 por el aborto legal, esta vez en contra del gobierno y del ajuste.

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Frente a esto, las agrupaciones peronistas y la UCR creen que solo nos interesan fotocopias o trámites universitarios.

Organicémonos desde abajo

Es necesario empezar a organizar desde ahora asambleas entre estudiantes y docentes para movilizarnos contra el veto de Milei. No podemos permitir que las autoridades universitarias negocien nuevamente el presupuesto a costa del ajuste a los jubilados.

Los centros de estudiantes deben ponerse a la cabeza de la lucha contra el plan de ajuste de Milei. Solo desde abajo y de manera democrática podemos impedir que las direcciones peronistas y radicales negocien con Milei y nos traicionen, como ya lo hicieron en la marcha federal.

Hoy, el centro de estudiantes de Humanidades no se preocupa por enfrentar el ajuste del gobierno nacional. Es momento de replantearnos qué tipo de centro de estudiantes necesitamos.

Así como demostramos que podemos organizar una marcha de cientos de miles en abril en defensa de la educación pública, también podemos organizar un centro de estudiantes democrático, que no sea dirigido por una sola agrupación, sino que funcione a través de asambleas estudiantiles. De esta manera, podremos deliberar y discutir constantemente, sin esperar las elecciones del centro para que una agrupación, que luego hace poco, sea elegida.

Necesitamos un centro que se organice junto a la clase trabajadora y los sectores populares para enfrentar al gobierno. Ningún estudiante es ajeno a la crisis actual, al igual que amplios sectores como las mujeres, docentes, desocupados y jubilados.

Desde la juventud del PTS, vemos la necesidad de organizarnos desde ahora, como lo hemos planteado antes del gobierno de Milei. Por ello, creemos en la necesidad de que exista una lista independiente de las autoridades que negocian, y de los gobiernos que nos han llevado hasta aquí. Esta lista debe expresar la unidad de la izquierda y de los estudiantes que no son indiferentes a la coyuntura y que ven necesario organizarse para enfrentar hasta el final el plan de ajuste de Milei.

¿Qué hace la gestión de la universidad frente a este ataque?

La gestión del rectorado ha impuesto la "mesa en defensa de la educación pública", integrada por las direcciones de los centros de estudiantes peronistas y radicales, junto a los decanos y rectores. Sin embargo, ninguno de ellos ha convocado asambleas en cada facultad para organizar al conjunto de la comunidad educativa.

Si la movilización queda solo en manos del rectorado, debemos entender que también será en sus manos donde quede la negociación del presupuesto, sin consultar al resto de los estudiantes, docentes y no docentes. Tampoco contemplarán la necesidad de luchar contra el ajuste general del gobierno, ni contra ataques específicos, como el que sufren los jubilados.

Desde la juventud del PTS, no creemos que sea posible conquistar un presupuesto universitario adecuado sin oponerse frontalmente al plan del gobierno y del FMI. De lo contrario, el presupuesto será fruto del saqueo a las jubilaciones o de ajustes en otros sectores. Eso es lo que las autoridades universitarias están dispuestas a negociar para proteger sus propios intereses presupuestarios.

Para enfrentar esto, es necesaria la unidad entre estudiantes y trabajadores. El principal obstáculo es la dirigencia sindical, como la CGT, que frena la convocatoria a un paro nacional. Si en la marcha federal universitaria de abril la CGT hubiera llamado a un paro, se habría evidenciado una fuerza capaz de derrotar el plan de ajuste del gobierno.

Para la marcha del 2 de octubre, es crucial que se convoque a un paro nacional, de modo que no sean solo los estudiantes y docentes los que se movilicen, sino también todos los sectores afectados por las políticas del gobierno.