AMLO confronta y descalifica a la CNTE, mientras Elba Esther Gordillo se prepara para recuperar el control del SNTE.
Sábado 20 de octubre de 2018
La cancelación del foro educativo en Guerrero el pasado 7 de octubre, tras la provocación de los charros del SNTE que terminó en un enfrentamiento con maestros de la CETEG que fueron a manifestarse, provocó la molestia de AMLO, quien contestó con discursos retadores hacia la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
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En su gira nacional de agradecimiento, desde el mismo domingo 7 en Zacatecas y luego desde Toluca y Mérida, el presidente electo se refirió a la CNTE como una organización radical de izquierda, pero también conservadora; dijo que es cuestionado por la extrema derecha y por la extrema izquierda, que los extremos se tocan y aseguró que su gobierno no será rebasado por izquierda.
Prometió nuevamente que cancelará, abrogará, derogará, abolirá la reforma educativa, aunque el pago de la nómina quedará en manos del gobierno federal para garantizar que haya aumento salarial a los maestros.
Criticó a la CNTE por oponerse no sólo a la reforma educativa, sino al SNTE, y la retó a poner a consulta si los maestros quieren que el pago de la nómina deje de estar controlado por el gobierno federal.
Dirigentes de la CNTE respondieron que su prioridad es la abrogación de la reforma educativa, incluyendo el Fondo de Aportaciones para la Nómina Educativa y Gasto Operativo (FONE), mediante el cual la federación centraliza la nómina magisterial. Aunque aclararon que, al respecto, el planteamiento definitivo se resolverá en su Primer Congreso Nacional Político-Educativo, a realizarse del 26 al 28 de octubre.
En su balance de los foros educativos promovidos por el próximo gobierno, la CNTE señala que son “unilaterales, que están hechos a modo y que se sigue convocando a los actores que antes apoyaron y promovieron la reforma”, además de que se niega la participación a los contingentes de la Coordinadora.
Sin embargo, la política de la dirección de la CNTE se centra en conseguir la interlocución con el próximo gobierno de López Obrador, como se definió en la
Asamblea Nacional Representativa (ANR) del 13 de octubre, mientras el presidente electo ignora y denosta a la Coordinadora.
Desde Nuestra Clase opinamos que, para recuperar nuestros derechos perdidos, conquistar nuestras demandas históricas, defender la educación pública, laica y gratuita y promover un proyecto educativo nacional que no responda a los intereses de los empresarios y la OCDE, es indispensable desarrollar la organización desde abajo y la movilización de los trabajadores de la educación de todo el país, junto a nuestros aliados, los padres y las madres de familia, los estudiantes y los trabajadores de otros sectores, sin confiar en la “buena voluntad” del próximo gobierno y su partido.
Los charros se reposicionan
Mientras la dirección nacional de la CNTE se concentra en la preparación de su próximo Congreso Político-Educativo, con una política que conduce a las bases magisteriales a mantener expectativas en el gobierno entrante, por otro lado Elba Esther Gordillo se fortalece y afila sus colmillos para recuperar la dirección del SNTE.
En días pasados, numerosos periodistas, aparentemente informados por gente del aparato del SNTE, escribieron sobre la ruta que se tiene contemplada para el retorno de Gordillo, con un Congreso Nacional en noviembre que la avalaría para regresar al frente del sindicato y “poner orden”, tras lo cual dejaría en su lugar a su mano derecha, Rafael Ochoa.
Con la dirección oficial del SNTE, encabezada por Juan Díaz de la Torre, en crisis por su apoyo al PRI en las pasadas elecciones, se abre un momento propicio para potenciar la lucha, preparada y organizada desde las bases, por la democratización del sindicato. Para lo cual, las y los maestros necesitamos dotarnos de una política independiente y combativa, que no deposite ninguna confianza en el gobierno de AMLO ni en los charros de cualquier calaña, que nos permita unificar nuestras fuerzas y orientarlas hacia la recuperación de nuestra organización sindical como herramienta para luchar por nuestras demandas. Buscando forjar una sólida alianza con las madres y los padres de familia, con otros sectores de trabajadores y los estudiantes que también luchan en defensa de la educación pública, contra la represión y por la democratización de sus escuelas.
Desde la Agrupación Nuestra Clase, con nuestras aún modestas fuerzas pero con todo nuestro ímpetu, tratamos de llevar adelante esta política en el movimiento magisterial, en las escuelas donde estamos y a las que podemos llegar, junto a los compañeros de la Agrupación Juvenil Anticapitalista, la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas, la Agrupación Desde las Bases (STUNAM) y otras agrupaciones en la CDMX y diferentes estados del país, que impulsa el MTS junto a compañeros y compañeras independientes.
La lucha por la democratización del SNTE
En el informe de la ANR de la CNTE del 13 de octubre no se menciona la lucha por la democratización del SNTE. La Coordinadora –referente histórico de lucha de los maestros combativos-, en lugar de sembrar expectativas en el próximo gobierno, tiene la posibilidad y la responsabilidad de cerrarle al paso a Elba Esther Gordillo, llamando al magisterio nacional a movilizarse y a preparar desde abajo un Congreso Nacional Democrático.
Un Congreso Nacional Democrático que sirva para desconocer a los charros de todo pelaje y recuperar desde las bases nuestro sindicato, como instrumento independiente del Estado y sus instituciones, así como de los partidos patronales. Que sea efectivo para luchar por echar abajo la reforma educativa y todos sus derivados y pelear por la educación que merecen los hijos del pueblo trabajador.