Queda pendiente conocer los nombres de quienes se habrían beneficiado con la aplicación de las vacunas contra el Covid-19 que la embajada China dispuso de manera irregular. Dicha embajada mantiene en secreto esta información. Se intuye que los beneficiados habrían sido personas cercanas a los negocios del estado chino y a su línea política.
Lunes 22 de febrero de 2021
Como se sabe, a inicios de setiembre del año pasado ingresó al país un lote de 3,200 dosis de vacunas adicionales de Sinopharm, no placebo, para ser usadas fuera de la Fase 3 del ensayo de esa vacuna. Esta cantidad de vacunas podían ser aplicadas a 1,600 personas (2 dosis por persona) y fueron administradas en secreto a los allegados al poder político y empresarial, mientras tanto, miles de pobladores - mayoritariamente de bajos recursos y trabajadores de la primera línea - se contagiaban y fallecían a diario de Covid-19.
Hasta el momento se conoce el nombre de las 487 personas que se aplicaron las vacunas adicionales contra el Covid-19 que entregó Sinopharm, dentro de las cuales se encuentran el ex presidente Martin Vizcarra, su esposa, su hermano mayor, la ex ministra de Salud Pilar Mazzetti, la ex ministra de Relaciones Exteriores Elizabeth Ateste, la lobista Cecilia Blume Cilloniz, la hija del médico German Málaga, además de empresarios, autoridades religiosas, burócratas sindicales, entre otros. Queda pendiente conocer los nombres de los otros beneficiarios, dentro de los cuales 600 habrían sido favorecidos por la embajada China en Perú.
Debemos tener en consideración que, como estas vacunas no formaban parte del estudio de la Fase 3, a las personas que accedieron a ellas no se les tomaron datos con fines de estudio, tampoco se les hizo un seguimiento como si se hizo con los voluntarios, que en total fueron 12,000 personas. Por esa razón, hasta ahora no se conocen los nombres exactos del total de los que se beneficiaron de manera irregular con las vacunas, a ello se suma que la embajada China se niega a hacer pública la relación de las personas a las que ellos hicieron llegar dichas vacunas.
Esta entrega irregular de vacunas y el número de beneficiados, fue ratificado hace poco por la actual premier Violeta Bermúdez, quien manifestó públicamente que del lote de 3,200 vacunas experimentales de Sinopharm que fueron usadas fuera del ensayo clínico de manera irregular, 2,000 mil fueron solicitadas formalmente por la Cancillería del estado peruano, mientras que 1,200 dosis (para 600 personas) fueron pedidas por la Embajada China en Perú. En ese entender, la premier manifestó: “Esas 2,000 dosis, más 1,200, que habría pedido también la Embajada China es el lote sobre el cual han salido las denuncias públicas de los últimos días”.
A las declaraciones de la premier, también se suman las declaraciones vertidas por el medico German Málaga ante el Congreso de la Republica, quien afirmó que queda pendiente la lista de la Embajada de China. Cabe mencionar que German Málaga fue jefe del ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y manejo información de primera mano sobre el proceso de los ensayos y la aplicación de las vacunas de Sinopharm en el país.
Es necesario tomar en cuenta que, según informes oficiales, en las oficinas de la embajada China en el Perú, no trabajan más de 80 personas, lo cual hace prever que incluso si se hubiera utilizado esas 1,200 vacunas para inmunizar al personal que labora allí, queda una cantidad pendiente que beneficiaría a 520 personas, quienes se abrían visto favorecidas por los funcionarios del estado chino.
Urge una investigación exhaustiva que nos permita conocer los nombres de todos aquellos y aquellas que, valiéndose del poder que ostentan, se beneficiaron irregularmente de las 3,200 dosis de vacunas adicionales de Sinopharm. No al secretismo de la embajada china ni a la complicidad del estado, ni de los medios de comunicación y los partidos políticos que ahora pretenden dejar bajo la alfombra estos hechos que ponen de manifiesto cómo es que, incluso en situaciones de alta crisis sanitaria donde la vida de miles está en juego, ellos, los grandes empresarios y sus políticos, solo buscan preservar sus intereses y sus vidas.