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Red Internacional
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¿Qué papel han jugado las burocracias sindicales en la catástrofe de la DANA?

Según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales los sindicatos mayoritarios pueden paralizar las actividades laborales. Pero ese día las direcciones de CCOO y UGT estuvieron reunidas con la patronal y Mazón y ni siquiera pusieron esto sobre la mesa.

Jueves 7 de noviembre

Desde el pasado martes, tras la catástrofe provocada por la DANA, la magnitud de este crimen social capitalista está alcanzando niveles históricos en el Estado español. La cifra de fallecidos supera desde el pasado domingo los 219, y la cifra oficial de desaparecidos es de 89. Una gran parte de la población valenciana ha pasado días sin suministro eléctrico ni abastecimiento de agua. Y entre todo el caos, todos nos repetimos: hay culpables y responsables.

Queda claro que tanto el gobierno autonómico con el PP de Mazón al frente, como el gobierno central, son responsables directos de la inacción escandalosa en cuanto a prevención y protección de la población, pudiendo haber evitado cientos de muertes. Tampoco debemos olvidar el papel criminal de las patronales y las grandes empresas en esta tragedia. Sin embargo, ¿qué papel juegan los sindicatos mayoritarios en este contexto?

En primer lugar, y refiriéndonos a la falta de actuación por parte de las burocracias sindicales ante una inminente catástrofe climática, el artículo 21 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales habilita a los sindicatos con mayor representatividad a paralizar de manera inmediata la actividad laboral en caso de que exista un riesgo grave para la salud de los trabajadores. A los avisos de la AEMET ellos tampoco hicieron caso.

De hecho, en ese agujero de cinco horas en las que no se sabía donde estaba el president de la Generalitat, carlos Mazón, ahora van saliendo algunas de las actividades en las que ocupó su tiempo. Según denuncia la CNT de Valencia, las direcciones regionales de CCOO y UGT compartían mesa con representantes de la patronal y el mismo Mazón en una reunión a las 13:30. Solo media hora después de que el president dijera que la situación estaba remitiendo y antes de la "comida privada" posterior que le hizo llegar 2 horas tardes a la reunión del centro de coordinación.

Por otro lado, una vez ocurrida la tragedia y ante los datos desoladores y la situación que se está viviendo en las poblaciones valencianas, también vemos una inacción por parte de dichos sindicatos. En los últimos días se ha extendido un movimiento enorme de solidaridad por parte de jóvenes y trabajadores que se han trasladado a los pueblos a ayudar, o que incluso desde las diferentes comunidades autónomas han organizado recogidas de enseres.

Sin embargo, estos sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, que agrupan a miles de trabajadores, podrían ponerse en disposición de organizar toda esa solidaridad. Pero, no lo están haciendo y sobre las responsabilidades políticas y patronales direfctamente no se han pronunciado.

¿Por qué no han organizado la ayuda a Valencia desde las empresas de todo el territorio? ¿Por qué no están impulsando iniciativas desde fábricas que pueden ser enormemente útiles, como fábricas de comida y agua, de materiales como botas, palas, rastrillos, o centros de distribución etc y empresas de maquinaria pesada? ¿No podrían imponer a sus respectivas patronales la cesión inmediata de insumos, herramientas y maquinaria que es hoy imprescindible en Valencia? Es necesario poner toda esa fuerza de la clase trabajadora al servicio del pueblo valenciano en clave de independencia de clase para organizar la solidaridad.

Pero no nos quedamos ahí. La crítica a los grandes sindicatos va más allá de exigirles que organicen la solidaridad, ya que también es necesario organizar la protesta y el descontento. ¿Por qué no se han puesto al frente de hacer una denuncia del papel nefasto que han jugado las instituciones y los gobiernos y lo que ha supuesto esto para el pueblo trabajador que ha sufrido la catástrofe? De está manera hay vía libre para que la extrema derecha se ponga al frente de las denuncias y el discurso contra el gobierno.

Hace poco hemos sido conocedores de la “medida de lucha” propuesta por CCOO, UGT y USO: Un paro de 10 minutos, en acuerdo con la patronal. Ni la solidaridad ni la protesta social se organizan con un mísero paro de 10 minutos. Es una vergüenza.

Mientras tanto, podemos ver enormes ejemplos de solidaridad real y desde abajo, como los estibadores del puerto de Barcelona, que han aprobado solidarizarse con el pueblo de Valencia con el envío de once camiones con material sanitario y de primera necesidad para las personas los afectadas por la catástrofe de la Dana, además de una aportación económica de 150.000 euros para destinarlos a la reconstrucción.

Es urgente redoblar la solidaridad y que se convierta en un gran movimiento para exigir un plan de emergencia que responda a la magnitud de la crisis y antepongan nuestras vidas a los beneficios de los capitalistas.

Hay que exigir a las direcciones sindicales que organicen la solidaridad y llamen a paros y movilizaciones por un plan que incluya el refuerzo de todos los medios de emergencia civiles, permisos retribuidos, control de la plantilla sobre la suspensión de actividades, suspensión de alquileres e hipotecas y una replanificación urbana que se adapte al cambio climático. Necesitamos un plan de reconstrucción bajo control de los trabajadores y afectados y a costa de impuestos extraordinarios a las grandes empresas y la banca.