Desde hace años en el Encuentro Nacional de Mujeres se vienen conquistando talleres, lo que no podemos conquistar es nuestro derecho a votar y decidir. Una parte de la Comisión Organizadora detrás del famoso espíritu del encuentro esconde sus acuerdos.
Viernes 14 de octubre de 2016 10:00
Se decía que la violencia que padecemos las mujeres, es producto de un Estado ausente como planteaban en diferentes talleres. Las que parecen más bien ausentes de estar a la altura de las necesidades que tenemos las mujeres en organizarnos y luchar para que no nos sigan matando, explotando, discriminando, abusando y negando nuestros derechos, son un sector de mujeres que integran la Comisión Organizadora del Encuentro Nacional de Mujeres.
Este Encuentro es único en el mundo, donde las mujeres se dan cita con el único objetivo de poder encontrar una herramienta para conquistar nuestros derechos. Por esta razón es que en estos encuentros que cada año se celebra en distintas provincias son cada vez más grandes las delegaciones que con mucho esfuerzo participan. Todas con el objetivo de hacer conocer sus demandas, en busca de solidaridad, pero también para difundir sus conquistas que siempre son arrancadas con mucha lucha.
Todas esas miles de mujeres que pelean contra los despidos, las violaciones, abusos, falta de tierras, viviendas, salud, educación, trata de mujeres, por el derecho al aborto, son una clara demostración de la necesidad de organización y lucha que debemos construir para lograr conquistar nuestros derechos.
Desde que participo en estos encuentros junto a Pan y Rosas, venimos planteando que estos encuentros deben ser resolutivos donde tengamos derecho a decidir, a votar que campañas llevamos adelante, como así también la sede donde se realice el próximo encuentro, ya que entendemos que sobre las base de un lugar conquistado como son los Encuentros se debe avanzar ante oprobios que no se detienen como lo demuestra el NI UNA MENOS, que surgió porque en nuestro país muere una mujer cada 30 horas, por el solo hecho de ser mujer..
En este sentido nos parece que las mujeres enroladas en el PCR y en Patria Grande, con el único objetivo de poner trabas a un gran movimiento que pueda abarcar a centenares de miles de mujeres, nos intentan denostar con argumentos como que queremos romper este espacio que se conquistó hace más de treinta años, manteniendo un discurso que solo es funcional a los que debemos arrancarles nuestros derechos.
Intervenciones de parte de esas organizaciones como que estos Encuentros Nacionales son espacios donde nos juntamos con el único espíritu de intercambio de diferentes problemáticas y que trabajar sobre la base de los consensos, es lo que mantiene y hace que estos encuentros sean cada vez mas masivos, es algo totalmente falaz, ya que si las mujeres viajamos tantos kilómetros con tanto esfuerzo es con un solo objetivo: unir todos nuestros reclamos en la búsqueda de conquistar nuestros derechos.
El gobierno del PRO y la Iglesia son nuestros enemigos
Cuestión que no pude dejar de expresar en los talleres que participé.
Como dije, cuando hace muchos años atrás comencé a intervenir en los encuentros,, lo hice en la búsqueda de solidaridad estando despedida de PepsiCo, Junto a compañeras como las obreras de Zanon, las compañeras de Brukman, Mafissa, allá por aquellos años con apenas una centena de compañeras estudiantes, docentes y de la salud.
Hoy a más de diez años viajamos con una delegación de casi cuatro mil mujeres, compañeras de la alimentación de distintas fábricas, de distintas provincias, llevando las campaña de las obreras de Zanon y de MadyGraf, mujeres trabajadoras de distintas ramas de la industria, y los servicios, estudiantes, empleadas domésticas, amas de casa, todas ellas con un solo objetivo: poder organizarnos para hacer una sola lucha, que en definitiva es la lucha de todas las mujeres trabajadoras y de los sectores populares.
Lejos de querer dividir, durante todos estos años nos hemos dado el objetivo de organizar a más mujeres para que estos espacios conquistados no solo nadie los quiera romper, sino que sea de miles y miles que no tienen voz.
En ese sentido planteamos la necesidad de fortalecer este espacio desde donde las miles que viajamos nos vallamos con la tarea de seguir organizando a más y más mujeres. Porque como decimos desde Pan y Rosas: “si tocan a una, nos tenemos que organizar miles”.
Es lamentable que estos sectores de la Comisión Organizadora no entiendan que el enemigo está del lado de enfrente, está en las patronales, las burocracias sindicales, los gobiernos provinciales, la Iglesia y el propio gobierno nacional que viene ajustando y se prepara para profundizarlo aún más, con precarización laboral, negándonos nuestros derechos.
Hay algo que siempre decimos las mujeres; tenemos derecho a decidir, pero ese derecho tiene que ser también garantizado desde los Encuentros Nacionales de Mujeres.
En cientos de talleres que funcionaron durante dos días se pronunciaron por que la sede del próximo encuentro sea en Buenos Aires, centro del poder político, que deberíamos atacar ya que desde ahí se disponen las políticas de ajuste que afectan a las mujeres de todo el país.
Con las compañeras de Pan y Rosas e independientes seguiremos como lo hemos hecho durante todo este tiempo trabajando por una gran organización de mujeres en cada fabrica, en cada lugar de trabajo, colegio y barrios.
Las casi 70 mil mujeres que fuimos a Rosario, debemos tomar nota de que no puede ser que dos partidos políticos decidan por nosotros. Como el PCR, una pequeña corriente política que allá por el 2009 firmó actas para que trabajadoras de Kraft se quedaran en la calle. Ahora un hombre, su dirigente, viaja al Vaticano para ponerse del lado del Papa, el mismo que es enemigo de que las mujeres podamos tener derecho sobre nuestros cuerpos, que lo único que logra es que nuestro dolor por las mujeres que mueren y son explotadas sea cada vez mas grande.
Cada año para participar del encuentro nos vamos organizando con mucho entusiasmo, para eso impulsamos desde festivales, bingos, charlas, rifas, etc, con el único fin de que a las mujeres nada les impida llevar su voz.
El hecho de que en los Encuentros se pueda votar ante un movimiento único en el mundo, podría ser garantizado no solo por la solidaridad de cientos de organizaciones de todo el país, sino también apoyado internacionalmente por tantas otras, ya que también se dan cita mujeres de otros países como las compañeras uruguayas que también viajaron con Pan y Rosas, en nuestros talleres había mujeres de España, y otros países. La lucha de la liberación de este estado de opresión no es solo Argentina.
Por eso un sector de la Comisión Organizadora no terminó bien el encuentro en Rosario, quedó en evidencia la necesidad que tenemos las mujeres de poner en pie un fuerte movimiento donde se pueda votar y con derecho a decidir cómo y dónde queremos expresarnos, por esta razón seguiremos siendo muchas más las que nos organicemos y demos estas luchas ya que sabemos que si hemos conseguido algo fue arrancándoselo al poder político, las patronales y los gobiernos de turno.
Que nadie nos pare por el derecho a decidir.
Catalina Balaguer
Ex trabajadora de PepsiCo y referente del Movimiento de Agruaciones Clasistas