Oscar Schaller, víctima y querellante de César Milani, emitió una carta en repudio a las excarcelaciones de genocidas, bajo la excusa de la pandemia. Desde el inicio de la cuarentena más de 30 condenados por crímenes de lesa humanidad, lograron volver a sus casas.
Lunes 4 de mayo de 2020 22:22
Espero más de 40 años para encontrar una cuota de justicia. No la encontró en su causa, pero la peleó por todos. En el último juicio que testimonió sostuvo “No me anima el odio, solamente el deseo de justicia por los que no están”.
Oscar Schaller nació en La Rioja, allí el golpe militar se cobró muchas vidas. Sus padres y él fueron víctimas de la dictadura. Plutarco y Oscar Schaller trabajaban en el diario El Independiente. La noche del golpe fue intervenido el diario, y persiguieron a varios trabajadores del mismo, entre ellos Oscar, y su padre Plutarco.
En los dos juicios que se realizaron el año pasado contra César Milani, Oscar testimonió. Primero en La Rioja y luego en Tucumán. No fue un testigo más. Él y su familia fueron víctimas de la dictadura y en particular de Milani.
Así lo contó Oscar en los Tribunales de Tucumán. Fue el primer testigo por la desaparición del soldado Alberto Ledo durante 1976, donde están imputados César Milani y Esteban Sanguinetti. El joven riojano se encontraba cumpliendo el servicio militar obligatorio en el Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 del Ejército Argentino. De La Rioja fue trasladado a Monteros, Tucumán. En la madrugada del 17 de junio de 1976 el conscripto acompañó al Sanguinetti en una recorrida de rutina y luego el entonces capitán regresó sólo diciendo que Ledo se había fugado. En este batallón se encontraba el teniente Milani que labró el acta apócrifa de deserción del soldado Ledo.
El testimonio de Oscar Schaller fue muy importante, porque el exjefe del Ejército durante el gobierno de Cristina Kirchner, siempre sostuvo que él nunca estuvo en un centro clandestino de detención. Oscar, a través del testimonio sobre su secuestro, el de su padre Plutarco y de su madre Angélica, trazó el rol jugado por Milani y Sanguinetti durante la última Dictadura.
Antes, Oscar Schaller, había testimoniado en el juicio que se realizó en La Rioja a César Milani, por los secuestros, torturas de Pedro y Alfredo Olivera. En ambos juicios, a pesar de las pruebas y testigos, Milani fue absuelto.
Los Tribunales de La Rioja lo absolvieron fundamentando que los operativos en los que se llevaron detenido a Alfredo y Pedro fueron legales. Apelaron a leyes del gobierno de Isabel Perón y el de facto de Rafael Videla, donde se instruía a aniquilar a la "guerrilla". En tanto el Tribunal de Tucumán prefirió usar otro perverso artilugio. No creerle a las víctimas.
Matías Aufieri, abogado querellante contra Milani, sobre este fallo sostuvo: “abre un nuevo paradigma donde no se le cree a las víctimas”. Aufieri integra el Centro de Derechos Humanos (CeProDH), que preside la diputada Myriam Bregman, ambos representan a Oscar Schaller contra César Milani.
A propósito de toda esta lucha, Oscar Schaller envió a este diario una carta con el acta de la primera vez que fue convocado a declarar en juicios de lesa humanidad.
A continuación reproducimos su carta
Ante los otorgamientos de prisión domiciliaria a genocidadas condenados, creo que es necesario compartir la carátula de una de las causas por violaciones a los derechos humanos en las que testimonié.
Luciano Benjamín Menéndez, fue condenado por homicidio agravado, por privación ilegal de la libertad, allanamiento ilegal, imposición de tortura agravada, abuso deshonesto, violación agravada, aborto sin consentimiento de la mujer, asociación ilícita. Y cientos de otros crímenes que he suprimido para no aburrir.
Considero que las condiciones de confinamiento deben ser óptimas para todas las personas detenidas, de acuerdo a la Constitución. Sin embargo esto no es así. Los que gozan de las mejores condiciones de detención son los genocidas. Gozan de muchos privilegios, están alojados en celdas individuales con múltiples comodidades, y la atención médica que reciben no es en la enfermería de los penales, sino en hospitales como el Hospital Militar o el Naval. En tanto los presos comunes están hacinados, en celdas inmundas.
Además, estos genocidas demostraron en los últimos 44 años que no están dispuestos a acercarnos con su testimonio a la verdad. De cuál fue el destino de los compañeros desaparecidos, el de los bebés y niños apropiados, sosteniendo en el tiempo el crimen.
También demostraron su disposición a violar las domiciliarias en muchas ocasiones y a fugarse en otras.
Acompaño una foto de la carátula de una causa entre miles que se tramitaron en el país por el genocidio.
Para los jueces que absolvieron a Milani, algunos secuestros en dictadura fueron legales
Para los jueces que absolvieron a Milani, algunos secuestros en dictadura fueron legales