En muchas empresas los ritmos de trabajo se han intensificado, los horarios extendidos y los sueldos reducidos debido a la pandemia, además el gobierno y el parlamento impulsaron leyes que favorecieron abiertamente a las grandes empresas.
Miércoles 21 de octubre de 2020
Desde que comenzó el desconfinamiento de las principales ciudades del país, muchos trabajadores y trabajadoras volvieron a sus puestos con la esperanza de recomponer en parte sus salarios que se vieron castigados por la ley de (des)protección del empleo.
Además, ese enorme grupo que cayó en la cesantía hoy busca algún trabajo de forma desesperada para intentar levantar la olla en los hogares que han visto reducidos sus ingresos en más de un 60%, se encontró con una oferta laboral precarizada, con salarios a la baja y peores condiciones de trabajo que previo a la pandemia.
Así empresas de la comida rápida como Mc’Donalds o Burger King han aumentado las jornadas de trabajo mientras mantienen a personal suspendido. Lo mismo ha ocurrido en Starbucks donde los equipos de trabajo han debido naturalizar trabajar lo mismo que antes pero con 1/3 de la dotación regular.
La juventud sin posibilidades de obtener ingresos se ha lanzado a la calle a consumir sus propios cuerpos en las APP’s de delivery sin seguridad laboral, contrato ni sueldo, un modelo de trabajo a destajo que al único que beneficia es estas corporaciones que sin tener que cumplir ninguna obligación obtienen enormes ganancias a costa del sacrificio físico de los "raiders".
En las grandes cadenas de retail (como Cencosud) los despidos han ido al alza, así como el cierre de cadenas como Corona y otras.
Todos estos movimientos del gran empresariado son muestra del absoluto desprecio que sienten por los miles de familias que hoy están viviendo como se deteriora sus condiciones económicas día a día.
Para colmo quienes siguen trabajando se ven con el chantaje de que si no se aceptan las nuevas condiciones de trabajo la opción es la calle. Quienes vuelven de las suspensiones ya no tienen fondos en el seguro de cesantía.
Incluso el teletrabajo, que fue impulsado por la CPC y la Sofofa durante casi una década como la posibilidad de incluir a las mujeres al mundo del trabajo, ha demostrado ser nefasto en las condiciones de vida de sus trabajadores.
Entre la imposibilidad de la desconexión y el aumento de los costos del hogar por la obligación de contratar internet, mayor consumo de electricidad, la necesidad de adquirir Notebooks o PCs para poder trabajar muestra la irrealidad de una ley de teletrabajo que se hizo para que las empresas no necesiten cumplirla.
Otro ataque ha representado la inclusión de la polifuncionalidad en muchos puestos de trabajo. Las cadenas de supermercados como Wallmart o Farmacias Salcobrand han forzado a sus trabajadores a aceptar cambios en sus contratos -que apuntarían a tener que hacer mas funciones de las que les corresponden según su cargo- o verse bajo la amenaza del despido. Sindicatos del Metro también han denunciado los más de 1000 despidos de las subcontratistas de las empresas de aseo del tren metropolitano.
Si bien la pandemia ha puesto en una situación relativamente desfavorable a la clase trabajadora, la rebelión popular de octubre impregnó una nueva subjetividad en los miles y miles de jóvenes trabajadores y mujeres que se lanzaron a la calle con la convicción de cambiar las condiciones de vida que impuso el neoliberalismo bajo la dictadura militar y los gobiernos de la ex Concertación y la derecha.
La elección de este domingo fue planeada por los partidos tradicionales como un intento de canalizar en el proceso constituyente las esperanzas de ese cambio, pero una y otra vez estos partidos han seguido legislando y defendiendo -con demagogia- los intereses de las familias mas ricas del país, de las multinacionales y el legado de la dictadura.
Si las y los trabajadores desean terminar con la herencia de la dictadura y las condiciones laborales que se han impuesto, deberá reponerse el camino del 12 de noviembre, momento en la cual la clase obrera demostró su fuerza a través de la huelga general mas importante que se ha visto desde el retorno a la democracia. Esa huelga hizo temblar al modelo y sus representantes.
Solo retomando ese camino se podrá imponer una Asamblea Constituyente realmente Libre y Soberana que permita cuestionar todo desde abajo hacia arriba, para abrir el cuestionamiento hacia la sociedad capitalista y perspectivar un gobierno de trabajadores en el camino al socialismo.