Esta semana se vivieron en Europa dos expresiones organizadas de descontento por el aumento del precio de las entradas para asistir a las canchas de fútbol: hinchas del Liverpool inglés y del Borussia Dortmund alemán expresaron su enojo y piden anular los aumentos.
Viernes 12 de febrero de 2016
Foto: diario Liverpool Echoes. La bandera dice "Juego de la clase obrera, precios para ejecutivos"
Un triunfo resonante de la hinchada del Liverpool
Ante el anuncio del incremento del precio de las entradas para ir a ver al Liverpool durante la temporada 2016/17 de la Premier League inglesa, unos 10 mil hinchas de los “reds” se organizaron para demostrar su bronca: durante el partido del último sábado en el que se enfrentaban con el Sunderland, abandonaron el estadio en el minuto 77. La elección del momento de la protesta no fue casual: la comisión directiva del club hizo el anuncio de que la entrada pasaría a costar nada menos que 77 Libras (¡alrededor de 112 dólares!). Actualmente para ingresar a un estadio de la primera división del fútbol inglés como el de Liverpool, la entrada más cara cuesta alrededor 59 Libras y ya es muy poco accesible.
Durante el partido, varios hinchas repartieron volantes y colocaron banderas hechas a mano con consignas como “Amamos al equipo, odiamos los precios”, "Somos hinchas, no clientes" o “Sin hinchas el fútbol no es nada”.
La protesta levantó polvareda y obligó a los dirigentes del club de la ciudad de los Beatles a emitir un comunicado disculpándose con su afición y anunciando que finalmente la entrada no aumentará y que el precio quedará congelado durante las próximas dos temporadas. Un triunfo resonante.
La ingeniosa protesta de hinchas del Dortmund
Por su parte, este martes en Alemania el Borussia Dortmund visitaba al Stuttgart por la Copa de Alemania. Pero la nota la dio la hinchada visitante del célebre Borussia: ingresaron recién a los 20 minutos del primer tiempo y se hicieron notar arrojando centenares de pelotitas de tenis al césped del campo de juego. El mensaje era claro: daban a entender que el fútbol no es un deporte de elite para los asistentes como lo es -de alguna manera- el tenis.
Con pancartas que rezaban “¿Cuándo lo van a entender en Stuttgart? ¡El fútbol tiene que ser accesible!” el público visitante se quejaba del precio de 19,50 euros más impuestos (unos 22 dólares) que cuesta ingresar a la tribuna más barata (la popular como se conoce en Argentina).
Todavía no se conocen novedades, pero esta colorida hinchada alemana con sus pelotitas de tenis espera darle un revés al ánimo de lucro de los dirigentes de los clubes.