Es necesario aumentar el presupuesto que se destina para la educación. Desde 2019, la Ley General de Educación (LGE) señala que debe ser no menor al 8 % del PIB, pero esto no se cumple.
Miércoles 24 de mayo de 2023
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2023 en materia de educación, dispone recursos por 945 mil 11 mdp para este sector, lo que representa un aumento del 6.5 % en comparación con el monto aprobado en 2022.
El presupuesto del año anterior, considerado en programas, actividades y proyectos relacionados con la educación preescolar, primaria, secundaria, media superior, técnica, superior y posgrado, así como con servicios auxiliares de la educación en cualquier ente público del gobierno, fue el monto más bajo en la última década, según datos de la Secretaría de Hacienda, por lo que el incremento en 2023 es 2% menor al monto aprobado en 2019, previo a la pandemia.
El presupuesto actual contempla un aumento a los programas del gobierno de la llamada ‘cuarta transformación’: La Escuela es Nuestra, cuyo financiamiento se distribuye a través de Banco Azteca, beneficiando al magnate Ricardo Salinas Pliego; las Universidades para el Bienestar Benito Juárez, que ultraprecarizan a sus docentes y trabajadores; las Becas para el Bienestar, que también se utilizan para precarizar trabajadores, considerándolos como ‘beneficiarios’; así como una inversión de mil 398 mdp para la compra de mobiliario, equipos de cómputo e infraestructura que no se ha visto reflejada en la mayoría de las escuelas.
Sin embargo, se redujo el presupuesto al programa Pilares, sostenido por docentes que atienden el rezago de miles de estudiantes de la CDMX sin que el gobierno los reconozca como trabajadores ni les otorgue derechos laborales.
El presupuesto educativo resulta muy insuficiente si lo comparamos con lo destinado a la militarización del país, que responde a los intereses del imperialismo yanqui. El presupuesto asignado a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue de 112 mil mdp; a lo que se agregó la incorporación de la Guardia Nacional (GN), con 67 mil 826 mdp; el presupuesto de la Secretaría de Marina (Semar) fue de 42 mil mdp; el destinado para las aduanas de 81 mil mdp; a lo que hay que sumar lo destinado para la construcción de los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya; de los aeropuertos de Chetumal, Palenque, Campeche y de Ciudad del Carmen; o para la compra de equipo como radiopatrullas, etc.
¿Qué pasaría si conquistamos el control democrático de nuestro sindicato para pelear por mayor presupuesto educativo?
Lamentablemente, los dirigentes burocráticos del SNTE han avalado, sexenio tras sexenio, la precariedad en que se encuentra el sistema educativo nacional y los ataques contra nuestros derechos laborales.
La lucha por conquistar el control democrático de nuestro sindicato, arrebatándoselo a los líderes ‘charros’, nos permitiría…
En primer lugar, podríamos exigir instalaciones dignas, inmuebles resistentes o adecuados a las inclemencias del tiempo, con salones espaciosos que alberguen a no más de 25 estudiantes (14 es el promedio de estudiantes en países miembros de la OCDE).
Que las y los estudiantes cuenten con espacios para su esparcimiento, deportivos y tecnológicos, así como científicos y artísticos.
Además de contar con comedores subsidiados para asegurar una alimentación nutritiva que les dé la energía para aprender y crecer sanos y fuertes.
Por el lado laboral, exigir un aumento salarial de emergencia que se ajuste en automático por arriba de la inflación, para que cubra todas nuestras necesidades, como mínimo la canasta básica familiar.
Para que todas y todos los docentes tengamos un salario digno no puede haber contratos por salarios menores, pero tampoco exceso de horas laborales, sino que un salario digno debería asegurarse para un docente que trabaje 30 horas a la semana, incluyendo las horas destinadas al trabajo administrativo, como planificar, evaluar, asentar calificaciones, etc.
De igual forma, exigir la eliminación del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros, para garantizar el principio de salario igual por igual trabajo, así como el retorno al esquema solidario de pensiones en lugar del ahorro individual para el retiro.
El servicio debe incluir plantillas escolares completas (asistencia y apoyo psicológico, médico, orientación educativa), así como la basificación inmediata de egresados normalistas y escuelas suficientes para brindar el servicio a todos los que lo requieran, con un número reducido de estudiantes y apertura en tres turnos.
¿Cómo se pueden financiar todas estas medidas?
Reorientando el pago que se destina a la deuda externa, reclamando para educación y salud el presupuesto asignado a la militarización del país, así como el que se asigna a los megaproyectos impopulares y, también, mediante impuestos progresivos a los grandes empresarios que se enriquecen de la mano de obra de las y los trabajadores.
¿Tienes más ideas y exigencias que incorporar? Escríbenos y organízate para confirmar una planilla independiente que acabe con el charrismo sindical.
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