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Red Internacional
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Colombia. Repartidores de app’s: ¿juegos del hambre o vacunas para todes?

En Colombia, Rappi anunció que adquirirá 4 mil dosis de la vacuna contra covid al laboratorio Sinovac, de las cuales, 2 mil serán destinadas para trabajadores de las principales ciudades en Colombia, pero sólo a aquellos que más horas estén conectados a la aplicación.

Jueves 1ro de julio de 2021

El número de vacunas destinadas por la transaccional apenas y alcanza para vacunar, en aquel país, al 5% del total de trabajadores de Rappi. Juan Sebastián Rozo, director de Asuntos Públicos de Rappi en aquel país anunció que sólo los trabajadores que más tiempo permanezcan conectados serán los que accedan a una de las 2 mil dosis.

El anunció género polémica e indignación en redes sociales, varios usuarios denunciaron que condicionar la vacuna, además de negar el derecho elemental a la salud se convierte en una suerte de "bono de productividad" e incrementa las precarias condiciones laborales del sector. Algunos usuarios se mofaron de la compañía haciendo alusión a que Rappi inauguraba una nueva edición de los "Juegos del Hambre".

Por si fuera poco, los trabajadores de Rappi y otras aplicaciones de reparto, típicamente laboran muchas más horas de las que implica una jornada "normal". La conquista histórica de las 8 horas lleva años siendo aniquilada en todas partes del mundo y más aun desde que inició la pandemia; los repartidores han sido un sector que no paró nunca, arriesgándose en cada entrega a contagiarse de covid, además de que en caso de caer enfermos, al no existir relación laboral de manera formal ni derechos elementales como seguridad social, quedan en las peores condiciones para hacer frente a la enfermedad.

Colombia, que es uno de los países más golpeados por la pandemia tiene alrededor de 40 mil rappitenderos, en su mayoría jóvenes y estudiantes que producto de la crisis económica y sanitaria recorren las calles de Colombia y muchos otros países en condiciones de suma precariedad y sin estabilidad laboral. No es casual que el país sudamericano fuera recientemente el epicentro de multitudinarias movilizaciones de los trabajadores y la juventud colombiana.

Vacunas para todxs

La medida, que, de momento sólo aplica para Colombia, expone la desigualdad en el acceso a la salud que se exacerba con la pandemia. Mientras los países imperialistas han avanzado de manera importante en sus planes de vacunación, los países subordinados continúan con tasas muy bajas de vacunación; no obstante, en la mayoría de estos últimos, los distintos gobiernos han acelerado el regreso a la normalidad en harás de reactivar sus economías sin importar que los trabajadores y los más pobres se expongan al contagio.

No olvidemos las múltiples voces que han denunciado las enormes ganancias de las farmacéutica que se benefician con miles de millones de dólares especulando con la vida y la salud de millones

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Los repartidores y todos los precarizados merecen derechos laborales

A partir de la precariedad que se expande con mayor voracidad que el virus, vemos como en Argentina, Brasil, México y otros países, los trabajadores de Rappi, de Uber, de Globo y de otras app’s comienzan a organizarse por mejores condiciones laborales. En primer lugar por el reconocimiento de la relación laboral que les es negada por las empresas. Éstas, bajo la ilusión del trabajo freelance se ahorran miles de millones al negar hasta los más elementales derechos laborales y sindicales. Un hecho que reconoce la misma Organización Internacional del Trabajo y la ONU a través de la Cepal.

Desde México, quienes nos organizamos en la Agrupación Juvenil Anticapitalista, exigimos vacunas para todxs los trabajadorxs de reparto sin ningún tipo de condicionamiento ni en Colombia ni en ningún otro país.

Las enormes ganancias de las aplicaciones de reparto bastarían para garantizar todas las vacunas necesarias. Pero incluso eso no es suficiente. Es urgente conquistar plenos derechos laborales y el reconocimiento legal al trabajo por aplicaciones. Estas demandas deberían retomarse por las principales centrales sindicales y ser abrazadas por los trabajadores de todo el mundo, sindicalizados, temporales, nativos e inmigrantes. La unidad de la clase obrera y sus organizaciones luchando de manera independiente a los gobiernos y la patronal sin duda sería capaz de conquistar estas y otras demandas.

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