Siguen las negociaciones entre partidos de gobierno sobre la Nueva Constitución, para asegurar reformas que la acerquen a la vieja Constitución de la Dictadura. Si la semana pasada aún no se hablaba de que contenidos reformar, estos últimos días han comenzado a despejarse; entre los claves, reponer facultades al Senado y al Presidente. Se viene una nueva cocina.
Martes 9 de agosto de 2022
La discusión palaciega esta a la orden del día desde que la semana pasada el mismo presidente Boric les señalara a las coaliciones de gobierno llegar a un acuerdo de reformas, donde los viejos partidos de la Concertación (salvo la DC) en el gobierno ya presentaron sus puntos para reformar para llegar a un acuerdo, y que ahora el Frente Amplio y el Partido Comunista se abren a discutir. Todo el estilo político de los 30 años, más el Frente Amplio.
El gobierno como sabemos tiene dos coaliciones, Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático, en el primero están el Frente Amplio y el Partido Comunista, mientras que en el segundo esta toda la vieja Concertación, salvo la Democracia Cristiana, o sea el Partido Socialista, el PPD, el Partido Radical, y un ex Frente Amplio, el Partido Liberal; estas dos coaliciones se encuentran hoy en negociaciones para llegar a un acuerdo para reformar la Nueva Constitución, reformas que por supuesto vienen a ajustar aquellos aspectos de la NC que más les molestan a la derecha, en donde incluso la DC les comienza a marcar la pauta.
El PS incluso ayer fue a buscar nuevamente el apoyo del neoliberal Ricardo Lagos, uno de los personeros centrales de los últimos 30 años, el que nuevamente no se quiso sumar al Apruebo, y que entre los puntos que les señalo urgentes fueron la recuperación de facultades del Senado y del presidente, o sea, los puntos centrales de un presidencialismo fuerte y de una representación popular más cerrada, puntos en los que coincide con la Constitución de la Dictadura.
El Partido Comunista por supuesto, a diferencia del Frente Amplio que se abrió rápidamente al acuerdo, hace tiempo, y busca maniobrar para poder tener una salida de emergencia dado el caso, habla de “perfilar” antes de que “reformar”, y da señales contradictorias entre sus dirigentes para no quedar tan pegados al apruebo para reformar, Tellier su presidente, por su parte señaló: “Creo que hay dos tipos de propuestas, una del PPD que quiere reformas de fondo, que estamos analizando, y otras, entre ellas las nuestras, en que se habla más bien de la necesidad de precisar algunos aspectos. Hay, hasta este momento, tres o cuatro puntos en los que tendríamos acuerdo.” Y que se guardo referirse a cuales.
El exconvencional por el PC Marcos Barraza, a La Tercera, manifestó por otro lado que “el texto constitucional es sólido, equilibrado, pero requiere perfeccionamientos y nosotros estamos abiertos a eso, pero tienen que ser precisos”.
Si la semana pasada aun no estaban tan claros los puntos a reformar, ahora comienzan a hacerse más claros. El PPD, quien tomo la delantera de toda la discusión, fue directo al Senado y a la figura presidencial, buscando que se les devuelvan las facultades que fueron modificadas por la NC, eliminando la iniciativa parlamentaria en materias que tienen costo presupuestario y restablecer con sus viejas facultades la denominación de Senado; también apuestan por modificar el sistema de partidos, para que se parezca más al de la dictadura, con menos organizaciones sociales, así como reducir los espacios para los escaños reservados indígenas.
La propuesta de la Democracia Cristiana que también busca hacerse parte del dialogo y del acuerdo, no son muy distintas, y las formuló en 13 puntos, [ver al final de la nota] y que no distan de su contenido de las del PPD y del mismo Ricardo Largos, a las que ahora se aprestan a negociar desde el Frente Amplio y el PC, que mañana miércoles definirán en una reunión con todas las y los presidentes de partidos de gobierno.
Vemos nuevamente a los viejos partidos de los 30 años en acción, con Apruebo Dignidad aterrado ante el Rechazo abriéndose a discutir reformas sustantivas que acerquen la vieja Constitución a la nueva, con sus instituciones más nefastas, como el oligárquico y odiado Senado y devolverle los poderes casi monárquicos que ha tenido históricamente en Chile, y Latinoamérica, la figura presidencial.
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Modificaciones propuestas por la DC: