Terminó la mesa sobre el programa de calidad y eficiencia. Una de las mesas más importantes de la revisión salarial y contractual para las y los trabajadores del STUNAM por varias razones.
Jueves 12 de septiembre
La discusión principal en este momento es que están sacando a decenas de trabajadores del "Programa de calidad" sin derecho a ser evaluados por retardos. Esto a raíz de la implementación de un software que de manera inmediata saca a los trabajadores del programa al capturar más de tres retardos mayores a 30 minutos. Lo cual no está estipulado en el convenio del programa.
A esto se suman las decenas de casos que son sacados del programa por omisiones de entrada y salida; para que eso no pase, te obligan a meter un día económico.
Está situación está afectando a cientos de trabajadores, quienes perderán entre un 25 y 45% de sus ingresos económicos mensuales, esto de acuerdo al puesto y la calificación de la "A" a la "E" que representa la mayor calificación.
Esto causó mucho descontento. En la Biblioteca Central de la UNAM decidimos acudir en asamblea para rechazar dicha medida, ya que además de ser autoritaria al no ser un acuerdo bilateral, es un ataque a nuestros ingresos y a nuestra organización sindical.
En segundo lugar, es importante decir que este programa que fue aprobado en 1994, mismo año en que se dio una segunda embestida neoliberal con el gobierno priísta de Ernesto Zedillo luego del gobierno de Carlos Salinas, se trata de un mecanismo político y laboral para introducir la productividad en el trabajo universitario para el sector administrativo en razón de disminuir el salario.
Estamos hablando de que, los trabajadores, en lugar de tener este programa integrado en su salario son evaluados por sus jefes según su criterio, la mayoría personal de confianza y parte del cuerpo de las autoridades. De este modo, una de las principales consecuencias es que amplió el control de las autoridades por la vía de la coercion económica.
En tercer lugar, en términos de nuestras prestaciones, al no incorporarse al salario el programa implica que nuestras prestaciones se coticen a la baja porque recibimos un ingreso económico que es importante para nosotros y nuestras familias pero, por ejemplo, nuestras pensiones o nuestros créditos de vivienda se calculan con nuestro salario, que sin este ingreso es menor entre un 25 y 45%. Y esto sin contar que por 20 años hemos recibido un aumento directo al salario del 3%, muy por debajo de la inflación; cuestión que no cambió bajo la 4T.
En otras palabras, la universidad se ahorra en nuestras pensiones o nuestros créditos de vivienda no alcanzan para comprar una casa -cuando logramos obtenerlo-, mientras cotidianamente los jefes y autoridades se les da el derecho de sancionarnos económicamente según sus criterios y ahora de modo automatizado.
Si bien, en la actual revisión, la propuesta del Comité Ejecutivo es aumentar del 90 al 100% el pago, dicho programa no es en beneficio de los trabajadores y de la universidad, porque no se trata de elevar la cualidad del trabajo administrativo sino del control y manipulación de las autoridades a su favor.
La importancia de la UNAM en lo nacional e internacional, como una cuarta razón, demuestra que quienes realizamos la mayoría de las labores en la universidad y hablo también de nuestros compañeros profesores de asignatura, hacemos posible que sea uno de los centros de conocimiento, enseñanza e investigación más importantes del mundo. Por ello, no se trata de un programa para promover "la calidad y eficiencia", la cual en primer lugar tendría que atender a capacitación, formación y actualización, y a los planes de organización del trabajo emanado de los trabajadores.
Es importante preguntarnos ¿por qué las autoridades decidieron implementar este software? ¿Estamos ante un nuevo momento de ataque a nuestros derechos con el uso de tecnologías?
Lejos de tener las autoridades "una buena voluntad para resolver" como sostuvieron en la mesa, los hechos demuestran que ya violentaron el convenio del sindicato y afectaron los ingresos de los trabajadores y sus familias, además de todos los cientos casos en los que no se ha realizado el pago debido del programa.
Nunca hemos escuchado que las autoridades tengan un retraso en sus pagos y prestaciones, que no reciban su salario quincenalmente y todos sus bonos y estímulos, mientras cientos de trabajadores, mes a mes tenemos problemas para recibir nuestros pagos de un trabajo que ya realizamos.
Además de querer medir la organización y fuerza del sindicato, para mí, se trata también de que los trabajadores nos concentramos solamente en echar atrás el ataque en una mesa de negociación, y que como ocurre con otros problemas, "revisaran los casos". Pero en el mejor de los escenarios sin luchar, las autoridades darán marcha atrás a este sofware pero seguirán en cada dependencia aplicando incidencias y pagando el programa a algunos sí y a otros no. Es decir, aplicando su razón de poder en los centros de trabajo.
Es importante que no olvidemos que hemos emplazado a huelga a la UNAM. Que la solución vendrá de que discutamos en cada dependencia nuevamente la incorporación del programa de calidad y eficiencia al salario, más que el 100% del programa y no dejar la solución solamente en manos de la representación de los 33 y en el Comité Ejecutivo.
Me pregunto si la respuesta de las autoridades será la misma si nos decidimos a organizar cierres por dependencia y le hacemos de conocimiento a estudiantes y profesores sobre la violación sistemática de nuestros derechos por parte de mas autoridades. Definitivamente no. Así fue el inicio de muchas luchas de trabajadores que lograron sus derechos.
Recursos hay. El trabajo lo realizamos cada jornada laboral. El corazón del problema está en que las autoridades ayer y hoy usan a la UNAM para sus propios fines e intereses. Hagamos en esta revisión, una universidad más justa y democrática.