No esperaba que fuera Clarín, a la sazón tan beneficiado por las primeras medidas del nuevo gobierno, quien lanzara la terrible denuncia. Pero fue en sus páginas (más concretamente, en la página 16 de la edición del jueves 28 de enero) donde se reveló lo sucedido en toda su gravedad.
Sábado 30 de enero de 2016
Es allí donde se informó de las tres “limpiezas energéticas” (no confundir con la crisis energética decretada en el país) efectuadas en el despacho presidencial por orden expresa del propio primer mandatario. Embrujos, desembrujos, malas ondas y exorcismos, todo eso se conjuga en las creencias de Mauricio Macri. Que en plan de enamorado galante, gusta de llamar “hechicera” a la buena de Juliana Awada, pero que por lo visto cree y teme a las hechiceras de verdad, usa el término en sentido literal también.
Hasta ahora, el tema de las limitaciones de Macri se había tocado de manera más bien general, apenas insinuado o dado por sobreentendido, y en todo caso había sido él mismo quien se ocupó de referir más explícitamente lo bruto que llegó a ser (que del diario no leía más que los chistes y la sección de deportes, etc.). Pero estas esperpénticas escenas de vudú y superstición, que Clarín refiere con llamativa franqueza, nos ofrecen de la manera más cruda el retrato impiadoso de un ignorante new age.
Dice el cronista que en los primeros días de su trabajo como Presidente de la Nación (que fueron, no hay que olvidarlo, los primeros días de trabajo de su vida), a Macri le dolía la cabeza de forma muy persistente, y que no había analgésico alguno que le trajera el tan necesario alivio. Y que esa cruenta cefalea desapareció, como por arte de magia precisamente, apenas se completaron los ritos esotéricos de la limpieza energética en la Casa de Gobierno. De placebo no se habla, pero queda claro que es lo que hay que entender.
“Creer o reventar”, propone la nota del diario. Tal vez haya que interpretarlo como el dilema de la hora que se plantea a los argentinos.
Martín Kohan
Escritor, ensayista y docente. Entre sus últimos libros publicados de ficción está Fuera de lugar, y entre sus ensayos, 1917.