La situación de los aumentos salariales en México ha tenido algunos cambios a partir de las modificaciones en materia laboral impulsadas por el gobierno de la 4T, pero aún está lejos de ser la recuperación que necesitan las y los trabajadores en México para cubrir los costos de la vida.
Martes 4 de abril de 2023
Como hemos mencionado en otras notas —y tampoco es una novedad— la inflación cierra al mes de marzo en un 7.77%, y a un año del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que además de tener como saldo miles de vidas de trabajadores inocentes, también trajo mayor presión a la ya de por sí muy frágil economía mundial. Vientos de crisis soplan en EU con una posible recesión causada por la crisis bancaria, inversionistas y banqueros de todo el mundo corren a refugiarse en el regazo del Estado capitalista.
Para los trabajadores la crisis económica se ha reflejado en los salarios, un tema sumamente complejo y que en los últimos días ha dado de que hablar en los gremios en los que se han llevado a cabo revisiones salariales, que en la mayoría de los casos no llegan al porcentaje de inflación actual, que ha elevado el costo de la vida; al momento de haber escrito esta nota, el costo nacional de la canasta básica ha aumentado un 15%, lo cual podemos notar en productos como el huevo, que en San Luis Potosí -por ejemplo- ha alcanzado un precio de casi 50 pesos.
Durante décadas las negociaciones colectivas de aumentos al salario, que año con año se venían haciendo como tramite por parte de los sindicatos, se hacían a espadas de los trabajadores y la mayoría de las revisiones salariales y contractuales eran simuladas. En la actualidad con una nueva reforma laboral donde se hacen modificaciones al artículo 400 Bis, 399 y 390 Ter, todos los procedimientos relacionados al incremento de prestaciones y salario del CCT se deben hacer mediante un referéndum entre los sindicalizados, lo cual intenta acercar a los trabajadores a ser partícipes de la vida sindical laboral, aunque no ha tenido muy buenos resultados. Lejos de las intenciones gubernamentales, las burocracias sindicales se han adaptado muy bien pactando aumentos raquíticos.
El caso de BMW, Volkswagen 3M Purification, y H+K
Dos de las armadoras automotrices más importantes del país, consolidadas y en crecimiento constante ostentan desde hace algunos años Contratos Colectivos resguardados por sindicatos independientes, al igual que 3M. Las cuales lograron en sus recientes procesos de revisión salarial 8.5% para BMW, 11% en los dos últimos casos. Aumentos por encima de la inflación, pero que siguen aun sin hacer justicia para las economías del hogar. Contrapuesto con el 7.5% del aumento salarial impuesto en H+K (como señalamos en esta nota) muestra como en realidad no hay una política salarial distinta entre gremios, y que las distintas direcciones sindicales han mantenido una posición relativamente similar en todos los casos.
Podría suponerse que al tratarse de sindicatos independientes las direcciones sindicales intentarían conseguir mejoras salariales sustanciales para los bolsillos de los trabajadores, sin embargo, como en los casos antes mencionados (o tratándose de burocracias más tradicionales), la realidad es diferente. La propia crisis económica ha fortalecido las posiciones de los patrones en las negociaciones salariales negando aumentos salariales reales, y por otra parte, las direcciones sindicales se niegan a llamar a los trabajadores a movilizarse más allá de las asambleas y las votaciones, manteniendo así una posición débil a la hora de negociar el salario.
Trabajar horas extras no es sinónimo de estabilidad laboral, si no de explotación laboral
La ciudad de San Luis Potosí se ha caracterizado en los últimos años por el elevado costo de la canasta básica, los costos de la vivienda son muy altos; un ejemplo es la tortilla que cuesta alrededor de 24 pesos el Kilo. Lo cotidiano es que ambos jefes de familia trabajen en la misma fabrica o zona industrial, en algunos casos familias enteras; papá, mamá e hijos. Muchas empresas manejan los turnos de 12 horas, por necesidad muchos compañeros trabajan en promedio 16 horas extras por semana para completar el gasto, lo que es una verdadera vida de esclavitud. Pero veamos el caso de madres solteras que no tienen guarderías, ni estancias infantiles accesibles; una vida de mucho ajetreo, el desplazamiento de hogar al trabajo es de 3 horas en promedio y con un turno de 12 horas, en casa los trabajadores duermen 4 o 5 horas como máximo, dejando nada de tiempo para las labores de cuidados.
Trabajar más de 55 horas a la semana puede provocar a la larga infartos y problemas del corazón, según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero aquí los trabajadores potosinos trabajan jornadas muy largas con el respaldo de los sindicatos charros. Es tanto el cinismo de la explotación laboral que las empresas en sus anuncios de contratación ofrecen las horas extras como una prestación. Y frente a una vida incosteable, aumentos salariales raquíticos, la explotación al por mayor es un negocio que deja ganancias millonarias a los dueños de las empresas.
Las huelgas como herramienta de lucha
La organización de los trabajadores no se debe de limitar solo a votar, entre trabajadores debemos discutir que rumbo tienen que llevar los sindicatos: luchar por democracia sindical, contra el autoritarismo, luchar codo a codo por mejores condiciones de trabajo y por una vida que merezca ser vivida.
Lo que se está viviendo en Europa con la huelga de las enfermeras en Reino Unido, la huelga actual en Alemania de los trabajadores Ferroviarios , y las huelgas en Francia, (con las limitantes que impone la burocracia sindical) dan muestra de una efervescencia de lucha obrera, de lo insostenible que se ha vuelto la crisis económica, de la ruta que debemos seguir los trabajadores en San Luis Potosí y en todo el país. Es tiempo de que las y los trabajadores de México empecemos a luchar y dar esa batalla, porque el sistema económico y político actual no dará solución a nuestras necesidades.
Recientemente los trabajadores de la maquiladora KEMET en Ciudad Victoria, Tamaulipas, han llevado su proceso de revisión salarial al estallido de la huelga. Es la primera huelga validada por la secretaria del trabajo en 3 décadas, la huelga estallo el 30 de marzo a las 12 horas, debido a la cerrazón de los empresarios de la fabrica al ofrecer un misero aumento del 4%, que fue acompañado del despido de cientos de trabajadores al inicio del año.
Las y los trabajadores necesitamos aumentos por arriba de la inflación, salarios dignos que nos ayuden a tener una vida digna, porque las empresas generan millonarias ganancias con el sudor y esfuerzo del trabajador. De ahí la necesidad de organizarnos desde las líneas de producción, para luchar por la democracia sindical y por sindicatos verdaderamente combativos.
Las y los trabajadores tenemos que derrumbar ese sindicalismo podrido corrupto y anti democrático que negocian migajas a espaldas del trabajador. Necesitamos sindicatos combativos que sean dirigidos democráticamente desde las líneas de ensamble y de producción.