En 2007, en medio de protestas contra la guerra, los Mighty Mighty Bosstones, banda de skacore de Boston (Massachusetts), dedicó una canción contra la intervención estadounidense en Irak.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Viernes 11 de septiembre de 2020
El 11 de septiembre de 2001 la humanidad vio colapsar las Torres Gemelas en Nueva York, así como ser testigo de un ataque terrorista coordinado, planificado y realizado por Al-Qaeda; el atentado terrorista más mortífero en la historia, con cerca de 3 mil víctimas entre pasajeros de los cuatro aviones secuestrados (los vuelos 11 y 77 de American Airlines y los vuelos 175 y 93 de United Airlines), la tripulación, los terroristas y las víctimas en el Pentágono y Nueva York.
Un escenario que hasta entonces solamente era visible en las películas se hacía realidad y era transmitido en vivo. Quienes tienen más edad concuerdan en que ese día terminó efectivamente la década de los 90, ya que el cambio fue más brusco y súbito que cuando los 50 dieron paso a los 60, los 60 a los 70, éstos a los 80 y éstos, a su vez, a los 90.
Era la primera vez, desde el ataque a la base naval de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941, que Estados Unidos era atacado en su propio territorio. Comenzaba así la “Guerra contra el Terrorismo”, una excusa para que, en la nueva etapa en la que Estados Unidos se había consolidado como la única superpotencia, demostrara su poderío ante un nuevo adversario tras la disolución de la KGB y la Unión Soviética.
Las primeras incursiones fueron en Afganistán para darle muerte a Osama Bin Laden y a Al-Qaeda, así como al régimen de los talibán que los mismos EE.UU. habían ayudado indirectamente a crearse cuando los denominaban “luchadores por la libertad” contra el régimen de la República Democrática de Afganistán, apoyada por los soviéticos. Al poco tiempo, el entonces presidente George W. Bush iniciaba otra incursión, esta vez en Irak y calificando al régimen de Saddam Hussein como un peligro por ser parte del “eje del mal”, un grupo de países (Irak, Irán y Corea del Norte) cuyos gobiernos presuntamente patrocinaban el terrorismo y poseían armas de destrucción masiva.
La Guerra de Irak, o Segunda Guerra del Golfo Pérsico, vio en sus tres primeros meses cerca de 400 bajas militares; pronto las comparaciones con la Guerra de Vietnam no se hicieron esperar y continuaron hasta el resto de la guerra, al punto en que varios veteranos de Vietnam empeoraron en su salud mental por la invasión a Irak. El 1° de mayo de 2003, menos de dos meses transcurridos desde el inicio de las operaciones bélicas, el presidente Bush daba un soberbio discurso en el portaaviones USS Abraham Lincoln, el cual tenía una manta con la leyenda “Misión Cumplida” (Mission Accomplished) en la isla del buque.
Pero hacia 2007, la situación había cambiado. Lejos estaban los días de patriotismo xenófobo —que no había disminuido, pero ya no era prevalente en los medios de comunicación—, las críticas a la guerra se volvían cada vez más comunes en la televisión y los periódicos, y los veteranos regresaban, como en Vietnam, mutilados y con secuelas de estrés postraumático.
Los Bosstones se pronuncian
El ska en Estados Unidos, como hemos dicho en otros artículos, es un género que, fuera de las comunidades latinas de Los Ángeles, suele ser despolitizado y habla sobre la vida cotidiana de las ciudades y pueblos del gigante del norte. Los Mighty Mighty Bosstones, de Boston (Massachusetts), no están exentos de esta tendencia; su canción “Dr. D.”, por ejemplo, es en homenaje al padre del antiguo baterista, quien los dejaba practicar en el sótano de su casa; “Sunday Afternoons on Wisdom Ave.” es sobre la nostalgia de pasar las tardes de domingo en Boston, y así podríamos seguir enlistando su discografía.
Sin embargo, una canción “desentona”. “This List” (esta lista), del álbum Medium Rare, y de la que hicimos mención anteriormente a propósito del Pepsi Ska Fest de 2016 en la Ciudad de México, tiene una letra bastante impactante. Haciendo referencia a la ya mencionada situación de oposición a la guerra de Irak y sus consecuencias, la voz del vocalista Dicky Barrett hace que la denuncia suene más poderosa.
“Miren a todos, hay nuevos que se enlistan a punto de confesar; tomen un vistazo, miren las vidas que se han cobrado hasta ahora; este chico tenía un hijo, un recién nacido al que nunca pudo cargar; detengan todo, odio este panorama, nosotros no somos quienes fuimos a pelear esta guerra”.
La estructura idiomática del inglés impide que sepamos a qué se refieren con los “nuevos” que van a confesar (“there are new ones being listed close to telling”), pero podríamos suponer que se refiere a los prisioneros iraquíes, en un contexto en el que ya se sabían de las torturas en la prisión clandestina de Abu Ghraib. La letra prosigue con el coro:
“Así que vamos, cede y sácalos; dale el significado que quieras, ya sabemos de qué se trata; salvar vidas en vez de tu cara; quizá haya alguna esperanza, si tan sólo alguien nos salvara de ti”.
La denuncia es clara: “saca las tropas de Irak; no importa lo que digas, es claro que estamos en guerra por el petróleo, no por la ‘libertad’. Y en vez de hacer lo correcto, sigues empecinado en tu discurso patriótico que nadie cree y no nos podremos deshacer de ti hasta las próximas elecciones”. La canción sigue enlistando las bajas, cuyas situaciones eran bastante comunes:
“Éste tenía 21 años; su papá dijo que el ejército era su sueño; su sueño se volvió realidad, pero no llegó a cumplir 22 años. Y esta lista sigue y sigue y sigue; hay nuevos que se enlistan a punto de confesar; deseé todos los días otra situación, rezar a Dios y esperar que esto ya casi termine”.
Y es que, ante la falta de oportunidades y con la crisis de Lehman Bros. en puerta, la juventud en Estados Unidos recurría (y en cierto modo sigue recurriendo) a enlistarse en el ejército, a la vez que un sector criado en ambientes conservadores tenía ilusiones de hacer su vida alrededor de la milicia y el cuerpo de infantes de marina (los Marines). Después del coro, sigue una denuncia fulminante:
“Misión cumplida [mission accomplished], suéltalos, lo que ha sido, fue y lo que se hizo, se hizo; nos engañaste a todos y no engañaste a nadie. ¿Valdrá la pena? ¿Fue divertido? Llorar, segar, esperamos, lidiamos, oh vamos; espero estés feliz en el infierno”.
Y así es como la canción se descubre a sí misma como una denuncia explícita contra la guerra en Irak: la frase de “Mission Accomplished” que fue parodiada por la prensa crítica y los sectores progresistas en Estados Unidos es usada en la tercer estrofa de la canción. Además, se exige la liberación de los presos clandestinos, pues el daño ya está hecho; el discurso nacionalista llevó a Estados Unidos a la guerra, pero el propósito fue claro: mantener su hegemonía y saquear los recursos de un país no alineado con su política exterior. Al final del día, son sus guerras, pero los muertos son nuestros.
Y es que esta situación “anómala” volvió con fuerza en 2016. Ante la inminente elección estadounidense y con la candidatura de Trump cobrando fuerza, Dicky Barrett dijo en el Pepsi Center: “estamos conscientes de que hay una elección en nuestro país que no nos gusta, por eso quiero que me acompañen gritando: ‘¡a la mierda Donald Trump!”. Esto llevó a que su disco más reciente tuviera canciones explícitamente anti-Trump y en favor de la clase obrera.
En ese sentido, los Bosstones no han olvidado sus orígenes y, hermosa coincidencia, éstos se alinean con los orígenes del ska mismo: un género que combate al racismo y que podría resonar contra la xenofobia de los Trump, los Boris Johnson, los Merkel, los Macron, los Donald Tusk y demás agentes del capital.
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana