×
×
Red Internacional
lid bot

Opinion. Salir del laberinto para romper la motosierra

Con los métodos de las asambleas populares y la fuerza de los trabajadores y la juventud. Desde abajo, lo nuevo puede entrelazarse y surgir como respuesta al crecimiento de lo aberrante.

Sábado 20 de abril 13:34

Escuchá esta nota

Escribimos estás líneas como un aporte a la reflexión colectiva de lo que fueron estos meses de luchas contra el gobierno de Milei y de cara a los grandes desafíos que nos depara un presente cada vez más convulsivo. Lo hacemos desde la experiencia particular de la asamblea de San Martín y nuestra intervención en los distintos conflictos abiertos ante el plan motosierra, que apenas representan un ejemplo entre tantos procesos de organización que han surgido en los últimos meses en todo el país.

El nacimiento de la resistencia: unidad de los trabajadores

Podríamos afirmar que Milei arrancó su gobierno siendo muy consciente de sus propias debilidades. Supo desde el comienzo que no tenía tiempo que perder y salió a quemar las naves desde el minuto cero ante un régimen político todavía conmovido. Aquel 20 de diciembre de 2023 será recordado no solo por el anuncio en cadena nacional del voraz DNU que redactó Sturzenegger (y el círculo rojo empresarial) sino porque ese día comenzó la resistencia: por la tarde la izquierda y los sectores combativos desafiaron el protocolo de Bullrich con una importante movilización a plaza de Mayo, y por la noche las cacerolas dieron inicio a una serie de protestas espontáneas que con el tiempo tomaron forma de asambleas barriales.

Así fue en San Martín, dónde una asamblea estudiantil en la UNSAM votó realizar un cacerolazo en la peatonal que confluyó con otros sectores y que rápidamente derivó en un grupo de wasap que se multiplicó y fue dando paso a una decena de protestas que mantuvieron la lucha durante todo el verano.

Los debates y la toma de decisiones en asamblea fortalecieron los lazos entre trabajadores y estudiantes, algunos militantes, otros no, algunos de izquierda, algunos votantes peronistas, otros sin partido y hasta arrepentidos de votar a Milei?. La organización asamblearia que en el 2001 surgió al calor del final del gobierno de De la Rua, ahora resurge para enfrentar a otro gobierno del FMI, pero esta vez al inicio de su mandato y con mucho ajuste por venir.

Las jornadas contra la ley Ómnibus fueron un hito donde se condensaron largas semanas de organización. La CGT hizo un paro el 24 de enero para luego borrarse. Allí también las asambleas habían logrado movilizar a unos cuantos miles, pero ganaron protagonismo con la ley ómnibus, producto de la ausencia deliberada de los gremios y de la tenaz resistencia a la represión comandada por Patricia Bullrich (donde fueron acompañadas solo por los partidos de izquierda). La derrota del gobierno tuvo su primera conclusión: que luchar sirve y otra que se volvió cantito, que “la asamblea le enseña cómo luchar a la CGT”.

Un movimiento vivo e inquieto que se enfrenta a nuevas oportunidades y objetivos

Si tuviéramos que mencionar un rasgo distintivo de esta organización barrial es su inquietud. Sobre todo por el contraste tan notorio con la lentitud y la parálisis de las organizaciones tradicionales de la clase trabajadora, adormecidas por sus conducciones burocráticas. El método de la asamblea y la democracia directa nutrieron de una gran potencialidad a esta organización desde abajo. Así surgieron decenas de iniciativas que van recorriendo los barrios del municipio, que van interpelando a los vecinos desde distintas problemáticas, siempre tratando de canalizar las peleas en la necesidad de la unidad y la participación. Es cierto, que no fueron meses fáciles y aún no se ha logrado un aumento en la participación, que en parte estuvo muy contenida por la política de dispersión de las burocracias sindicales que se negaron a convocar al paro general y atomizaron las luchas con paros por ramas y acciones aisladas). Sin embargo, iniciativas como las ollas populares que se realizaron en José León Suarez congregaron a muchos trabajadores de la zona, entre ellos los comedores populares, docentes de la escuela Técnica de la UNSAM, changarines, recicladores y estudiantes. Por su parte, la represión dió lugar a la organización consciente de los cuidados y la seguridad de quienes reclaman. Desde la comisión de Salud de la asamblea se organizó una charla sobre primeros auxilios en coordinación con la Posta de Salud que surgió como un espacio de organización entre trabajadores de la salud y vecinos de distintas asambleas barriales. También los festivales como los que se hicieron en Villa Lynch, o el “Elijo crecer” que se realizó en la plaza central, trajeron la cultura a las plazas y fueron un canal de difusión de las luchas en curso como las que están tomando fuerza en defensa de la universidad y la ciencia o contra el vaciamiento, el desguace y los despidos en el Estado. En ellos participaron docentes, estudiantes y trabajadores de la UNSAM y su secundaria técnica, de la CNEA, del INTI y del CONICET, entre otros.

Permanecer inquietos. Ese fue el principal acierto de quienes nos organizamos en la asamblea. Los próximos meses presentan nuevos desafíos. Mientras acechanasechan la recesión y los despidos, el FMI obliga a Milei a sentar en la mesa de negociaciones a los gobernadores (con quienes buscará firmar el pacto de Mayo, evitar la caída del DNU y que le aprueben la nueva ley de bases), legisladores, dirigentes gremiales, etc. Los rectores de las universidades (que en su mayoría responden a la UCR y el PJ) buscarán golpear en la calle para obtener un lugar en la negociación del ajuste. La movilización de cientos de estudiantes de la UNSAM el pasado Jueves, el festival del viernes, realizado en conjunto con la asamblea de San Martín y las decenas de protestas estudiantiles y docentes que se desarrollaron esta semana en todo el país, demuestran que la movilización del próximo Martes 23 será una enorme demostración de fuerzas.

Los rectores de las universidades (que en su mayoría responden a la UCR y el PJ) buscarán golpear en la calle para obtener un lugar en la negociación del ajuste (Milei, asustado ya buscó desactivar la protesta esta semana). Pero la fuerza desde abajo empieza a brotar.

Actuar de forma independiente de los intereses de estos sectores ha sido una virtud de las asambleas barriales hasta aquí. Una virtud que se puede contagiar a importantes sectores de estudiantes y trabajadores que no confían en la tenacidad de estos circunstanciales convocantes.

Te puede interesar: Trenes Argentinos. Nahuel González: “No podemos quedarnos de brazos cruzados y que los despidos avancen

La perspectiva de la huelga general

Para que la lucha no se disipe en un montón de acciones aisladas hay que salir del laberinto en el que nos quieren meter la CGT y las CTAs. Como Teseo, tender hilos de unidad y coordinación para salir de esta situación golpeando como un solo puño. Es importantísimo que desde las bases, con los métodos de las asambleas de trabajadores populares crezca una poderosa autoorganización que imponga a las conducciones un plan de acción concreto. No puede seguir sucediendo que un día paren los docentes,otro los estatales, otro los ferroviarios y así en cada rama. Necesitamos la mayor unidad para derrotar el plan de conjunto, apoyando cada lucha en el municipio y en todo el país, para que el paro del 9 sea un paso en la preparación de un plan de lucha y una verdadera huelga general hasta derrotar el plan de Milei y el FMI. Las fuerzas están y se demuestran en cada movilización masiva. Desde las agrupaciones que impulsamos desde el PTS junto a compañerxs independientes en cada lugar de trabajo y estudio, tenemos planteado este gran objetivo y lo ponemos a discusión en la asamblea de San Martín.

Con este objetivo es que vemos fundamental que el próximo sábado 27 de Abril, participemos del Encuentro Nacional de trabajadores ocupados, desocupados, asambleas populares y de todos las y los luchadores, de todos los ámbitos, de la cultura, del movimiento estudiantil y de la izquierda. Tenemos que lograr que se transforme en una instancia para coordinar el conjunto de las luchas en curso y ofrecer un canal a sectores de oposición al plan de Milei independientes de las burocracias sindicales y estudiantiles. En todo San Martín y toda la zona norte de la PBA tenemos el desafío de conquistar una sólida alianza, desde la vera del río Reconquista hasta al corredor tecnológico de la General Paz, pasando por el CEAMSE, las cooperativas de reciclaje, las escuelas y fábricas de la zona. Incluyendo a los estudiantes universitarios de la UNSAM, los institutos terciarios,los trabajadores de la salud de nuestros cada vez más precarios y colapsados hospitales y por supuesto a los trabajadores del transporte como los choferes de colectivos y los ferroviarios de la línea Mitre que atraviesan todo el municipio. Con realidades muy disímiles, pero somos los trabajadores, los que movemos la provincia, el país y el mundo.

Te puede interesar: En Plaza de Mayo. 27 de abril: todos y todas al Encuentro de trabajadores ocupados, desocupados, asambleas, estudiantes y luchas

Un programa propio para que la crisis no la paguemos los trabajadores

En las últimas asambleas estuvo presente el debate sobre cómo podemos multiplicar nuestras fuerzas. Consideramos que en los próximos meses los ataques como los que ya estamos viviendo con despidos, recortes presupuestarios, congelamiento salarial, ataques a las libertades democráticas, etc, abrirán nuevas oportunidades para sumar a más compañeros a la organización conjunta de las asambleas. En cada proceso vemos importante discutir no solo las perspectivas de organización de la lucha, sino también su programa de salida. Por estos días, vimos como distintos funcionarios o políticos ligados al gobierno anterior ya se comenzaron a postular y hasta disputar lugares en las listas electorales del 2025. Esa perspectiva no la podemos tener los que vivimos al día o que no sabemos si vamos a poder mantener nuestros puestos de laburo, llegar a fin de mes o seguir pagando el alquiler. Por eso, insistimos en que los trabajadores, necesitamos una salida propia, que arranque por marcar quiénes son los grandes beneficiarios de esta miseria planificada. Arrancando por el FMI que junto a la embajada norteamericana ejerce un tutelaje sobre toda la política económica pero también sobre aspectos estratégicos como la energía, la producción de ciencia y la educación. Es urgente romper con el FMI, terminar con el saqueo de la deuda y la sumisión al imperialismo guerrerista. No queremos ser una estrella más de la bandera yanqui.

Pero también tenemos que señalar a los grandes empresarios que remarcan precios todos los días, que mantienen los salarios y las jubilaciones por el piso y que ahora presionan por una nueva reforma laboral para avanzar contra nuestros derechos. Son los Techint, los Eurnekian, los Midlin, los Macri, los Manzano, las cadenas de grandes supermercados, entre otros. Muchos de ellos están interesados en quedarse con las empresas del Estado que Milei quiere privatizar (como Aerolíneas Argentinas, los trenes y las centrales nucleares). Ellos quieren que luchemos por separado para avanzar con su plan como lo hicieron en los 90.

Hoy tenemos la posibilidad de construir desde las asambleas y desde cada lucha, un programa para que la crisis la paguen ellos.