Miércoles 22 de enero de 2020
Desde el martes tiene lugar el 50º Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) más conocido como “Foro de Davos” por los montes en donde tiene lugar cada año.
Pedro Sánchez viajó a Suiza para acudir a la cumbre económica, en la que se propone convencer a sus inversores que sus socios de gobierno no son un peligro para la economía española y hacer gala de su rentabilidad a las elites económicas. Pero también para ensayar un nuevo discurso como socialdemocracia europea.
Este foro reúne en la ciudad de Ginebra a cientos de empresarios, banqueros y dirigentes políticos de distintos países. La crem de la crem del capitalismo mundial, el jet set de los negocios.
Los grandes de las finanzas como Morgan Stanley, Bank of America, Citigroup o Soros Fund Management están entre los inversores, con los cuales el gobierno de coalición de PSOE y Podemos, se dará cita en Davos para trasmitirles “confianza” de que serán un gobierno “serio” y “responsable”.
Además de las reuniones que Sánchez tendrá con los pesos pesados de las finanzas tendrá citas con directivos de Apple, Google, Amazon, ArcelorMittal y Renault-Nissan.
El martes tuvo lugar la cena del 50ª aniversario de la que Sánchez fue parte y este miércoles intervino en el plenario de la Cumbre de este foro.
Sánchez en su intervención, ha puesto en relevancia cuál es el devenir del nuevo discurso de la socialdemocracia Europea. El flamante presidente Sánchez, por el nuevo gobierno de coalición del PSOE con Unidas Podemos, fue presentado por el Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, quien aprovechó su discurso para exigir las reformas que demandan desde este selecto Club y los organismos internacionales al nuevo gobierno. “Las reformas estructurales están ante nosotros”, le espetó Gurría entre halagos por haber demostrado ser un buen colaborador de los organismos internacionales.
Por supuesto no faltó la reivindicación de Sánchez en su retórica de España, como “una democracia estable que quiere afianzar sus valores preservando el derecho de los ciudadanos, luchando contra las desigualdades y comprometiéndose para con la justicia social y la igualdad entre hombres y mujeres” con “nexos fraternales con los países de América Latina…, vecino de África, y antiguos amigos de los pueblos de Oriente Medio...”. Aplica el dicho de dime de que presumes y sabré de que careces.
Una constitución votada bajo la amenaza del “ruido de sables”, la impunidad y la continuidad del franquismo reconvertido así como la continuidad en muchas de las estructuras del Estado -jueces, policías, militares, etc.- , el surgimiento de un nacionalismo español más agresivo representado por VOX, la política contra el pueblo catalán y la negación a golpe de porra y sentencias Judiciales contra un referéndum como forma de reivindicar el derecho a decidir, la ley mordaza y las políticas migratorias racistas, así como la expoliación económica y de recursos junto a la permanencia de decenas de bases y misiones militares en países “amigos” y “vecinos” contradicen su cínico discurso.
“Nuevos productos, nuevos mercados, nuevas formas de organizar nuestra actividad” son los nuevos paradigmas de la socialdemocracia para lo que Sánchez reafirmó la voluntad del ejecutivo español de “abrazar todas las oportunidades que nos brinda la cuarta revolución industrial”. Progreso económico, cambio tecnológico y transición ecológica frente a la emergencia climática fueron ejes de su discurso.
Aunque importantes franjas de la juventud del mundo, también la de los países capitalistas centrales, ya conocen sobre sus propias carnes las primeras penurias de la “nueva economía”, el “Capitalismo Friendly” y su demagogia “verde”: precariedad y pobreza.
La reforma del sistema de pensiones fue asumida como tarea pendiente así como la reducción de déficit público, como “compromiso” para dar una “mayor confianza los agentes económicos”.
Podemos acompaña al PSOE en la segunda debacle de la socialdemocracia Europea
Podemos, que rebajó sus pretensiones a revitalizar el discurso reformista socialdemócrata abandonado por el PSOE, acompaña hoy a la socialdemocracia española a lo que el periodista Esteban Hernández en el Confidencial describe de la siguiente manera, “La socialdemocracia dejó de ser la fuerza de contención del capitalismo, obligando a la redistribución y a la creación de las clases medias y se convirtió en la fuerza de contención del descontento a través de la reinvención continua de su ideario. Ningún lugar más apropiado que Davos para que Sánchez exponga su programa.”
En realidad, si la socialdemocracia tuvo una primer debacle histórica en 1914, cuando votó los créditos de guerra, abandonando el internacionalismo y aliándose con la burguesía de sus respectivos países, hoy asistimos a la expresión de un largo proceso de transformación de estas formaciones, antes reformistas y con militancia de sectores de la clase obrera -que no votantes-, que devinieron en partidos social liberales gestores de los Estados capitalistas y por lo tanto “de los negocios comunes de la burguesía”.
Podemos tiene el mérito de transitar en pocos años, por casi todas las etapas de la larga historia de la socialdemocracia en sus más de 150 años de existencia, menos en sus orígenes revolucionarios.
El ejemplo de Alemania y el gobierno de coalición de Merkel con la socialdemocracia, el otrora poderoso SPD como muleta y garante de la estabilidad, se puede extrapolar, con sus matices y diferencias al Estado español. Esta participación como minoría en la coalición de gobierno golpeó a la socialdemocracia alemana producto del descontento en las urnas, con las peores elecciones en su historia, abriendo paso así a grupos de extrema derecha en sectores históricos de su electorado.
El desencanto con el gobierno de Podemos y el PSOE promete reforzar social y electoralmente a variantes como VOX o que surjan otras nuevas en el marco de la reconfiguración de la derecha.
Unidas Podemos son parte hoy de un gobierno socialimperialista neoliberal. Esto es sin dudas, la consumación de la integración de Podemos al régimen del 78 que emprendió la formación morada de la mano de Iglesias a saltos desde sus inicios.
Han asumido su cargo en Palacio de la Zarzuela con una mano sobre la Constitución de la que pretendía “abrir sus candados” y jurando lealtad al rey. Un Jefe de Estado por herencia sanguínea y por la voluntad de Franco de dejar todo “atado y bien atado”. Han asumido estar al frente de un Estado imperialista con intereses económicos de ultramar y misiones militares en el extranjero y que a su vez somete internamente a golpe de cargas policiales y sentencias a pueblos como el catalán solo por hablar de la historia más reciente. Algo en lo que unidas Podemos pacto con el PSOE no mostrar fisuras en la “política de Estado” del gobierno.
No podía faltar el cinismo vestido de verde. La socialdemocracia europea se propone dar un giro discursivo para aggiornarse a los nuevos tiempos lleno de hipocresía verde, donde se reconocen los problemas de enorme gravedad, pero al contrario de resolverlos, se practica la retórica de “progreso” y de “cambio” sin ninguna incidencia en la realidad de millones de personas.
Esta cumbre económica reúne a los responsables de la situación actual de pobreza y desigualdad así como del estado catastrófico del ecosistema del planeta. Buscan en estos foros diseñar y disfrazar de sustentables sus negocios.