Inseguridad laboral. Santa Cruz: fallecieron dos trabajadores en la Mina Cerro Negro

Ambos trabajadores pertenecían al área de Servicio Técnico de la empresa de capitales estadounidenses Newmont y es una de las más importantes productoras de oro en el país. Según el primer parte policial, las causas del fallecimiento de ambas personas probablemente fueron por inhalación de gases tóxicos, aunque se esperan los resultados finales de las autopsias que se realizarán en la localidad de Puerto Deseado.

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Mientras tanto, se paralizaron las actividades en todo el establecimiento de Cerro Negro, hasta esclarecer lo sucedido. La noticia generó una fuerte repercusión en toda la provincia y hubo comunicados de luto por parte de la empresa minera, la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA), de Santa Cruz y el gobierno provincial de Claudio Vidal.

Sin embargo, la repentina muerte de ambos trabajadores, se suma a otros fatales y confusos accidentes ocurridos en la labor minera de las empresas que operan y obtienen millonarias ganancias en la provincia de Santa Cruz. Se puede mencionar el caso ocurrido el 12 de marzo del 2011 en la Mina San José, cuando falleció Mario Fernández de origen chileno, mientras intentaba realizar el acople de unas mangueras y cayó al vacío dentro de un caño de ventilación. El 20 de enero del 2012, muere aplastado por el derrumbe de una pared, el operario jujeño Marcos Dante Apaza en Cerro Vanguardia de Puerto San Julián. El 30 de junio del 2013, fallece el minero jujeño Fulgencio Coria mientras operaba una pala cargadora, en la mina San José. El 11 de junio del 2019 muere aplastado por un derrumbe Carlos Peralta en el emprendimiento minero Tritón de Panamerican Silver, ubicada en la localidad de Gobernador Gregores. El 24 de marzo del 2021, fallece electrocutado mientras estaba instalando un tendido eléctrico, el obrero de la construcción Gustavo Pereyra, en la Mina San José.

En pocos meses, se cumplirán 20 años de la muerte de 14 mineros en Yacimientos Carboníferos Río Turbio, ocurrido el 14 de junio del 2004. Fue uno de los crímenes sociales más letales en la historia reciente de la explotación minera nacional. Aún siguen impunes sus responsables como el empresario Sergio Taselli y los funcionarios estatales que debían controlar la seguridad del yacimiento.

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Las muertes mencionadas suelen no esclarecerse fehacientemente, ni identificar a los responsables de las fallas de seguridad, a pesar de ser una de las provincia donde la explotación de los diferentes emprendimientos mineros se sitúa como los más importantes en ingresos de divisas del país. En una labor de tanto riesgo para quienes trabajan, se instala un manto de impunidad en la complicidad empresarial y estatal.