Nuevas denuncias contra la policía santafecina salen a la luz, postales de un estado más represivo en los barrios y hacia los sectores populares. Se reabren actividades económicas en la cuarentena, pero el refuerzo del control social queda.
Martes 5 de mayo de 2020 15:30
Desde que el 19 de marzo el presidente decreta el aislamiento obligatorio en la provincia de Santa Fe se aceleraron las medidas de control social y se llevaron adelante casi 23.000 aprehensiones por violar la cuarentena. Desde La Izquierda Diario reflejamos las denuncias por violencia institucional y represión que fueron más duras en las barriadas populares.
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Un trabajador de la Empresa Provincial de Energía salió a hacer algo que estaba permitido desde el primer día. Algo que incluso el gobierno nacional tiene el descaro de recomendar, como si el aislamiento se tratase de unas vacaciones. Fue a una ferretería a 200 metros de su casa. Lo detuvieron. Estuvo en la comisaría 10 horas junto a otras personas víctimas también del abuso policial. Entre ellas una mujer embarazada que estaba dirigiéndose a una farmacia y una chica que venía de trabajar en un merendero. Ninguno tuvo acceso a llamadas, quedaron incomunicados, hacinados en la comisaría.
En Villa Banana las denuncias de violencia institucional no son nuevas. Hay una larga historia de apremios y abusos policiales. Hace unos días la policía persiguió a 32 adolescentes. Entró a los tiros en una cancha en la que se reunieron. Podrán debatir, condenar o argumentar sobre este encuentro, pero nada justifica el terror de las balas. Detuvieron a 8 de ellos, fueron golpeados. Una cayó de una altura considerable mientras intentaba escapar y se lastimó la espalda. Nunca llegó la ambulancia. Sólo la solidaridad entre vecinos logró trasladarla donde quedó internada en observación y ahora afortunadamente se encuentra bien.
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La cuarentena comenzó el 20 de marzo. Desde ese entonces la vida de millones en todo el país se vio críticamente agraviada por despidos, suspensiones, hambre. El gobierno tanto nacional como provincial tomó medidas a la altura de los intereses que representan: los empresarios tienen un lugar en la mesa mientras que para los trabajadores y sectores populares sólo quedan las migajas y la represión en los barrios.