Es sabido que tras el estallido de lo que se denominó como Mayo Feminista durante el año 2018, casi la totalidad de liceos y universidades movilizadas, contenía como principal demanda en sus petitorios la exigencia de protocolos de género contra el acoso. En este marco es aprobado la dirección general de género en la Universidad de Playa Ancha, compartimos algunos puntos de debate
Jueves 13 de junio de 2019
Si bien la Universidad de Playa Ancha (UPLA) fue parte de un proceso particular que emanó un Petitorio de Género Triestamental, articulado en amplias asambleas que contaban con la participación de los tres estamentos, la búsqueda incesante de rectoría por criminalizar la movilización terminó por reducir nuestras demandas a una décima parte de las exigencias; aun así dentro de ellas como un pilar fundamental se encontraba el compromiso de garantizar un protocolo triestamental contra el acoso, conjunto de la creación de un “Departamento Triestamental de Género” independiente de las autoridades, que a la fecha no tiene respuesta y que intenta ser reemplazado por una Dirección General de Equidad e Igualdad de Género dependiente de prorrectoría.
¿Departamento Triestamental o Dirección General dependiente de prorrectoría?
Aun cuando la lucha por protocolos contra el acoso se ha instalado como una necesidad básica dentro de las universidades, muchos de estos documentos pueden terminar siendo herramientas que fortalecen los organismos punitivos de gobiernos universitarios autoritarios.
En ese marco es que la propuesta de Departamento Triestamental de Género independiente de las autoridades, apoyada por el estamento estudiantil durante las movilizaciones del 2018 y la Dirección General de Equidad e Igualdad de Género dependiente de prorrectoría que aprobaron las autoridades, contienen diferencias elementales a la hora de definir en manos de quién recaerá este organismo.
A continuación exponemos las tres principales diferencias con la propuesta de Dirección que aprobó rectoría.
1. Dependencia de prorrectoría
Hoy existe una directa relación entre el autoritarismo universitario, con autoridades unipersonales que no son electas por los estamentos de la universidad, y la reproducción del sexismo y el machismo institucional. Donde esas autoridades (rectoría, junta directiva, consejo académico) a la par que administran la educación de mercado, han cumplido un rol altamente conservador a la hora de hablar de acoso, violencia de género o discriminación; criminalizando innumerables veces a quienes se organicen para hacerle frente a estas situaciones.
Por esto mismo, si hoy la orgánica que va a aplicar nuestro protocolo depende de prorrectoría, estará destinada a depender de dicha instancia en cuanto a financiamiento y políticas relacionadas, cosa que no garantiza que nuestras demandas sean acogidas cuando afecten a los intereses de la institución, como ha sucedido en otras universidades, donde estas unidades de género han fracasado al ser dependientes de gobiernos universitarios autoritarios y conservadores.
2. Alta concentración de facultades en la directora (o) de la Dirección
La propuesta aprobada por rectoría, cuenta con un o una directora general que organice y efectúe las políticas preventivas de la Dirección General, concentrando la mayoría de las funciones de la orgánica en las competencias de este cargo y no así del conjunto de la instancia.
El principal límite de esta propuesta de estructura orgánica que se utiliza en variadas universidades, es que encaran la violencia machista como una tarea de “gestión y administración”, sin tocar la estructura autoritaria de los gobiernos universitarios que administración una educación neoliberal y conservadora.
Restándole importancia a los estamentos y su desarrollo en materias de prevención mediante la organización social, apuntando a una triestamentalidad resolutiva.
3. Triestamentalidad consultiva y no resolutiva
Relacionado con el punto anterior, la concentración de facultades en la directora o director electo para la Dirección General, resta de tareas y facultades a los estamentos y sus representantes. Donde por la misma propuesta, si bien considera la creación de un "consejo triestamental" dentro de la direccion general de género explicita que les representantes de los estamentos son un organismo de carácter transitorio, a la vez que resulta ser consultivo y no resolutivo.
De esta forma si bien la Dirección General toma la Triestamentalidad, por la que tanto peliamos les estamentos desde el 2011, solo lo hace de manera superficial, quitándole facultades de decisión y organización en función de las necesidades que tengamos estudiantes, funcionarias/os y académicas/os.
Vamos por un Departamento Triestamental de Género independiente de las autoridades
Hoy la propuesta que buscamos defender les estudiantes que nos organizamos durante el año 2018, y de la cual como agrupación de mujeres y diversidad sexual Pan y Rosas hemos sido parte desde la composición de la propuesta de protocolo triestamental contra el acoso impulsada el año 2016; tiene que buscar ser aprobada no solo porque fue uno de los puntos firmados por parte de las autoridades de la universidad tras 4 meses de movilización, sino que también, porque pone al centro el fortalecimiento de la organización triestamental en función de combatir el machismo, la violencia y la discriminación en todas las esferas de nuestro espacio de estudio y trabajo.
Queremos un Departamento Triestamental de Género independiente de las autoridades, impulsado por les estudiantes y les trabajadores de la UPLA, que son quienes hacen la universidad, y no por autoridades que no son escogidas por nadie y que ante estos temas siempre han jugado un rol conservador y regresivo.
Como lo expresó el último comunicado de Patricio Sanhueza (rector de la UPLA) donde ante seis estudiantes en huelga de hambre que denunciaban los irrisorios sumarios a estudiantes por denunciar prácticas machistas, amenazó con meter a Fuerzas Especiales a nuestra casa de estudios para "resolver el problema".
Queremos una orgánica con Triestamentalidad de hecho y con financiamiento directo, donde las propuestas en materia de prevención e investigación emanadas por los estamentos, tengan viabilidad material sin incidencia de los intereses de las altas cúpulas de la universidad que poco y nada se han preocupado por estos temas.
Esto como parte de la pelea por una educación gratuita 100% financiada por el estado, no sexista y de calidad, en donde seamos las y los trabajadores, docentes y estudiantes quienes decidamos el curso de nuestra educación, por medio de un co gobierno triestamental, una persona un voto, terminando con los estatutos orgánicos heredados de la dictadura que hoy rigen nuestras universidades.