Comienza la tercera huelga del verano de los tripulantes de cabina de Rynair en el Estado español para exigir derechos laborales mínimos no reconocidos entre ellos vacaciones pagadas, salario mínimo y el fin de la represión sindical. En su lucha los trabajadores tienen que lidiar contra la represión sindical de su empresa y los servicios mínimos impuestos por el Ministerio de Transportes
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Lunes 8 de agosto de 2022
Como se anunció hace unas semanas y ante la negativa de por parte de la empresa de negociar con los trabajadores, ha comenzado la tercera huelga en Rynair. Desde el 8 de agosto al 7 de enero habrá paros de lunes a jueves cada semana para pelear por una serie de derechos laborales mínimos como el salario mínimo, vacaciones anuales y la reincorporación de 11 trabajadores despedidos por ejercer su derecho a huelga.
Los sindicatos también han denunciado que la empresa retoma la escalada de represión ante la libertad sindical de sus trabajadores, con maniobras de presión como las cartas de amenazas a sus empleados que se encuentran en baja médica. Como han compartido algunos medios de comunicación, en dichas cartas la empresa presiona a sus empleados por haber ejercido en varias ocasiones en menos de un año el derecho a darse de baja debido a motivos de salud, tratando de vulnerar no sólo el derecho a la baja médica sino a su intimidad al exigir información sobre la causa exacta de su problema de salud.
Este nuevo ataque a la plantilla que busca forzar la reincorporación de empleados al trabajo sin respetar sus derechos se une a la exigencia de unos servicios mínimos abusivos por parte del Ministerio de Transportes que ha permitido a la empresa forzar a toda su plantilla a que los cumplan.
USO y Sitcpla, los sindicatos que dirigen la pelea denuncian que Ryanair se niega a sentarse a negociar y que la única respuesta de la empresa a sus cartas ha sido amenazas a los delegados sindicales y al comité de huelga. Por su parte como ya se denunció anteriormente, CCOO pactó a espaldas del resto de la plantilla y sindicatos un acuerdo con la empresa del que solo se benefician sus afiliados y ha tratado de ayudar a la empresa desconvocando a sus afiliados de las movilizaciones, en un nuevo gesto de la burocracia sindical por ganarse el favor de la patronal.
A pesar de que la empresa afirma públicamente que la huelga no afecta a más del 1% de sus vuelos, la realidad es que en las movilizaciones en junio y julio ya cancelaron 319 vuelos y este primer día de huelga han sido 10. Si bien la empresa trata de minimizar los efectos de la huelga, la realidad es que está alcanzando una relevancia mediática.
Por su parte, los trabajadores denuncian el papel del Gobierno con los abusivos servicios mínimos impuestos por el Ministerio de Transportes y exigen al Gobiernoo y a los ministerios competentes, entre ellos el Ministerio de Trabajo, que rectifique este abuso.
Roberto Bordón
Andalucía