Entre 20 a 30 cirugías al día se suspenden en el hospital Van Buren de Valparaíso por evidente falta de recursos para mejorar la infraestructura y mejorar las condiciones del personal de salud y usuarios. A días de las elecciones municipales, ninguno de los candidatos a alcalde plantea medidas de fondo para responder a la falta de financiamiento al sistema de salud pública.
Miércoles 23 de octubre
Cuatro años han pasado de la última elección municipal y las avenidas vuelven a llenarse de volantes y pancartas con las nuevas cartas al gobierno regional y municipal. Mientras las promesas de campaña con centro en seguridad parecieran tomarse la agenda de los candidatos, las funcionarias y funcionarios del hospital Van Buren salen a las calles para vociferar lo obvio: el hospital se cae a pedazos, no hay recursos, se suspenden de 20 a 30 cirugías diarias por falta de personal e implementos, los salarios son bajos y hay sobrecarga laboral.
¿El problema? la crisis presupuestaria que semana a semana va en detrimento de las condiciones del hospital central de la ciudad y de una gran parte de la región. Consecuencia del saqueo al financiamiento de la salud pública y el jugoso negocio de la salud privada que los gobiernos de los últimos 30 años se encargaron de amasar para los grandes empresarios.
En palabras de Ignacio de la Torre, presidente del Colegio Médico Legal - "la situación presupuestaria esta semana es más compleja que la anterior, porque cada día que pasa hay que seguir cancelando y pagando compromisos presupuestarios del hospital"- y agrega - "El hospital Van Buren realiza tres cirugías mayores en los pabellones, por lo tanto, cuando tienes nueve pabellones que no funcionan, más o menos estás dejando de realizar entre 20 y 30 cirugías... Eso es en el día a día de esta lamentable situación".
Indignante situación que se profundizó con el gobierno del empresario Sebastián Piñera, que en plena pandemia recortó recursos e impulsó despidos masivos en la salud pública y hoy el gobierno de Boric le da continuidad a esa política ante una nula inyección de recursos a la salud pública.
Golpeando esta situación a los sectores más precarios cabe preguntarse qué salida le dan las alternativas a la alcaldía en esta elección al grave problema de la salud pública que aqueja a miles de adultos mayores, infancias, trabajadores y pobladores. Y es que pareciera estar completamente ausente del debate.
Partiendo por el candidato de ultraderecha del Partido Republicano Rafaél Gonzales, que ha invertido una cantidad exorbitante en campaña publicitaria tanto en las calles como en las redes sociales y que concentra todo su discurso en más represión e inversión privada ¿dónde queda el financiamiento a la salud pública?. Por la misma vía va Juan Valenzuela candidato del PDG que habla de un “Valparaíso libre de ideologías empobrecedoras”, un candidato con un programa profundamente neoliberal que no hace más que defender el modelo de intereses para los grandes grupos económicos que sabemos no es más que la fórmula de la miseria para las grandes mayorías de la población.
A la “izquierda” de estas alternativas se encuentra Camila Nieto la carta de los partidos de gobierno a la alcaldía y por otro lado Carla Meyer que vendría siendo la continuidad de Sharp. Aún cuando ambas intentan diferenciar su campaña entre proyectos reformistas, uno oficial del gobierno, y otro que lo cuestiona pero sin medidas radicales de cambio, el asistencialismo y la repartición de las migajas del actual sistema de salud pareciera ser la única vía para dar algo de acceso a adultos mayores o infancias a cuestiones mínimas como la salud dental o la salud mental.
Pero en el marco de las movilizaciones de funcionarias y funcionarios de la salud, acompañados por usuarios ¿qué tienen que decir estas alternativas? y la respuesta es nula y precaria. Ninguna de las alternativas pretende tocar los grandes intereses de los grupos económicos que lucran con la región, estando el puerto en el corazón de la ciudad, no hay ni un solo cuestionamiento a que mientras empresarios como Von Appen se llenan los bolsillos en dólares con el borde costero de la ciudad, la población, la salud, la vivienda y la educación están en completo abandono.
Hay que invertir las prioridades y volver a poner el centro en las necesidades estructurales para las grandes mayorías trabajadoras, son las y los trabajadores de la salud, que se han movilizado en las calles estas semanas, quienes mejor saben la importancia de dar solución inmediata a esas necesidades, es esa fuerza organizada con el resto de la población la que puede volver a poner sobre la mesa los grandes debates sobre cómo conquistar nuestras demandas y no caer en la trampa del mal menor o las promesas de alternativas que en ningún caso pretenden cuestionar los intereses del modelo capitalista actual.